La Reina y yo les damos la bienvenida España, a Andalucía y a Sevilla, para esta 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo.
Esta ciudad abierta al mundo, que es Mediterráneo y es Atlántico, que es Europa y es Iberoamérica, les acoge con los brazos abiertos porque es consciente –como lo somos todos los españoles─ de la trascendencia del mensaje que ha de salir de esta cumbre: un impulso renovado y vigoroso de la agenda de Desarrollo Sostenible.
España está orgullosa de haber sido designada como país anfitrión, fruto de su trayectoria y compromiso creciente con el multilateralismo y la cooperación internacional en las ultimas 4 décadas. Sevilla, la 1ª ciudad europea que acoge esta cumbre, sucede a Monterrey, Doha y Addis Abeba como punto de encuentro en torno a una pregunta esencial: cómo reforzar el marco de financiación para el desarrollo en un tiempo de enorme complejidad.
Les deseo que su voz se escuche alta y clara. Que salga de aquí una nueva hoja de ruta basada en lo concreto, en lo tangible, en lo realizable. Porque en estos tiempos no hay mejor argumento que la concreción, para llegar al conjunto de la comunidad internacional.
Señores y señoras delegados,
"...En un mundo en constante cambio, la cooperación sirve para construir el futuro de sus destinatarios; pero también un presente del que somos todos ─el conjunto de la comunidad internacional─ partícipes y responsables...."
Esta conferencia debe ser un éxito porque la cooperación internacional es una de las vigas maestras del mundo multilateral, la plasmación máxima de los valores que lo alientan, sobre todo en la actual coyuntura histórica, cuando muchas certezas se disuelven y muchos miedos e incertidumbres toman cuerpo. Quiero, por ello, aprovechar esta tribuna para subrayar tres ideas:
La 1ª, que, en un mundo en constante cambio, la cooperación sirve para construir el futuro de sus destinatarios; pero también un presente del que somos todos ─el conjunto de la comunidad internacional─ partícipes y responsables. Porque la realidad es una sola, no es posible fragmentarla, no funciona en compartimentos estancos. Y en este contexto la Agenda de Desarrollo Sostenible adoptada en 2015, a 5 años de la fecha que fijamos para su cumplimiento, mantiene una vigencia plena, porque los desafíos globales siguen sin admitir aplazamiento. Necesitan un nuevo impulso en nuestro esfuerzo colectivo. Y es el tiempo de dárselo, con convicción, con eficacia y con garantías de co-responsabilidad.
La 2ª idea es que, en un tiempo en el que los desafíos son enormes y hay una evidente falta de financiación, la única respuesta posible es la eficacia. El lenguaje de la eficacia es el que ha de definir esta conferencia: el que estará presente en su documento de conclusiones ─en el compromiso de Sevilla─ fruto de un consenso que es, en sí mismo, un gran motivo de celebración. Y el que estará presente, también, en la Plataforma de Acción de Sevilla: una plataforma destinada a tejer alianzas y movilizar recursos en torno a los ODS. Su desempeño, su capacidad de generar círculos virtuosos, palancas de desarrollo y prosperidad, será la mejor defensa posible del multilateralismo.
La 3ª idea es que el tránsito vertiginoso que estamos viviendo hacia una nueva geopolítica no puede ni debe desembocar en una enmienda a la totalidad al mundo del derecho, de la solidaridad, de la dignidad humana; del mundo que se contiene, entre otros textos, en la Decl Univ de los DDHH y en la Carta de las NNUU. Debemos estar muy vigilantes para que eso no suceda: pese a las dificultades, debemos persistir en el largo camino de la diplomacia multilateral. No porque creamos que sea siempre el más rápido o directo, ni porque nos neguemos a ver sus evidentes fallas, sino porque sabemos adónde han conducido otros caminos a lo largo de la historia.
Las NNUU, sus organismos especializados y sus agencias, deben seguir ocupando un papel central, como cauce y estímulo de tantos procesos de diálogo y cooperación.
Porque, señores y señoras delegados, como dijo Dag Hammarsköld, Sec.Gen de las NNUU entre 1953 y 1961 y uno de los más preclaros diplomáticos que dio el tumultuoso siglo XX: “La búsqueda de la paz y el progreso no puede terminar en pocos años ya sea con la victoria o la derrota. En la búsqueda de la paz y el progreso, con sus ensayos y sus errores, sus éxitos y sus fracasos, nunca podemos relajarnos y nunca podemos abandonar.”
Persistamos en esa búsqueda. Hagamos de la Conferencia de Sevilla un nuevo hito en la agenda del desarrollo. Se lo debemos a la generación de nuestros padres y abuelos, y también a la de nuestros hijos y nietos. Y se lo debemos a todos aquellos que, en nuestro propio tiempo, carecen de la voz y la energía para clamar por un mundo mejor y más justo. Por ellos, por nosotros, el desarrollo sostenible es una causa que jamás debemos dar por perdida.
Muchas gracias.