ntre el 7 y 11 de marzo, la Unidad Militar de Emergencias ha desarrollado una serie de ejercicios, en el marco de un simulacro de emergencia a nivel nacional (Nivel III), junto con servicios de emergencias de las distintas administraciones hasta conformar un equipo de 2.500 efectivos desplegados. El supuesto parte de graves inundaciones en las localidades de Segovia, Palazuelos de Eresma, Tabanera del Monte, San Cristóbal de Segovia, La Lastrilla y Zamarramala, que amenazan varias infraestructuras, como consecuencia de fuertes nevadas durante los meses de enero y febrero e intensas lluvias de marzo. En esta situación, la rotura de la presa del Pontón Alto provoca una gran avalancha de agua que causa cientos de fallecidos, desaparecidos, miles de personas sin hogar y accidentes en un complejo petroquímico y una fábrica de combustible para centrales nucleares.
Tras ser informado en el Puesto de Mando de Dirección de la Operación, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias recorrió el Albergue de Damnificados y la Estación de Descontaminación. Posteriormente, se trasladó la presa de Pontón Alto, donde presenció una demostración de búsqueda y rescate en helicóptero, trabajos subacuáticos, rescate vertical y emergencia medioambiental de contención de vertidos tóxicos. La visita concluyó con el Campamento de Damnificados, el Centro Quirúrgico del Ejército de Tierra y el Laboratorio Forense de la Guardia Civil. En estos cuatro días de ejercicios, los efectivos desplegados en la zona hubieron de hacer frente a más de 130 incidencias a través de 1.540 acciones para paliar los efectos de esta catástrofe, inspirada en situaciones como las vividas en Estados Unidos con el huracán Katrina.
Entre otras personalidades, acompañaron a Don Felipe, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz; el delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Felipe Ruiz Medrano; el alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez; el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles Salaverría; el jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, general del aire Francisco Javier García Arnáiz; el jefe de la Unidad Militar de Emergencias, teniente general César Muro Benayas; el general adjunto al jefe de la UME, general de división Ignacio Pedrosa Rey, y el director de la Academia de Artillería, general de brigada Alfredo Sanz y Calabria.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) es una unidad de las Fuerzas Armadas, creada por acuerdo del Consejo de Ministros de octubre de 2005, que cuenta con el máximo potencial y capacidad de reacción para su intervención en situaciones extremas, tales como servicios sanitarios de emergencia, incendios forestales, grandes nevadas, derrumbes, inundaciones, riesgos tecnológicos, etc.
Su finalidad es preservar el bienestar de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofes, calamidades u otras necesidades públicas. Está formada por cerca de 4.000 militares, con una gran preparación y especialización, distribuidos en siete localizaciones: Torrejón de Ardoz (Madrid), Morón de la Frontera (Sevilla), Bétera (Valencia), Zaragoza, San Andrés del Rabanedo (León), Gando (Las Palmas) y Los Rodeos (Tenerife).
Dispone de medios materiales propios como hidroaviones apagafuegos, helicópteros, autobombas todo-terreno, ambulancias, vehículos ligeros, camiones, máquinas de movimientos de tierras, equipos quitanieves, embarcaciones y plantas de descontaminación. Además de sus propios medios, tendrá capacidad para utilizar otros en caso de emergencia, tanto de las propias Fuerzas Armadas, como de la Guardia Civil.