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Palabras de Su Majestad el Rey en la Pascua Militar

Madrid, 06.01.2012

Q

ueridos compañeros,

Bien sabéis que me agrada enormemente celebrar la Pascua Militar con todos vosotros, que hoy representáis al conjunto de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil.

Este solemne acto, en el que se conmemora una secular tradición, me permite hacer público mi agradecimiento por vuestra profesionalidad y permanente entrega al servicio de España y de los españoles.

En tan noble tarea, algunos de nuestros compañeros han entregado su vida en el cumplimiento del deber, tanto en nuestro territorio como realizando misiones en el extranjero.

Para ellos el emotivo homenaje de todos nosotros por su evidente vocación de servicio a la Patria, y para sus familias nuestro cariñoso y más sentido recuerdo.

He tenido la oportunidad de saludar a militares que han resultado heridos y mutilados en operaciones internacionales.

También el Príncipe de Asturias ha podido hacerlo y ambos hemos sido testigos del espíritu de sacrificio, la entereza y las ganas de volver a su puesto, de las que hacen gala.

Merecen nuestra admiración, como ciudadanos ejemplares de esta gran Nación, por sus muestras de generosidad y abnegación.

Agradezco al señor Ministro de Defensa sus amables palabras de felicitación, así como su exposición sobre las previsiones de futuro para nuestras Fuerzas Armadas.

Le deseo que esta etapa que ahora comienza al frente del Ministerio resulte fructífera.

Durante el año ya finalizado, he podido constatar vuestro afán de superación para alcanzar la excelencia.

Como vuestro Jefe, me siento muy satisfecho y os insto a mantener esa disposición, que permite que sigáis siendo apreciados como unos valiosísimos servidores del Estado y de la sociedad.

Como sabéis, vuestra labor merece la máxima valoración y el justo reconocimiento de nuestros compatriotas.

Gracias a vuestro prestigio, fruto de vuestra excelente formación y alta exigencia personal, nuestros jóvenes se sienten atraídos por la profesión militar.

Una profesión vocacional donde, como establecen las Reales Ordenanzas, el militar?dará primacía a los principioséticos que responden a una exigencia de la que hará norma de vida?.

Ante la actual crisis económica, tengo la certeza de que, como habéis hecho en el pasado de manera ejemplar, sabréis obtener el máximo rendimiento de los recursos asignados y de ser sumamente cuidadosos en el empleo y mantenimiento de los medios.

La competencia profesional y el entusiasmo de los hombres y mujeres que forman parte de la institución militar son la mejor garantía para afrontar unidos esta situación, con total dedicación y buenánimo.

El pasado mes de julio, con un amplio acuerdo parlamentario, se aprobó la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas, que actualiza la regulación del ejercicio por los militares de los derechos fundamentales y libertades públicas reconocidos en nuestra Constitución, y amplía los cauces de comunicación entre mandos y subordinados.

Dicha Ley Orgánica determina también el cumplimiento de las obligaciones con sujeción a las reglas de comportamiento militar, que están inspiradas en la mejor tradición castrense.

En el ejercicio de vuestras responsabilidades, os animo a mantener los principios de disciplina, jerarquía y unidad que, junto al deber de neutralidad política y sindical, son esenciales para garantizar el adecuado cumplimiento de las misiones que tenéis encomendadas.

Quiero que sepáis que me enorgullezco de que vuestra entrega y valía se hayan puesto de manifiesto en cada una de las muchas ocasiones en las que habéis acudido en ayuda y socorro de nuestros conciudadanos.

También me congratulo porque vuestro esfuerzo, sacrificio y capacidad para promover y fortalecer la paz y seguridad internacionales quedan patentes día a día en los lugares en los que están desplegadas las unidades militares españolas.

En estas fechas tan señaladas, envío mi felicitación a todos los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil que se encuentran alejados de sus seres queridos; y la hago extensiva a todos sus familiares que, con su comprensión y estímulo, les alientan permanentemente.

Junto a la Reina y los Príncipes de Asturias, os deseo paz y ventura personal para este Año Nuevo. Y os animo a continuar trabajando con el mismo empeño que siempre os ha caracterizado, sin escatimar esfuerzos en beneficio del conjunto de la sociedad a la que os debéis.

¡Viva España!

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