Regresar a Colombia es siempre para mí una gran alegría; es un sentimiento hondo y auténtico que nos impulsa, antes de nada, a agradecer de corazón la hospitalidad y la generosidad de este gran país y de su gente. Lo he podido comprobar una vez más al llegar a esta hermosa ciudad de Barranquilla, que nos acoge estos días para la gran cita mundial del derecho y de los juristas.
Pero es una oportunidad que me alegra especialmente porque me trae por vez primera a esta ciudad, siendo también ésta la primera visita que hago a Colombia como Rey de España.
Barranquilla es una ciudad afamada por su vocación creativa y emprendedora, así como por su carácter abierto y cosmopolita, donde personas de todas las procedencias encontraron un hogar, se integraron en su cultura y la enriquecieron con sus aportaciones, haciendo de ella un ejemplo de tolerancia y de convivencia en la diversidad.
"...Hoy Colombia busca consolidar una paz fundamental para el bienestar de sus ciudadanos, y también para toda la región. Una paz que permita desarrollar el inmenso potencial de este gran país y de toda su población..."
Fue y es esta ciudad un lugar innovador y de progreso. Aquí se construyó el primer ferrocarril de Colombia, en 1871; aquí entró por primera vez el teléfono, en 1885; y aquí se creó también la 1ª aerolínea comercial del continente, que fue igualmente la 2ª del mundo. Esta ciudad es asimismo el lugar donde desemboca el río Magdalena, uno de los ejes vertebradores del país, por cuyas aguas fluye la colombianidad, empleando esta acertada y gráfica expresión.
Señoras y señores,
El motivo principal que me trae de nuevo a su gran país, como saben, es el gran y merecido reconocimiento que va a recibir Colombia —sus instituciones y sus ciudadanos— por su inquebrantable compromiso con el Estado de Derecho y la democracia. Es un inmenso honor estar presente con todos ustedes en este Congreso Mundial del Derecho, que es un referente jurídico que alcanza a la comunidad académica y profesional del Derecho de países de todos los continentes.
Hoy Colombia busca consolidar una paz fundamental para el bienestar de sus ciudadanos, y también para toda la región. Una paz que permita desarrollar el inmenso potencial de este gran país y de toda su población.
Un esfuerzo arduo y admirable, ya que ha tenido que mantener ese rumbo al tiempo que, por un lado, se sobreponía a la pandemia global, que también ha azotado duramente a este querido país; y se enfrentaba por otro, con una solidaridad ejemplar, a una de las más graves crisis migratorias sufridas por este continente. Como dijo recientemente en su visita a Colombia el Sec. Gen. de las NNUU, refiriéndose a su innovadora iniciativa del Estatuto Temporal de Protección de Migrantes, “Colombia ha sido un ejemplo de humanidad, en un tiempo en el que la mayoría de los países cierran sus puertas a los migrantes…”.
Ahora que se acaban de cumplir 5 años del acuerdo de paz, Sr. Presidente, quiero felicitarles a usted y a todo el pueblo colombiano, como lo hizo el propio Sec. Gen. de NNUU, Antonio Guterres, durante su histórico viaje a Colombia. Estoy convencido de que su país alcanzará la meta deseada por todos; y tengan la certeza de que en la noble tarea de afrontar tanto este como otros desafíos de nuestro tiempo siempre podrán contar con el apoyo de España.
Levanto ya mi copa por ello; para brindar, con Su Excelencia el Presidente Duque y con todos ustedes, por la paz y el progreso de Colombia, así como por la sólida amistad entre nuestras dos naciones que crece y se fortalece día a día.