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omo decía Octavio Paz, ?el agua habla sin cesar y nunca se repite?.
Con ese trasfondo de mágica y vital sonoridad que nos aporta el agua, asistimos hoy a una cita clave para la proyección internacional de Zaragoza, Aragón y España entera.
Una cita que subraya el valor insustituible del agua como soporte de la vida, y su función primordial para el desarrollo sostenible.
Estos son los dos temas clave de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008 que hoy inauguramos y que mañana abre sus puertas.
Nos acompañan en este Acto los Presidentes de México y de Portugal, así como los Primeros Ministros de Marruecos y Andorra, el Presidente de la Comisión Europea y el Secretario General Iberoamericano, junto a otras autoridades internacionales.
Todos ellos nos honran y nos alegran con su presencia que agradecemos muy especialmente.
Fruto de un gran esfuerzo colectivo y reflejo de una acertada visión estratégica, esta Exposición merece, sin duda, mi pleno reconocimiento.
Un proyecto de fuerte atractivo internacional, impulsado por el Ayuntamiento de Zaragoza, que ha contado con el pleno y coincidente apoyo del Gobierno autonómico de Aragón y del Gobierno de España. Y quiero resaltar ese consenso, pues es el que ha guiado todo el trabajo volcado en esta Exposición.
De ahí que desee expresar mi satisfacción y alegría por el resultado alcanzado, así como dirigir - junto a toda mi Familia ? mi felicitación más afectuosa a cuantos habéis aplicado lo mejor de vuestro empeño y creatividad a este gran acontecimiento: miles de técnicos y trabajadores, autoridades, directivos, empresas e instituciones.
Mi enhorabuena, en particular, a todos los zaragozanos y a todos los aragoneses, con quienes hoy los demás españoles compartimos el orgullo de comprobar la fuerza y vitalidad con que esta tierra sabe alcanzar grandes metas.
En efecto, esta Exposición da realce a una ciudad bimilenaria, hospitalaria e innovadora, que refleja el empuje y visión de futuro de esta Comunidad Autónoma en la construcción de una España moderna, democrática, abierta y solidaria.
Zaragoza es, entre las ciudades europeas, ejemplo de envidiable patrimonio y de crecimiento diversificado y sostenible, con grandes transformaciones producto de la laboriosidad e ilusión de sus ciudadanos. Esta Exposición, en torno al Ebro, potencia su atractivo como destino turístico, y sede de ferias y congresos.
También el conjunto de Aragón, con su honda raigambre histórica y cultural, clave para entender la identidad de España, es ejemplo de importantes proyectos en su permanente avance y afán de profunda modernización.
Una Comunidad Autónoma resuelta a ocupar un puesto central en nuestro progreso colectivo, que afronta con confianza y optimismo los retos del siglo XXI.
A partir de hoy, más de cien países y tres Organizaciones Internacionales, todas nuestras Comunidades y Ciudades Autónomas, van a contribuir, durante más de noventa días, a ilustrar e informar de forma atractiva sobre ?Agua y Desarrollo Sostenible?, con el apoyo de empresas, medios de comunicación y ONGs.
Quiero, en este sentido, agradecer especialmente el esfuerzo de los miles de voluntarios que, con tanta generosidad, han entregado lo mejor de su labor y su hospitalidad, al servicio de la Expo y de sus visitantes.
En sus singulares pabellones, con palabras, imágenes, arte y música, esta Exposición quiere sensibilizar al mundo sobre el agua como recurso precioso e insustituible para el hombre y la tierra.
Ese es el espíritu que ha inspirado este recinto de alto nivel internacional, en el que se conjugan arquitectura y diseño, ingeniería e innovación, para servir a ideas y valores.
A pocos metros del pabellón puente, síntesis perfecta de los elementos más modernos de la ingeniería civil, este magnífico auditorio dialoga con tantos otros espléndidos edificios como alberga este recinto.
La propia Exposición de 2008 es un puente entre la Exposición de Aichi en 2005, sobre ?Sabiduría de la naturaleza?, y la de Shanghai en 2010 sobre ?Mejor ciudad, mejor vida?.
Señoras y señores,
La Exposición Internacional de Zaragoza está llamada a ser todo un éxito, por la seriedad y profesionalidad de quienes la han levantado, por la intensidad del compromiso de quienes la han apoyado, y por el respeto y la admiración que sabrá despertar en quienes la visiten.
Y una de las razones más poderosas del resultado que esperamos es, sin duda, el acierto y relevancia de su misma propuesta temática.
Sus contenidos, en torno al ?Agua y al desarrollo sostenible? promueven la exigencia de gestionar y de conservar los recursos naturales, pensando en el presente y en las generaciones venideras, luchando -mediante la cooperación y el avance tecnológico- contra el deterioro medioambiental y el cambio climático.
Esa responsabilidad y ese compromiso a todos nos afectan.
Basilio Paraíso, uno de los mayores promotores de la Exposición Hispano-Francesa de 1908, al apreciar todo lo que en Zaragoza había pasado, dijo: ?Somos algo más de lo que fuimos?y contamos con elementos para acometer el más grande de los empeños?.
Espero que el próximo 14 de septiembre, cuando se clausure esta Exposición, podamos subrayar con orgullo el éxito que ha supuesto, y nos dispongamos a acometer juntos nuevos y grandes empeños.
Enhorabuena y muchas gracias a todos.