Su Majestades los Reyes presidieron el acto de entrega de este galardón, que concede la Asociación de Periodistas Europeos, al periodista Florencio Domínguez.
En su discurso, Su Majestad el Rey agradeció a la Asociación de Periodistas Europeos la oportunidad de entregar nuevamente el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, "una convocatoria que representa el reconocimiento y el fomento de ese periodismo de calidad que se fundamenta y desarrolla en el ámbito de los mejores valores", que en esta ocasión distingue a Florencio Domínguez.
"El Jurado ha reconocido en Florencio “a quienes combatieron el fanatismo con la palabra y la razón” y nos han impulsado hacia una sociedad firme y estable que supera las dificultades que se le plantean y que, en lugar de olvidar los padecimientos sufridos, intenta aprender de ellos. Aprender para mejorar en convivencia, como sociedad abierta; en solidez, sobre valores universales; y, también, para mejorar o contrastar nuestras ideas y actuaciones como individuos", señaló Don Felipe.
En este sentido, Su Majestad el Rey afirmó que "esta misma enseñanza es la que nuestro país puede aportar a otros muchos y, en estos momentos, a naciones hermanas que en toda Europa han sufrido y sufren ─también con nosotros─ el terrorismo. Un terrorismo diferente al que los españoles sufrimos antes y durante décadas; un terrorismo distinto en cuanto a sus pretendidas justificaciones siempre irracionales, pero igualmente abyecto e inadmisible como fenómeno totalitario y cobarde que atenta contra la vida y la integridad de las personas en cualquier parte del mundo; un terrorismo que con inteligencia y cooperación eficaces, con la perseverancia del imperio de la ley y con la fortaleza de nuestros valores humanos y democráticos, derrotaremos y venceremos, como ya logramos hacer con el que tanto padecimos en España".
Asimismo, destacó la función que desempeñan los periodistas en una sociedad global donde la comunicación se difunde a la velocidad de la luz. "Cambian los soportes, aumentan los canales de información y, en ocasiones lamentablemente, también los de desinformación. Pero, pese a ello, permanece invariable ─o incluso crece─ la necesidad de rigor y profesionalidad, sin que quepan renuncias o deserción alguna en favor de los algoritmos", añadió Don Felipe, que recordó las advertencias del mundo académico para "ser más conscientes de la diferencia entre la sociedad de la información en la que estamos inmersos, y una verdadera “sociedad de la comprensión” en la que se haga comprensible, inteligible, y asumible para los ciudadanos el ingente cúmulo de datos e informaciones que se reciben en cada momento, en cada hora, en cada día".
"Más información no es necesariamente sinónimo de mejor o mayor entendimiento de la realidad; por el contrario, los volúmenes informativos a los que estamos sometidos –y que muchas veces saturan la demanda- a menudo ocultan, distorsionan o hacen difíciles de entender sus significados o incluso la realidad de los hechos", puso de relieve Su Majestad el Rey. "En este sentido ─y en este complejo escenario─, la labor de un periodismo responsable, riguroso y ético, que contribuya con honestidad a desentrañar la información y los datos, se convierte en un nuevo reto para vuestra profesión y una oportunidad para los medios de comunicación en el siglo XXI; se convierte en un servicio fundamental en beneficio de los ciudadanos y de la salud democrática de nuestras sociedades", agregó.
"Hoy como siempre, es de vital importancia un periodismo comprometido de modo irrenunciable con la defensa de las libertades públicas y de las individuales en todas sus dimensiones. Un periodismo que persiga la verdad, que se nutra de ella y que se deba a ella; que acepte las discrepancias y que sea capaz de registrar las emociones sin traicionar el reconocimiento de la realidad. Ese es el periodismo que representa hoy nuestro premiado, al que se aferró para informarnos del terrorismo sobreponiéndose a las amenazas y coacciones en unos momentos en los que el periodista arriesgaba en cada crónica", puso de relieve Don Felipe antes de concluir su discurso.