su llegada a la Plaza de la Catedral de Cuenca, Don Felipe y Doña Letizia fueron recibidos por el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda, el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Francisco José Pardo Piqueras, el delegado del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, Máximo Díaz-Cano, y el alcalde de Cuenca, Francisco Javier Pulido.
Seguidamente, los Príncipes se dirigieron a pie hasta el Ayuntamiento, donde fueron saludados por el presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, Juan Ávila, la presidenta del Partido Popular de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, el obispo de Cuenca, José María Yanguas, y los miembros de la Corporación Municipal. Sus Altezas Reales accedieron a continuación a la Sala de Sesiones y ocuparon su lugar en la mesa presidencial.
El maestro de ceremonias y cronista de la ciudad, Raúl Torres, dio la bienvenida y anunció la intervención del alcalde de Cuenca. Tras una proyección audiovisual sobre la ciudad, el alcalde hizo entrega a los Príncipes de Asturias de sendos pergaminos con el nombramiento de Alcalde y Alcaldesa Honorarios de la Ciudad de Cuenca y la llave del Consistorio.
Después del discurso del presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Don Felipe pronunció unas palabras, en las que expresó el agradecimiento y emoción de los Príncipes por este "alto honor", que refleja "la relación estrecha que existe entre Cuenca, Castilla-La Mancha y la Corona, al tiempo que redoblan nuestro apego y compromiso hacia todos vosotros".
Su Alteza Real manifestó que "recibimos con hondo respeto y gran emoción los honores que nos otorgáis y los tomamos como una manifestación de afecto, sí; pero también de confianza en nosotros y en el futuro. En ese futuro para el que como Príncipes de Asturias junto a todos vosotros y el conjunto de los españoles, trabajamos con ilusión y convicción. Hacerlo y sentirnos apoyados nos llena de alegría y de esperanza".
Don Felipe puso de relieve la riqueza de la ciudad, que "logra conjugar arquitectura tradicional y estructura moderna, acoge un sobresaliente acervo museístico clásico y contemporáneo, o una expresión musical de gran riqueza y prestigio, y muestra su ejemplaridad también al contar con un acuerdo ciudadano esencial en favor del desarrollo económico sostenible y respetuoso de su patrimonio natural".
Concluyó el Príncipe expresando su admiración por "vuestra belleza y singularidad. Y por todo lo que he dicho, por los esfuerzos que hacéis para seguir mejorando el bienestar económico y social de Cuenca, siempre contaréis con todo nuestro apoyo, nuestro cariño y nuestro aliento".
A continuación, Sus Altezas Reales accedieron al despacho del Alcalde, donde firmaron en el Libro de Oro del Ayuntamiento y fueron obsequiados con un facsímil del Fuero de la ciudad de 1935.
Después de mantener un breve encuentro con los miembros de la Corporación Municipal y el resto de asistentes, en el Salón de Sesiones, los Príncipes regresaron al despacho del Alcalde. Allí fueron saludados por el obispo de Cuenca, y los miembros de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Cuenca, encabezados por su presidente, Jorge Sánchez Albendea, quien impuso a Sus Altezas Reales la Medalla de Oro de las Cofradías de Cuenca y les obsequió con un libro de láminas del artista Miguel Zapata.
Los Príncipes de Asturias abandonaron posteriormente el Ayuntamiento para dirigirse al parque situado en el barrio de "Villa Román". A su llegada, fueron recibidos por el alcalde y el arquitecto Alberto Romero. Seguidamente, Sus Altezas Reales descubrieron una placa conmemorativa, situada en la escultura "Puerta de los Príncipes", que la ciudad de Cuenca les ha dedicado con motivo de la creación del nuevo "Parque de los Príncipes".
Una vez finalizado este acto, Don Felipe y Doña Letizia fueron despedidos por las mismas personas que les recibieron a su llegada.