Quiero comenzar estas palabras expresando mi alegría por estar hoy en este rincón de la querida tierra gallega, en Arteixo, donde nos hemos reunido para entregar del Premio Fernández Latorre en un día que es también muy especial para mí. Hoy he tenido el inmenso privilegio de recibir el título de Embajador de Honor del Camino de Santiago, embajador de ese Camino de cultura, historia, concordia y espiritualidad, que, como he podido subrayar esta mañana, es el camino por excelencia de Galicia, de España y de toda Europa.
Pero aquí y ahora, en este museo extraordinario que inauguró mi padre el Rey Juan Carlos hace casi diecisiete años, tengo una buena oportunidad para reconocer el papel desempeñado por La Voz de Galicia desde su fundación en 1882. A lo largo de muchas décadas, este periódico centenario ha sido un fiel narrador de la historia de Galicia, de España y del mundo. Y este museo, que expone con una gran riqueza de fondos la historia del periodismo mundial desde hace más de doscientos años, es, sin duda, el lugar propicio para expresar este reconocimiento y para acoger esta ceremonia.
La Voz de Galicia representa uno de los mejores ejemplos de la imbricación y de la complicidad de un medio con su territorio. La Voz es una verdadera institución de la sociedad gallega a la que ha servido con dedicación y lealtad desde hace más de un siglo. Como cabecera líder en esta tierra, es, además, un referente imprescindible en toda España cuando hablamos de periodismo de calidad y de responsabilidad.
"...La Voz de Galicia representa uno de los mejores ejemplos de la imbricación y de la complicidad de un medio con su territorio. La Voz es una verdadera institución de la sociedad gallega a la que ha servido con dedicación y lealtad desde hace más de un siglo. Como cabecera líder en esta tierra, es, además, un referente imprescindible en toda España cuando hablamos de periodismo de calidad y de responsabilidad..."
Pero esta “institución” no solo representa un ejemplo de periodismo bien hecho que ha sabido innovar en tecnología, en materia de contenidos y de modelo de negocio, sino que también es un modelo de responsabilidad social empresarial a través de la Fundación Santiago Rey Fernández Latorre.
De hecho, hoy nos convoca una expresión de ese sentido de responsabilidad social, como el que representa este Premio Fernández Latorre. Y me alegra que hoy vuelva a tener el placer y el honor de entregarlo, en su 57ª edición, y de hacerlo en manos de una ilustre persona nacida en esta tierra y que hoy desempeña una gran responsabilidad para España y para la riqueza universal de nuestra lengua compartida con muchas naciones hermanas: D. Darío Villanueva. Mi felicitación más sincera y profunda por este galardón tan merecido y que tiene tanta significación.
Efectivamente, es una distinción muy bien merecida por los extraordinarios méritos académicos y profesionales del profesor Villanueva que, como director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, desarrolla una labor fundamental en la protección y difusión del español, nuestra lengua común, compartida por más de 500 millones de personas en todo el mundo y segundo idioma de comunicación internacional.
Desde a querida Galicia, admirada por todos os españois pola súa riqueza cultural e lingüística propia, réndese hoxe, con xenerosidade e grandeza, unha homenaxe singular á lingua de todos os hispanofalantes do mundo.
Y termino ya para que todos podamos disfrutar del almuerzo que nos espera, fruto de la hospitalidad que nos ha ofrecido la Fundación Santiago Rey Fernández Latorre y La Voz de Galicia. Y mi reconocimiento y gratitud a ambas instituciones y, de nuevo, mi felicitación más afectuosa a Darío Villanueva.
Muchas gracias.