a Fundación Príncipe de Asturias, al conmemorarse su décimo aniversario, constituyó en 1990 un nuevo Premio, de carácter y naturaleza diferente a los Premios Príncipe de Asturias, denominado Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.
El premio se concede al pueblo, aldea, núcleo de población, espacio paisajístico o grupo humano del Principado de Asturias que haya destacado de modo notable en "la defensa y conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico, o también en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad sobresalientes".
El jurado resolvió distinguir, de entre las treinta candidaturas que han concurrido en esta edición, a la comunidad vecinal de San Tirso de Abres, "por su compromiso histórico con la tradición y la cultura desde una situación de lejanía y marginalidad a la que ha sabido sobreponerse gracias al espíritu de superación y el esfuerzo de su comunidad vecinal, siempre activa, solidaria y abierta a la modernidad".
Al día siguiente de la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia se trasladaron a San Tirso de Abres, localidad galardonada con el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2011. A su llegada, Sus Altezas Reales fueron recibidos por el presidente del Principado de Asturias, FranciscoÁlvarez-Cascos, el presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez Inciarte, el presidente de la Junta General del Principado de Asturias, Fernando Goñi, el delegado del Gobierno en Asturias, Francisco González Zapico, la alcaldesa de San Tirso de Abres, María Goretti Quintana, el consejero de Presidencia del Principado de Asturias, Florentino Alonso, la directora de la Fundación Príncipe de Asturias, Teresa Sanjurjo, y el secretario general de la Fundación Príncipe de Asturias, Adolfo Menéndez. Seguidamente, los Príncipes fueron saludados por los miembros de la Corporación Municipal de San Tirso de Abres, los alcaldes de la Mancomunidad de Oscos-Eo, el director emérito Vitalicio de la Fundación Príncipe de Asturias y los representantes de las Asociaciones Vecinales de San Tirso de Abres.
Sus Altezas Reales comenzaron su visita por el Centro de Interpretación de la Pesca en el Eo, recorriendo la Sala 1: El río (salmones, trucha, reo, lamprea y anguilas), y la Sala 2: Los cotos y utensilios de pesca, durante la misma recibieron explicaciones de la responsable de Turismo, Lorena Rodríguez. Posteriormente presenciaron una demostración de montaje de moscas de pesca por jóvenes del Concejo acompañados por los gancheros veteranos.
Acto seguido, en el exterior del Centro, Sus Altezas Reales recibieron el saludo de los miembros del jurado del Pueblo Ejemplar de Asturias 2011 y de la Asociación de Mujeres Rurales "Renacer".
A continuación se trasladaron a la Plaza del Ayuntamiento donde descubrieron una placa conmemorativa y realizaron una breve visita a la exposición fotográfica sobre etnografía y patrimonio de San Tirso de Abres. Allí recibieron el saludo del artista santirseño José María García Bouza y su familia (autor de la escultura sobre la que se ubica la placa).
Tras la firma en el Libro de Honor del Municipio en el Ayuntamiento, los Príncipes se trasladaron a la plaza de La Tapia, donde dio comienzo el acto de entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias 2011, con las intervenciones de la alcaldesa de San Tirso de Abres, María Goretti Quintana, el presidente del Jurado, Francisco Rodríguez, quien dio lectura al acta de concesión del premio.
Don Felipe hizo entrega seguidamente del premio aÁngel Prieto como representante de las Asociaciones de San Tirso de Abres. Tras las palabras de agradecimiento deésteúltimo, el Príncipe pronunció un discurso, en el que felicitó a San Tirso de Abres por esta distinción.
Su Alteza Real recordó que "regresar, después de casi quince años, a esta bellísima e histórica tierra del Occidente de Asturias para hacer entrega del Premio al Pueblo Ejemplar a San Tirso de Abres me satisface y me ilusiona pues guardo en mi memoria muy gratos recuerdos del día en que la villa de Castropol recibió igual distinción".
