us Altezas Reales los Príncipes de Asturias presidieron el acto institucional conmemorativo de las Cortes Generales y Extraordinarias de la Real Villa de la Isla de León de 1810, y entregaron el Premio "Cortes de la Real Isla de León 1810, a los valores Constitucionales y Defensa de las Libertades Democráticas" al pueblo de Madrid.
A su llegada a la calle Real, Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias fueron recibidos por el Alcalde de San Fernando, Manuel de Bernardo, el almirante de la Flota, Juan Carlos Muñoz-Delgado, y el vicepresidente primero y consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Seguidamente, y tras los Honores Militares, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias pasó revista de Tropas a las Unidades Militares allí convocadas.
Finalizada la revista, Sus Altezas Reales fueron saludados por la Corporación Municipal y por el Obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos, el arcipreste de San Fernando, Jesús Guerra, y por el párroco de la Iglesia de San Pedro y San Pablo, Jorge Orellana.
Una vez en el interior de la Iglesia de San Pedro y San Pablo, Sus Altezas Reales recibieron una explicación a cargo del alcalde de San Fernando sobre la Jura de las Cortes Constituyentes de 1810.
Terminado el desfile, Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias se dirigieron al Teatro de las Cortes, donde ocuparon su lugar en la mesa presidencial.
Tras la entrega del premio, Don Felipe dirigió unas palabras a los asistentes en las que dijo que "estos galardones bianuales reflejan la conjunción de inteligencia y sensibilidad con que Andalucía, Cádiz y San Fernando saben reconocer los esfuerzos que han llevado a la construcción de la España constitucional, moderna y democrática de que hoy disfrutamos", y subrayó que "Madrid y San Fernando fueron pilares de la defensa de la libertad y de la soberanía frente al invasor, así como del inicio de la construcción de la España constitucional por unas Cortes Generales. Por ello, Madrid y San Fernando representan dos expresiones ejemplares de una misma voluntad popular, de sentimientos colectivos articulados con tesón y esfuerzo, por y en nombre de toda la Nación".
Finalizada la intervención de Don Felipe, Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias fueron despedidos por las mismas personas que los recibieron a su llegada.