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Excmo. Señor Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha.- Excma. Señora Presidenta de las Cortes de Castilla-La Mancha.- Excmo. Señor Delegado del Gobierno.- Excmas. e Ilmas. Autoridades.- Señoras y Señores.
Al finalizar este intenso e interesante viaje por Castilla-La Mancha quiero celebrar, con vosotros, las muchas y agradables experiencias que hemos compartido durante estos cuatro días.
Sabía que iba a encontrarme con una sociedad orgullosa de su pasado y volcada en su presente y porvenir. Conocía alguno de vuestros proyectos e ilusiones, de vuestros esfuerzos y los avances que estáis consiguiendo. Pues bien; estos días han servido para profundizar en todo ello para querer más a esta noble tierra Castellana y Manchega y sobre todo para sentirme mucho más cercano a cuantos aquí vivís y trabajáis. Tengo que decir que mejora con creces la buena imagen que ya tenía de esta Región y entiendo bien el porqué de vuestro orgullo, pues lo comparto ya con más conocimiento de causa.
Me habéis acompañado en todo momento con vuestro afecto, que sinceramente os agradezco, y que habéis expresado de maneras muy variadas e incluso divertidas en todos los lugares. Conocía vuestro sentido de la lealtad, y vuestra sinceridad me ha mostrado el verdadero valor de esta palabra. Buscaba saber de vuestras preocupaciones y me habéis permitido hacerlas mías y compartirlas. Contaba, en fin, con encontrarme una Región viva y despierta; y habéis conseguido que vuestro optimismo y entrega a vuestra tarea dejen una huella imborrable en mi memoria.
Al andar con vosotros por las tierras y ciudades de Castilla-La Mancha he hablado con representantes sindicales y empresariales, que me han mostrado las transformaciones de una Región que cambia sus estructuras sociales y productivas; donde crece el número de personas empleadas en la industria y se especializan las de la agricultura, como corresponde a una economía que se moderniza. He apreciado, de nuevo, el éxito y el constante crecimiento de vuestra reciente Universidad, una institución que es joven no sólo por las personas que la habitan, sino también por sus proyectos e ilusiones.
He dialogado con las mujeres, comprobando su dinamismo y, lo que es más importante, la defensa que hacen de unos valores necesarios para el progreso de nuestra sociedad, que ha de avanzar también en términos de justicia y de igualdad entre sus miembros.
Me he encontrado con representantes de las Organizaciones No Gubernamentales y de Cooperación al Desarrollo, que nos ayudan, día a día a profundizar en las exigencias de la solidaridad.
En mi camino he visto de cerca y con agrado la preocupación y el celo con que tratáis el medio-ambiente, no sólo conservando y protegiendo los espacios que lo requieren, sino buscando un desarrollo social y económico compatible con la defensa de la naturaleza.
Los representantes del sector vitivinícola me han transmitido la importancia que tiene para Castilla-La Mancha y para la economía española este sector a cuya conservación, perfeccionamiento y desarrollo todos debemos apoyar sobre todo en horas vitales cuando se toman decisiones fuera de nuestras fronteras que marcarán su futuro.
He visitado instituciones ejemplares, como el Centro de Parapléjicos de Toledo o la Fundación Solidaridad del Henares Proyecto-Hombre y he mantenido reuniones muy fructíferas con las Cortes regionales y con las corporaciones municipales, que me han permitido conocer y aproximarme a los problemas cotidianos y a las ilusiones de sus vecinos.
He disfrutado de vuestros bienes culturales, de las creaciones de vuestros pintores y de vuestros artesanos y he paseado por lugares significativos de la obra cervantina.
También el diálogo enriquecedor con las Autoridades eclesiásticas, la eficacia de los GEOS, el reencuentro siempre tan grato con la Academia de Infantería y el esfuerzo desarrollado por los Medios de Comunicación son igualmente aspectos de esta visita que no quiero dejar de mencionar.
Esta visita oficial, en definitiva, me ha permitido comprobar cómo Castilla-La Mancha ha roto muchas imágenes del pasado. Es hoy una región dinámica, con confianza en si misma, que lucha por su progreso y en la que el diálogo y el acuerdo se encuentran en su quehacer político y social.
A la hora de partir, tras estos días inolvidables me llevo el recuerdo de vuestra hospitalidad y la alegría de los momentos que hemos compartido, pero sobre todo, la confianza y la fé en las gentes que he conocido.
Señor Preisdente, de manera especial quiero agradecerle su esfuerzo y dedicación, junto con el de todos sus colaboradores que tanto han contribuído al buen desarrollo de esta visita. También quisiera extender mi agradecimiento a todas las autoridades que me han acompañado y facilitado mi tarea.
Estoy seguro de que el futuro al que os dirigís juntos colmará vuestras justas y legítimas esperanzas.
Muchas gracias por todo.