Gracias por invitarme a participar en esta clausura de la IIª edición de “CREO”; un foro económico que es, ante todo, un punto de encuentro de líderes empresariales en sectores estratégicos, de responsables políticos, de gestores públicos, de académicos e investigadores. No quiero dejar de enfatizar la importancia que tienen, especialmente en momentos como los que estamos viviendo, los espacios de reflexión sosegados y analíticos, donde, más que difundir las ideas propias, importa escuchar las ajenas.
Este auditorio es una muestra muy amplia de nuestra economía y nuestra empresa: de prácticamente todos los sectores. Vuestros diagnósticos, fruto del diálogo estratégico entre el sector público y el sector privado, son valiosos porque tienen una clara conciencia de propósito: seguir contribuyendo a una España moderna, cohesionada, innovadora y competitiva. Y todo eso, en buena medida, es hacer justicia al nombre de este foro.
El acrónimo CREO contiene, como sabéis, cuatro palabras que son clave para cualquier empresa: Crecimiento, Responsabilidad, Excelencia y Oportunidad. Quisiera, sobre la base de esas cuatro palabras, hacer alguna reflexión acerca de la economía y la sociedad, en España y en el contexto europeo.
En 1º lugar, el crecimiento: nuestra economía creció un 3,2% el año pasado, frente al 0,7% de la zona euro; datos muy positivos, que confirman el liderazgo de nuestro país en el crecimiento europeo, y ello en un clima de creación de empleo e inflación moderada.
Para afianzar esa senda, hemos de prestar mucha atención a la letra pequeña: la visión de nuestros autónomos, de los emprendedores, de las familias; y también de nuestras universidades, de nuestros investigadores. Debemos seguir afrontando nuestros retos estructurales, como el acceso a la vivienda, la cohesión territorial o el desafío demográfico. Y procurar que ese crecimiento económico, del que todos los sectores participan, tenga, cada vez más, una traslación en términos de equidad o cohesión social.
En 2º lugar, la responsabilidad: en este tiempo de incertidumbres, es importante sentar las bases de un crecimiento sostenible, responsable y con visión de futuro. Y en cuestiones de gran calado ético, como son la salud, la alimentación o el medioambiente, la empresa española ha demostrado que tiene mucho que decir al mundo. Lo vemos, por ejemplo, en sectores como la energía y la movilidad sostenible. Porque sostenibilidad y competitividad –como a estas alturas, parece evidente- no son conceptos opuestos, sino complementarios, y la transición energética no es solo una necesidad global, sino también una oportunidad económica. Sigamos por ese camino.
En 3º lugar, la excelencia: la búsqueda de la excelencia, del talento, es un trabajo siempre inconcluso que no apela a la complacencia sino al inconformismo. Pero es de justicia reconocerla ─y potenciarla─ allí donde se encuentre. Nuestros ecosistemas empresariales tienen incontables ejemplos de excelencia: en nuestras grandes compañías, en los proveedores de servicios, en nuestros emprendedores, en nuestras pymes.
Al margen de esa noción puramente económica, pero muy ligada a ella, hallamos la excelencia en una sociedad que sabe unirse y cooperar; sobre todo en situaciones extremas. Habéis dedicado un espacio importante, en este foro, a reflexionar sobre la reconstrucción en la Comunidad Valenciana tras la DANA. Esta tarde habéis hablado sobre la labor de la FPdGi. Así que os felicito por el esfuerzo también de mantener la atención sobre las consecuencias de aquel desastre sobre las necesidades y la evolución de la reconstrucción en la Comunidad Valenciana tras la DANA. Os felicito por ello, porque la calidad humana, la solidaridad, las ganas de salir adelante que hallamos en esos pueblos y comarcas son enormes ejemplos de excelencia. Por eso, y aunque la actualidad no concede tregua, no perdamos nunca de vista el proceso de reconstrucción, donde tanto queda por hacer y tanto espacio hay para un tema clave que habéis tratado en este foro: la cooperación público-privada.
Y en esa línea, habéis escuchado cómo, del presidente de la Fundación y un patrono, Vicente Cancio y Paco Belil, han explicado un poco la iniciativa que se tomó en el seno de la FPdGi para poner todos los medios a su alcance, que no estaban alineados o preparados para esto, pero, con un poquito de empuje y con una convicción clara de que algo había que hacer —veo aquí alguna cara también de la Fundación, está en segunda o tercera fila—, se pusieron manos a la obra, pero de una manera que a todos nos sorprendió: a todo el patronato y a los que no estábamos directamente en el día a día, nos sorprendió, porque fue rápido, fue un plan extraordinario, y muy rápidamente se empezó a poner en marcha, y tuvimos la satisfacción, hace poquito, hace unas semanas, de tener un balance ya sobre el trabajo y los resultados.
