Muy buenos días a todos y bien venidos a España los que nos visitan, a nuestra querida ciudad de Sevilla, capital de Andalucía. Esta tierra llena de pasión, de luz y de alegría nos acoge hoy con los brazos abiertos. Lo agradezco de corazón y lo celebro. Porque sé muy bien que lo hace tanto por su hospitalidad innata como por su ansia de aprovechar toda oportunidad que se presente para impulsar una nueva fase de crecimiento y desarrollo que contribuya a colocar al conjunto de España nuevamente en los vagones de cabeza del tren europeo.
Allí es donde ambicionamos estar; con esfuerzo, con responsabilidad y también con la voluntad y el compromiso de no dejar a nadie en el andén del desamparo. Y desde ese puesto, también tenemos la ambición de continuar con nuestra vocación demostrada de ayudar con generosidad a otros pueblos del mundo en su camino a la modernidad y el desarrollo.
Digo todo esto porque realmente la convocatoria del Ier Congreso Internacional de Viveros de Empresa, aquí en Sevilla, es una magnífica y brillante oportunidad; así como un testimonio claro que muestra el camino que debemos seguir. Por ello quiero felicitar con todo entusiasmo a los organizadores e impulsores de esta iniciativa tan útil y novedosa que atrae el mejor espíritu de colaboración abierta y práctica con el objetivo de fomentar la mayor innovación y la excelencia en el ámbito del emprendimiento; e igualmente felicito y agradezco la presencia y participación de tantas personas, expertos, profesionales y representantes de entidades que, de toda España y de otros países, han venido a compartir y a acrecentar aquí sus conocimientos durante estos días.
La elección de la capital andaluza para acoger este Congreso es también especialmente idónea en un encuentro que toma por lema “España, Europa y América, unidas por la Innovación, la Tecnología y la Excelencia”. Andalucía es una tierra generosa que ha contribuido decisivamente a la vocación de España como nación que ha ligado nuestro continente europeo con el americano en todos los ámbitos.
Por eso, estas jornadas sobre los viveros de empresas encuentran en este campus sevillano un excelente entorno para su mejor desarrollo. Gracias a Andalucía y a Sevilla por poner sus capacidades al servicio de una causa que interesa y beneficia a todos.
"...la innovación, la tecnología y la excelencia son factores esenciales para impulsar un modelo económico que permita incrementar el emprendimiento; la cultura y la capacidad de emprender proyectos productivos, competitivos y de calidad que potencien el conjunto del tejido empresarial..."
Efectivamente, la innovación, la tecnología y la excelencia son factores esenciales para impulsar un modelo económico que permita incrementar el emprendimiento; la cultura y la capacidad de emprender proyectos productivos, competitivos y de calidad que potencien el conjunto del tejido empresarial. Pero sobretodo lo son para que ese entramado productivo genere empleo con solidez y sostenibilidad para millones de personas en nuestras sociedades. En este sentido y estando como estamos en un mundo crecientemente globalizado y acelerado, es fundamental subrayar la importancia del binomio “emprendimiento-innovación” y el papel de las pymes y micro-pymes.
Los proyectos empresariales con fuerte componente innovador surgen, muy a menudo, de la apuesta valiente y arriesgada de los emprendedores —muchos de ellos jóvenes—, que son quienes desarrollan esos factores de innovación tan decisivos para mejorar la competitividad. Pero es fundamental que el entorno sea propicio y facilite el nacimiento, crecimiento y maduración de nuevas empresas a partir de buenas ideas, mucho esfuerzo, buenos apoyos y la eliminación de obstáculos o trabas innecesarios.
Al hablar de los apoyos que requiere este binomio, nos referimos por supuesto a los inversores, que buscan oportunidades y condiciones de rentabilidad; y muy importante en eso es lograr la estabilidad del proyecto en el tramo medio de vida, atrayendo recursos de la gran cantidad de capital riesgo que circula por todo el mundo buscando facilidades para invertir en proyectos de calidad competitiva.
También podríamos referirnos al entorno normativo, educativo y socio cultural, pero para no alargar y centrarnos en el caso que más nos ocupa aquí, el apoyo viene dado por las infraestructuras de calidad: tanto las publicas que inciden en mejorar las condiciones generales de la economía y la vida de los ciudadanos; como las que representan los viveros de empresas −públicas o privadas−, que permiten a los diferentes agentes que participan en el proceso puedan beneficiarse de la circulación de personas y conocimientos, y así compartan experiencias en tecnologías e innovación. La mayor participación y colaboración entre estudiantes, profesores, investigadores, centros de enseñanza e investigación, empresas y Administraciones, podrá suponer un salto cualitativo hacia un nuevo concepto de “viveros de excelencia”.
Y en este contexto de fomento del emprendimiento y la innovación, no quiero dejar de subrayar hoy la importancia de la Estrategia 2020 con la que la Unión Europea persigue un crecimiento inteligente, sostenible e innovador. A ella debemos contribuir para así también poder aprovechar al máximo esta circulación de conocimientos, recursos y personas, que dinamiza el potencial de los países miembros y la propia construcción Europea.
En suma, los viveros de empresas, los programas de internacionalización para las micro-pymes, la formación personalizada y la contribución al aprecio, prestigio y reconocimiento de la cultura empresarial de excelencia son mecanismos que facilitan la consolidación empresarial, ayudan a generar confianza y son muy importantes también para favorecer el empleo. Iniciativas como la que representa este Congreso dan buena fe de ello y merecen todo el apoyo posible. Por eso agradezco la oportunidad de expresarlo en este acto.
Con estas palabras y mis mejores deseos de éxito llenos de ilusión, esperanza y confianza para los participantes, y para todos, declaro inaugurado el I Congreso Internacional de Viveros de Empresa.
Muchas gracias.