S
eñor Primer Ministro:
Permítame en primer lugar agradecerle su hospitalidad en esta mi primera visita oficial a Japón como Heredero de la Corona española. La recibo como una muestra más del afecto que hacia España estoy percibiendo en Japón y que está haciendo mi estancia especialmente grata.
Al volver aquí, siento de nuevo latir el valor y la lealtad con los que vuestro país ha construído su historia milenaria y que han inspirado su portentoso desarrollo.
Sobre estas bases Japón se ha consolidado como un gran país que ejerce una importante influencia no sólo en el terreno económico, sino también en el de la política global. Prueba de ello es la atención creciente que dedica la sociedad japonesa, cada día más abierta, a las grandes corrientes y los acontecimientos más relevantes del escenario internacional.
De ahí el interés que el Japón actual despierta en el mundo y concretamente en Europa. España no es una excepción: queremos conocer mejor el Japón y que la sociedad japonesa perciba con mayor claridad nuestra realidad actual. Mi visita intenta promover un avance en ambos aspectos.
España es también una tierra y un pueblo de antigua cultura y nobles tradiciones, acreditadas en Japón tanto por los intercambios y experiencias comunes que se han trenzado entre nosotros desde la llegada a Kagoshima de San Francisco Javier, de la que en 1999 se cumplen cuatrocientos cincuenta años, como a través de los empresarios y visitantes japoneses que tienen ocasión de conocernos directamente.
Mi país está hoy comprometido en una dinámica de modernización, especialmente destacada en los campos de la tecnología y el desarrollo industrial así como también en la investigación científica.
Venimos a Japón para presentar esta nueva imagen. Acabamos de reunir a destacadas personalidades de ambos países en el segundo Seminario Hispano-Japonés, que hemos planteado como un foro de encuentro y diálogo que indudablemente contribuirá a afianzar nuestra amistad, y cuyos ecos espero se multipliquen al transmitirse a la opinión pública a través de sus líderes y comunicadores.
Hemos hecho también un gran esfuerzo para dar a conocer el rostro más atractivo de nuestra realidad actual a través del "Mes de España en Japón", un conjunto variado de manifestaciones culturales, exposiciones de productos de alta calidad, ofertas turísticas originales y propuestas de cooperación en el ámbito industrial, tecnológico, financiero y comercial.
Pretendemos que estos proyectos se traduzcan en una mejora y un mayor avance de nuestras relaciones globales, cuyas perspectivas no pueden ser más halagüeñas, pues nacen y se nutren de afinidades y simpatías mutuas, basadas en los principios y valores que compartimos.
Las estrechas relaciones de mutuo afecto y respeto que felizmente existen entre la Casa Real española y Vuestra Casa Imperial simbolizan esta profunda comunicación, con la que también sintonizan nuestros Gobiernos y que comparten nuestros pueblos.
A este espíritu confiamos la nueva etapa del camino que iniciamos, para que nos guíe hacia el horizonte que pretendemos abrir juntos.