Don Felipe puso de relieve que este premio lo han merecido "muy justamente por vuestro compromiso con la tradición y la cultura, por vuestra hospitalidad, por el trabajo en común, por haber combatido en la lejanía, durante muchos años, el aislamiento y el olvido".
El Príncipe subrayó que "formáis un conjunto que es modelo y estímulo, que va más allá de los pueblos de Asturias, pues habéis sabido no solo mostrar vuestras virtudes, sino también, y sobre todo, realizar algunas de las esperanzas y deseos más anhelados, vuestros proyectos más queridos. Constituís así una pequeña pero hermosa lección de cómo hacer un mundo con mayores ilusiones; un mundo en el que no debe faltar una cierta dosis de utopía, pues los sueños optimistas y generosos alumbran siempre progreso y esperanza. Es cierto que el futuro no está predeterminado, que está abierto sin que nadie pueda predecirlo, pero todos en común contribuimos a construirlo con lo que hacemos, todos somos responsables de lo que pueda acaecer".
A los miembros del jurado les agradeció "un año más su colaboración por su sentido del deber y responsabilidad, y por hacernos partícipes de vuestras ilusiones y logros", y añadió que "igualmente tenemos muy presentes a todos los pueblos y asociaciones que han optado al Premio. Les animamos a seguir trabajando cada día con ilusión y esperanza. La Princesa y yo les enviamos desde aquí nuestra gratitud y nuestro cariño".
Su Alteza Real quiso tener un recuerdo muy sentido para sus vecinos de Galicia "para vuestros hermanos, como acostumbráis a decir de forma entrañable, que en la otra orilla del Eo comparten con vosotros una larga y nada fácil historia y los cotidianos afanes de la vida. A todos los que en esa querida tierra viven y a los muchos que sueñan con ella desde la lejanía, les enviamos también nuestro saludo, nuestro recuerdo y nuestro cariño"
Concluyó sus palabras Don Felipe evocando otras profundas y muy emotivas que dicen que "merece la pena vivir solo por escuchar el canto del viento. Y vosotros podéis añadir, sin temor a equivocaros, que merece la pena vivir no solo por escuchar los cantos de un entorno tan sugestivo como el vuestro sino por el gozo de contemplar al mismo tiempo las aguas de vuestro mítico río Eo, tan esencial desde siempre para vuestras vidas, tan inseparable de ellas".
El acto finalizó con la interpretación del Himno de Asturias, a cargo de la Banda de Gaitas de Vegadeo. Después se trasladaron al Colegio Público de San Tirso de Abres a su llegada recibieron el saludo de la Junta Directiva Actual y Directivos anteriores de la Asociación cultural de San Tirso de Abres. Allí pudieron presenciar una demostración de oficios y costumbre tradicionales del Grupo de Portadores de Tradición Oral San Tirso del Eo, que consistió en la elaboración de jabón artesanal; en la simulación del lavado en el río; el ciclo de transformación artesanal de la lana; madreñero / galocheiro; cestero; zapatero; carpintero ambulante; aserradores; afiladores; esfolla del maíz; artesanía de la hoja del maíz; mayado de sidra; amagüestu; y porúltimo de la presentación de las roscas de Jueves Santo y del ciclo del pan.
Tras esta demostración, Don Felipe y Doña Letizia se trasladaron a la Iglesia parroquial de San Salvador, donde tras ser saludados por el párroco de la Iglesia, José Luis Fernández, realizaron una breve visita a la misma, para a continuación trasladarse al Centro Social de Personas Mayores. Allí, tras ser saludados por la Junta Directiva del Centro, les mostraron los objetos elaborados en los talleres de envejecimiento activo que desarrolla la Asociación de la Tercera Edad San Salvador que consistió en la exhibición de cestería confeccionada con médula; trabajos en cuero (bolsos, monederos); tapicería; arte floral; talla de madera, y pintura en tela.
Un almuerzo de campo en el Polideportivo Municipal puso el colofón a las actividades de Don Felipe y Doña Letizia en Asturias.