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ace unas semanas tuve la satisfacción de compartir con las Cámaras de Comercio la inauguración, en Madrid, del Primer Salón de Creación de Empresas. Hoy, vuelvo a acercarme a vosotros, a la Cámara de Comercio de Las Palmas, para celebrar vuestro Ier Centenario. Os agradezco la gentileza que me habéis mostrado al ofrecerme presidir el acto central de esta efeméride que conmemora todo un siglo lleno de ilusión, trabajo y progreso, con realidades difíciles pero con continuo avance y mejora.
Me alegro de que esta conmemoración coincida con los Honores y Distinciones que acabamos de entregar, y que premian la antigüedad, la proyección regional e internacional, la creatividad e innovación, la apuesta tecnológica y el crecimiento de las personas y empresas que los han recibido. A los diez premiados quiero expresar mi felicitación más cordial. Sirvan ellos de estímulo y ejemplo para enriquecer el legado de estos 100 años de vuestra Cámara, y el futuro de las empresas canarias.
Puedo comprobar, a través de la variada representación reunida en este recinto, el pleno arraigo de esta institución en la tradición económica canaria. A lo largo de su dilatada historia, la Cámara ha servido a la sociedad en todas las ocasiones, con independencia y por encima de cualquier ideología.
En los cien años transcurridos, ha sabido demostrar siempre lo que significa trabajar por el interés general de las empresas canarias y esforzarse por una causa común. Su papel en temas tan transcendentales como el desarrollo de los Puertos Francos, y el posterior Régimen Económico y Fiscal de 1972, son buena prueba de ello.
Si hoy miramos atrás, reconocemos los resultados alcanzados a lo largo de esta centuria, en todo tipo de circunstancias, aún las mas adversas, y nos sentimos orgullosos de ellos, a la vez que miramos adelante, para resolver los nuevos retos del presente y futuro.
La organización del sistema cameral es un reflejo de la adecuación a la estructura social y económica del país. El apoyo a las empresas y el fomento del desarrollo económico precisan de una estructura descentralizada y cercana a las realidades locales. En este sentido, las Cámaras son un ejemplo constante de cómo trabajar en Red respetando las particularidades de cada una de esas realidades y en vuestro caso, aún más, por la dispersión insular de vuestra demarcación.
Hoy que, afortunadamente, vivimos la realidad de una Democracia asentada, las Cámaras pueden enorgullecerse de haber colaborado también en la tarea conjunta de forjar su estabilidad. Pero si hablamos de la actualidad que os afecta de modo más directo, hay que destacar que dentro de unos meses entra plenamente en vigor la nueva moneda única: la pertenencia al espacio "euro" es una faceta más del proceso de liberalización de los mercados que tiene entre otras metas la reducción de las barreras comerciales, económicas y financieras. Además la homogeneidad de la política monetaria y el proceso de convergencia real con el resto de países de la Unión Europea ofrece grandes retos, y sobre todo grandes oportunidades para Canarias.
Igual ocurre con el modelo especial canario que siempre ha pretendido garantizar que la lejanía, la insularidad, la fragmentación territorial, la difícil orografía y la escasez de recursos naturales se compensen a través de políticas específicas suficientes.
En este marco, la Cámara de Las Palmas debe desarrollar su trabajo para atender las demandas del empresariado canario, favoreciendo su internacionalización y su concurrencia en mercados más amplios y competitivos, y ofreciendo información sobre potenciales destinos, unos ya consolidados, como los de la Costa Occidental de Africa, u otros de gran potencial, como Iberoamérica. Y también debe esforzarse en continuar su labor de formación empresarial de calidad, en promocionar el uso de las nuevas tecnologías (sobre todo entre las pymes), y, muy especialmente, en crear un entorno social favorable hacia la labor del emprendedor por ejemplo a través de la Ventanilla Única Empresarial.
Este es el contexto donde la Cámara de Las Palmas adquiere un relevante papel de cara al siglo XXI. Un proceso no exento de riesgos, pues ha de seguir las vicisitudes de un mercado globalizado, en el que las transformaciones se producen a velocidades de vértigo, pero en el que estoy seguro cumpliréis con éxito, gracias a vuestra capacidad y experiencia. Y es que no podemos olvidar que una institución es líder en cuanto es capaz de protagonizar los procesos que conducen al mañana.
Por tanto, puesto que nuestra sociedad se mueve en escenarios nuevos y sus empresas necesitan instituciones dinámicas, flexibles y cercanas que sepan transmitir las coordenadas del nuevo contexto económico, y promuevan los cambios que solicita el entorno actual, a vosotros os toca responder a estos desafíos y sinceramente, creo que superareis esos retos, añadiendo nuevos logros a los que ya distinguen vuestra trayectoria y llenando poco a poco de satisfacciones vuestro segundo siglo de existencia. En esta empresa os deseo mucho ánimo, y os ofrezco mi apoyo y afecto como Heredero de la Corona.
Felicidades a todos y de nuevo gracias por hacerme partícipe de esta celebración.