A
l encarar el final de esta importante y 1ª visita de Estado que hago junto a la Reina a Francia, quisiera comenzar mis palabras con un reconocimiento a la labor que los empresarios aquí reunidos desarrollan. El espíritu emprendedor que les caracteriza, sus ideas, su capacidad para identificar oportunidades y su tesón para materializarlas en proyectos concretos son un elemento esencial de nuestro bienestar y nuestra prosperidad.
Francia es hoy el primer mercado de España. Más de 28.000 empresas españolas, algunas de ellas aquí representadas, realizan parte de su actividad económica en Francia o con la vista puesta en el mercado francés. Entre todas, consiguen hacer de Francia el primer destino de nuestras exportaciones, alcanzando una cifra de 38.000 millones de €, casi un 4% de nuestro PIB y un 16% de nuestras exportaciones mundiales.
Nuestras ventas a Francia cubren todo el espectro de nuestra producción: desde los tradicionales productos agroalimentarios (hoy apenas el 6% de nuestra exportación), hasta la aeronáutica; desde las nuevas tecnologías a las energías alternativas, que dan lugar igualmente a importantes proyectos comunes, sobre todo en el campo de la energía eólica o en la biomasa; todo ello sin olvidar los proyectos industriales como el acero o los químicos, los bienes de consumo como el textil o la cerámica y, más aún, el automóvil.
La buena marcha de la economía francesa constituye una prioridad para España. En el mundo globalizado ya no podemos pensar ni actuar aisladamente. La cooperación entre nuestras empresas y entre nuestros países es un elemento esencial de nuestro progreso, que cada vez se refleja más en nuestra proyección en terceros mercados.
Esta es la realidad de los proyectos comunes de los que se ha hablado en este Foro que mejoran la competitividad de las empresas creando así riqueza y empleo en nuestros dos países. Son casi 350.000 los empleos creados por las inversiones de empresas francesas en España, y más de 70.000 los creados por las empresas españolas en Francia. Se trata de un empleo más especializado y estable porque la internacionalización aporta a las empresas solidez, más competitividad y mayores garantías de futuro.
Nuestra cooperación es esencial también para el resto de Europa. En primer lugar, porque una parte importante de nuestra exportación al resto de nuestro continente, que es el 60% de nuestra exportación global, debe cruzar Francia para llegar a sus mercados de destino. Por ello, la mejora de nuestras comunicaciones, terrestres o marítimas, son un proyecto no sólo franco-español, sino auténticamente europeo.
Los proyectos de interconexión por ferrocarril de alta velocidad y por carretera que se están fomentando contribuirán a integrar aún más el mercado transfronterizo entre el sur de Francia y el norte de España. Asimismo, el impulso a las metas que nos hemos fijado para reforzar el entramado de interconexiones energéticas, tanto en electricidad como en gas, redundarán en beneficio de un verdadero mercado interior de la energía en Europa.
No faltan, por tanto, proyectos de cooperación en el ámbito público. A ello se unen los numerosos proyectos de los que se ha hablado en este foro. Nuestras empresas deben aprovechar todas las oportunidades de cooperación que nuestros dos mercados ofrecen, considerando también los que ofrecen Europa y el resto del mundo. Nuestros idiomas y situación geográfica contribuyen a que nuestros países mantengan sólidas relaciones con amplias regiones del mundo, como Iberoamérica y el África francófona, que son grandes ámbitos para la cooperación.
Francia y España siempre han dado muestras recíprocas de solidaridad, colaboración y amistad, y han experimentado intensos flujos migratorios. En más de un sentido, los españoles que han venido a Francia, como los franceses que han ido a España, han sido emprendedores. Tanto en francés como en español, empresa viene de emprender, que es tener ideas y tratar esforzadamente de ponerlas en práctica individualmente o con ayuda de otros, con el fin de generar valor, riqueza, empleo, y el de construir un futuro siempre mejor. Ideas, determinación, trabajo duro…, eso es lo que os caracteriza a todos vosotros, empresarios. Con vuestra visión y vuestro éxito contribuís al progreso y el bienestar de toda la sociedad.
Estoy seguro de que las experiencias compartidas en este Foro, y los proyectos de futuro que se han puesto sobre la mesa, servirán para aumentar aún más la cooperación entre las empresas de nuestros países, contribuyendo a la creación de empleo, al progreso económico y al mayor bienestar. Quiero por ello agradecer el trabajo de todos los que han hecho posible este Foro empresarial que ha representado, sin duda, una provechosa oportunidad para compartir experiencias, proyectos y puntos de vista.
Con estas palabras, con mis mejores deseos para las relaciones empresariales, comerciales y económicas entre nuestros dos países, y con una última expresión hacia las Autoridades y todos los franceses por su esfuerzo, esmero y tratamiento en esta visita con la que nos sentimos, la Reina y yo, profundamente honrados; abrumados y agradecidos, declaro clausurado este encuentro empresarial.
Muchas gracias.