S
eñor Presidente,
Hace poco más de dos décadas que os recibimos en este mismo Palacio, en un momento en el que Centroamérica sufría dramáticos conflictos civiles que parecían casi imposibles de resolver.
Pocos meses después se demostró que es posible alcanzar un objetivo tan noble como ambicioso, cuando hay una voluntad decidida de alcanzar soluciones conciliadoras, y el talento necesario para sumar apoyos a la causa de la razón, de la paz y de la justicia.
El Acuerdo de Esquipulas II fue el resultado de aquel trabajo duro, firme e inteligente, y el Premio Nobel de la Paz en Vuestra persona, Señor Presidente, su justo y merecido reconocimiento.
Hoy, junto a la Reina, los Príncipes de Asturias y las más altas autoridades españolas, tengo la gran alegría de daros de nuevo nuestra más cordial bienvenida a España en esta primera Visita Oficial desde que iniciasteis Vuestro nuevo mandato como Presidente de Costa Rica.
Bienvenida que extendemos a los miembros de Vuestra Delegación, convencidos de que esta Visita contribuirá a estrechar la amistad y cooperación entre nuestros dos Estados, contando con el estímulo de nuestra común pertenencia a la gran familia iberoamericana.
Señor Presidente,
Desde que asumisteis, por segunda vez, la más alta Magistratura de la República, venís empeñando todos Vuestros esfuerzos en combatir la pobreza y la exclusión social, con un programa firmemente orientado hacia la modernización de Costa Rica, que ya está alcanzando resultados patentes.
Son muchos los vínculos de sangre, de lengua y de cultura que ligan a Costa Rica y España. El Centro Cultural de España en San José, uno de los más dinámicos de Iberoamérica, es buena muestra del interés reciproco por nuestras riquezas culturales respectivas.
Nuestros dos países están asimismo firmemente comprometidos con la defensa de la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales.
La tradición y apego de Costa Rica a estos valores, y el fuerte compromiso cívico de los costarricenses, son un ejemplo para cuantos conformamos la Comunidad Iberoamericana, y para la sociedad internacional en su conjunto.
El valioso y dinámico papel de Costa Rica para fortalecer dichos principios cuenta con el firme apoyo de España, que seguirá acompañando, como hasta ahora, sus esfuerzos para consolidar la paz y la convivencia en Centroamérica.
Señor Presidente,
Como hemos podido comprobar en nuestra conversación de esta mañana, nuestras relaciones bilaterales viven un excelente momento en todos los ámbitos.
Me alegra además constatar que las empresas españolas, que se encuentran entre las más eficientes, sólidas y competitivas en numerosos sectores estratégicos para el crecimiento, han apostado por Costa Rica.
Haciendo gala de responsabilidad social y económica, están desempeñando un importante papel en el marco del programa de renovación y modernización de infraestructuras básicas que Vuestro Gobierno ha emprendido.
Quisiera también resaltar la presencia de la Cooperación Española en Costa Rica, en particular en los ámbitos cultural y educativo.
El programa de becas de postgrado de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y de la Fundación Carolina, así como el Programa Iberoamericano de Formación Técnica Especializada, benefician anualmente a un número significativo de costarricenses.
Nuestra permanencia en Costa Rica en este campo está garantizada, siempre que siga siendo requerida y continúe demostrando su eficacia y utilidad.
Partiendo de nuestros estrechos lazos históricos y de una creciente amistad y cooperación, la conmemoración de los Bicentenarios de las Independencias de las Repúblicas iberoamericanas nos ofrece una oportunidad única para profundizar nuestra relación con espíritu constructivo y enorme confianza en el futuro.
Señor Presidente,
La decimoctava Cumbre Iberoamericana, a finales de octubre próximo en San Salvador, centrará nuestros trabajos en torno a asuntos de tanta trascendencia como la Juventud y el Desarrollo.
De esta forma, las Cumbres que han demostrado su utilidad y vigor a lo largo de estos años, siguen contribuyendo con propuestas para mejorar el bienestar de los países que conformamos la Comunidad Iberoamericana de Naciones.
Por otro lado y como bien sabéis, España ha venido apoyando con el mayor interés la integración centroamericana, pues de ella sólo pueden derivarse beneficios para toda la región y, especialmente, para Costa Rica.
Como miembro de la Unión Europea, España es un ejemplo representativo de los efectos positivos que comporta la suma solidaria de esfuerzos en la búsqueda de objetivos comunes.
Sobre este telón de fondo, España, siempre pendiente de reforzar y ampliar las relaciones entre Iberoamérica y Europa, ha impulsado decididamente el proceso negociador de un Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea.
Seguiremos respaldando, como hasta ahora, su pronta conclusión en beneficio de ambas regiones.
Hoy, en un mundo global, se hace más necesaria que nunca la solidaridad internacional, que sólo podrá dar fruto si se instrumenta de forma ágil e inteligente a través del sistema de las Naciones Unidas, que requiere nuestro esfuerzo para reforzar su eficiencia.
En este sentido, quiero expresaros nuestra felicitación por la actuación de Costa Rica en el Consejo de Seguridad y nuestros mejores deseos para la Presidencia que asumiréis a partir de noviembre.
Conocedor de la tradición pacifista de Costa Rica y de Vuestro empeño personal en favor del control del comercio de armas pequeñas y ligeras, de la no proliferación y del desarme, me alegra comunicaros que España firmará y ratificará en breve la Convención sobre Municiones de Racimo.
Gracias por Vuestra Visita que nos va a permitir impulsar nuestras relaciones y seguir aunando esfuerzos en torno a cuantos valores y convicciones compartimos.
Con este espíritu Os reitero, Señor Presidente, nuestra profunda alegría por Vuestra Visita a España, y levanto mi copa por Vuestra felicidad personal, por el pueblo hermano de Costa Rica, y por la fraternal amistad entre nuestras dos Naciones.
Muchas gracias.