"...“CREO” contiene intencionadamente las palabras “crecimiento, responsabilidad, excelencia y oportunidad”. Pero también ─y sobre todo─, “creo” es una palabra que sugiere acción, iniciativa y optimismo: el presente de indicativo del verbo “creer” y también del verbo “crear”..."
Y realmente son notables, son importantes, no solo en los primeramente necesitados —en el público objetivo, por así decirlo—, sino también en los que han participado. Es decir, el impacto del que da, del que ofrece, del que se dedica a ayudar, también es algo que debemos tener en cuenta por su valor para la evolución de una sociedad y la mejora de las condiciones en general. Pero una emergencia, sin duda, se palpa, se ve de una manera muy tangible, lo que un esfuerzo extraordinario puede hacer.
Es mucho lo que queda por hacer, la necesidad es enorme, así que hay que seguir adelante y, como digo, no perder atención, no dejar de dedicar tiempo a seguir el proceso de reconstrucción y apoyarlo.
Finalmente, la oportunidad: aún a riesgo de caer en un lugar común, el contexto actual hace buena la afirmación de que los tiempos de crisis son también, tiempos de oportunidades. Nos enfrentamos, los europeos, a una realidad global compleja, con un tablero geopolítico fragmentado, donde las tensiones comerciales, los conflictos armados, las disrupciones tecnológicas y los riesgos climáticos se entrelazan con una velocidad sin precedentes. Este tiempo de cambio es también, una gran oportunidad: la de definir la Europa del futuro. De esto también hemos escuchado esta mañana mucho en Aquisgrán, con motivo del Premio Carlomagno que recibió la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen.
La necesaria reindustrialización de Europa, la apuesta inaplazable por la digitalización, las infraestructuras, la soberanía tecnológica y productiva y la autonomía reforzada en temas de seguridad y defensa es, también, una gran ocasión para consolidar la Unión como lo que ha sido desde sus orígenes: un referente en los derechos, las libertades y la defensa de los bienes públicos... Hagamos que la Europa del mañana sea, cada vez más, la Europa de la ciudadanía, porque la ciudadanía es el gran fruto del proceso de integración y, también, la fuente última de su legitimidad.
Queridos amigos:
De todos estos asuntos habéis hablado aquí, y de todos ellos se ocupan, a diario, las páginas de nuestra prensa económica.
Quiero, desde esta tribuna, reconocer su labor, que no es solo de información, sino también de formación: de pedagogía. “Cinco días”, el periódico decano de la prensa económica en España, es un gran ejemplo de ello. Lo ha sido desde su fundación, en 1978, es decir, en plena Transición Española y cuando se aprueba la Constitución. Tiene, por tanto, la misma edad que nuestra democracia.
Si nuestro marco de libertades no se entiende sin la labor de los medios, no es aventurado pensar cuánto debemos a aquellos que siempre estuvieron ahí, dando la noticia de nuestros cambios sociales, nuestra modernización contribuyendo a ella, nuestro regreso a Europa. Gracias al equipo de “Cinco Días” por organizar este foro, y por estas casi cinco décadas de información económica. Que sigáis, por muchos años, trayéndonos noticias de mercados y finanzas (¡y, a ser posible, buenas noticias!).
Queridos amigos, permitidme terminar donde empecé: en la afortunada polisemia del título de este foro. “CREO” contiene intencionadamente las palabras “crecimiento, responsabilidad, excelencia y oportunidad”. Pero también ─y sobre todo─, “creo” es una palabra que sugiere acción, iniciativa y optimismo: el presente de indicativo del verbo “creer” y también del verbo “crear”.
Son dos verbos que toda sociedad moderna necesita: creer en sí misma y en su papel en el mundo; y crear las bases de un futuro sostenible, de un futuro mejor, de un futuro para todos. Ese es el reto de la sociedad española; y todos vosotros, los aquí presentes, estáis en posición de aportar mucho a ese gran esfuerzo colectivo. Así que sigamos creyendo, sigamos creando.
Muchas gracias