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Palabras de S.M. el Rey en el Pleno Extraordinario de la Cámara de Comercio de España

01.06.2020

Me alegra estar hoy nuevamente la Cámara de Comercio de España, en este encuentro en su sede, para también celebrar un pleno extraordinario por vía telemática.

El 19 de febrero pasado, tan solo unas semanas antes de la entrada en vigor del Decreto de Alarma por la Emergencia Sanitaria, nos vimos aquí la última vez. Analizamos entonces el contexto económico y las líneas estratégicas que os marcabais para los próximos años ante los retos internos y externos que se presentaban para nuestro país, para nuestras empresas y nuestro avance social. Aquello parece ya lejísimo en el tiempo.

Aunque también afecta gravemente a muchos otros países en Europa y el resto del mundo, la pandemia del COVID-19 está sometiendo a España a una dura prueba. A una de las pruebas más difíciles de su historia reciente.

El conjunto de los españoles sentimos como propias cada una de las miles de vidas que se han perdido y nuestro corazón está tanto con los que siguen enfermos y luchando contra la enfermedad y contra el virus, como con las familias de los fallecidos. Muchos de ellos, los de mayor edad, pertenecieron a una generación luchadora y trabajadora, que con su esfuerzo alumbró la España moderna y próspera que conocemos.

No albergo ninguna duda de que seremos capaces de vencer esta crisis, pero también sé -lo sabemos todos- que va a costar, nos va exigir mucho. Igual que no nos hemos arredrado ante el virus y, gracias al esfuerzo de tantos, estamos ganando la batalla contra la pandemia -aunque debemos perseverar en ella-, tampoco nos podemos rendir ante sus consecuencias más duraderas que ya nos golpean de forma tan inclemente: en nuestra economía, en nuestro tejido productivo, en el empleo y, en definitiva, en la cohesión social y nuestras necesidades y expectativas de desarrollo y progreso.

Los ciudadanos han brindado una lección de responsabilidad, civismo, esfuerzo y solidaridad. Y este espíritu es el que tiene que prevalecer ahora que iniciamos el camino de la recuperación económica y social de nuestro país. Un trayecto en el que el papel de las empresas debe ser -y será- clave; y la labor de instituciones como las Cámaras, nuevamente, también. Por ello os agradezco este nuevo encuentro y mesa redonda, así como el deseo de dar cuenta de vuestras actuaciones ante este inesperado y enorme reto.

Estas semanas he mantenido numerosos contactos con el mundo empresarial y he podido conocer las acciones de muchas empresas españolas, grandes y pequeñas -y multinacionales presentes aquí-, que han estado llevando a cabo para contribuir en la lucha contra la enfermedad y ayudar donde más hiciera falta o fuesen más eficaces con sus recursos y sus capacidades o conocimiento.

"...Ahora corresponde que juntos y entre todos -sector público, empresas, cámaras de comercio, sociedad civil en su conjunto-, sumando esfuerzos y aplicando inteligente y coordinadamente nuestras energías, con generosidad, trasparencia y rigor nuestros recursos, seamos capaces de reactivar la economía con toda la fuerza, la solidaridad y la solvencia de las que los españoles son capaces y también se merecen..."

Desde las grandes infraestructuras, como la construcción y equipamiento de hospitales de campaña, hasta el transporte gratuito para el personal sanitario; desde la fabricación de respiradores en las grandes plantas donde antes se montaban automóviles, hasta la confección de mascarillas y trajes de protección en pequeños talleres textiles. Se trataba de aportar, aliviar, facilitar, resolver, animar, de aplicar ingenio, generosidad… y pensar en cómo ayudar.

Las empresas no han dudado en hacer todo lo que ha estado en sus manos para combatir al virus a pesar de ser ellas mismas víctimas también de la pandemia. A todas ellas y a todos sus trabajadores les estamos profundamente agradecidos.

Sin duda, las medidas de confinamiento adoptadas bajo el Estado de Alarma han dejado consecuencias importantes en el ámbito económico y social. Por ello, ahora debemos poner todo nuestro empeño en hacer compatible la seguridad sanitaria con la necesaria actividad económica.

Ha sido verdaderamente reconfortante conocer la gran tarea llevada a cabo desde la Cámara de España y la red de Cámaras a favor de las empresas españolas, partiendo de la colaboración público-privada que está en la esencia del sistema cameral. La capilaridad de este sistema, que permite a las 85 Cámaras de Comercio estar presentes en todo el territorio, va a ser nuevamente fundamental para fortalecer el tejido productivo, y muy especialmente a las pymes, las más numerosas y vulnerables en el ámbito empresarial.

Este es un objetivo en el que los fondos europeos que la Cámara de España gestiona tendrán un papel clave, gracias a la reorientación de los programas que ejecutan en toda España las cámaras territoriales. Como también será crucial el liderazgo de las grandes empresas españolas, que están presentes en el Pleno de la Cámara de España y que actúan como tractoras del tejido productivo. A ello contribuirá asimismo la creación del Centro Español de Mediación Civil y Mercantil que facilite la resolución de controversias empresariales.

De esta crisis debemos nuevamente extraer enseñanzas que permitan adaptarnos mejor ante los desafíos del futuro. Y tendencias que se apuntaban antes de la pandemia como la hoja de ruta a seguir para alcanzar una economía más abierta, competitiva y sostenible, se han puesto en evidencia durante estos meses, tal como se ha comentado aquí.

La internacionalización, la transformación digital, la formación y la sostenibilidad deben ser vectores de crecimiento de la economía española. En este sentido, todo el trabajo que desde el sistema cameral se lleve a cabo constituirá una aportación muy importante para las generaciones futuras.

En los días más duros de la lucha contra el COVID-19, cuando visité el hospital de campaña levantado en IFEMA, señalé que España había demostrado a lo largo de los años que, cuando todos trabajamos juntos, por un objetivo común, somos capaces de vencer y superar las dificultades, por serias y graves que sean.

Ahora corresponde que juntos y entre todos -sector público, empresas, cámaras de comercio, sociedad civil en su conjunto-, sumando esfuerzos y aplicando inteligente y coordinadamente nuestras energías, con generosidad, trasparencia y rigor nuestros recursos, seamos capaces de reactivar la economía con toda la fuerza, la solidaridad y la solvencia de las que los españoles son capaces y también se merecen.

Muchas gracias.

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