Muy buenos días a todos, especialmente a tantos voluntarios de aquí, de A Coruña y toda Galicia, y en general a los que han viajado del resto de España para participar en este encuentro y, así, contribuir aléxito de un nuevo esfuerzo colectivo que busca realzar y dar visibilidad a la actividad voluntaria; al tiempo que convoca más apoyos, analiza y hace balance del estado de las cosas de un año para otro, e intenta extender la sensibilidad hacia los problemas y necesidades de tantas personas dentro y fuera de nuestras fronteras.
La Princesa y yo estamos encantados de acompañaros hoy como en años anteriores en la Clausura de este Congreso Estatal del Voluntariado, que reúne a más de mil congresistas y es muestra excepcional del vigor y la fortaleza de la solidaridad en España.
Tenemos la alegría adicional de celebrar esta Décimo Cuarta Edición del Congreso en A Coruña, además la segunda vez que se celebra en Galicia. Galicia y esta ciudad, tan queridas y que siempre nos muestran su afecto y hospitalidad, tienen desde su gran ventana atlántica, una perspectiva siempre abierta al mundo. Galicia ha forjado a lo largo de los siglos una personalidad solidaria, acogedora y humana, fruto de su papel como punto de destino de la Ruta Universal del Camino de Santiago. Una ruta que ha contribuido a la vertebración cultural y espiritual de Europa, como recordaba el Presidente, como eje de transmisión de conocimiento y valores.
Con sus huellas, los peregrinos han dejado a su paso una impronta marcadamente voluntaria: las manos tendidas para ayudarles, los albergues dispuestos para acogerles, las palabras amables para guiarles. En todo ello encontramos el germen altruista de la acción voluntaria y humana.
Por tanto, gracias A Coruña, gracias Galicia, por vuestra acogida de hoy, y de estos días a los voluntarios de España en un momento muy especial en el que estamos cercanos -incluso coincide la fecha de hoy mismo- a concluir el Año Europeo del Voluntariado 2011. Igualmente damos las gracias a la Xunta, al Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad y a la Plataforma del Voluntariado de España por su colaboración y esfuerzo organizativo, que junto a muchas personas y entidades, habéis contribuido aléxito de este encuentro.
Permitidme ahora una referencia a algo bien conocido, que nos preocupa a tantas personas. Sabéis -sabemos todos- que la crisis económica pone, con sus turbulencias, serias trabas al progreso económico y a la creación de empleo en diversas zonas de nuestro Planeta, empezando por nuestra propia tierra. Entre los objetivos de nuestras autoridades públicas, de nuestros operadores económicos y agentes sociales, y de nuestra sociedad civil, tiene prioridad absoluta la creación de puestos de trabajo y el impulso del crecimiento sostenible, que facilite y garantice el mayor nivel de empleo.
Se trata de un esfuerzo que une a todos los españoles, a sus organizaciones, instituciones y organismos, y a la Corona con ellos, toda vez que, además, los efectos de la crisis golpean especialmente a la gente joven con tremenda virulencia.
"...Necesitamos rigor, seriedad y por supuesto, ejemplaridad en todos los sentidos. De arriba abajo y de abajo a arriba, todas las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar. Recientemente he señalado –y permitidme reiterar- que el vigor de nuestra Democracia no es ajeno a cada uno de nosotros, ni a que los principios morales cohesionen de forma duradera y firme a nuestra sociedad. ..."
Este Congreso, por la propia naturaleza de la actividad voluntaria, va a ayudar, sin duda, a tomar conciencia de la eficacia de un compromiso activo en torno a la consecución de esos objetivos. Un esfuerzo que rechaza desánimos y desencuentros estériles, nacidos bajo la intemperie de la crisis; y, en cambio, anima a llegar a acuerdos, a apoyar decisiones eficaces que contribuyan decididamente al progreso de los demás y, en consecuencia, al progreso de todos.
Por otra parte, el Congreso Nacional del Voluntariado destaca que juntos podemos y debemos amortiguar el impacto negativo que las consecuencias económicas actuales tienen sobre los colectivos, lasáreas y los países más vulnerables. Ellos han quedado más expuestos que los demás. No sólo tienen menor capacidad económica, sino mayor fragilidad financiera. En este marco, los mayores y otras personas dependientes, los niños, y especialmente los sin techo, merecen el esfuerzo de recorrer los camiños de solidaridade para hacerles llegar un apoyo constante, práctico y concreto.
Los expertos indican, además, que el nivel de las disponibilidades financieras dedicadas en concreto a la ayuda al desarrollo estará muy relacionado con el nivel de endeudamiento acumulado en estos años por los países más prósperos.
En consecuencia, hoy más que nunca necesitamos la iniciativa flexible que el voluntariado suscita con especial facilidad. Una capacidad inteligente de adaptación a las necesidades de los beneficiarios de vuestra actividad, como la que hemos visto en los stands antes de entrar en este Salón de Actos. Una síntesis de talento, tenacidad y afecto que nos han demostrado todos los premiados de hoy:
Tanto los individuales: María Isabel Bayonas con las personas autistas y sus familias, empezando por su propio hijo, María Matos González de Careaga (Fund. Padre Garralda-Horizontes Abiertos) con la población reclusa y la búsqueda un nuevo sentido a sus vidas, y la mención honorífica de Juan Lara Crevillén por aplicar a diversas ONGs (a través de la Cruz Roja) su experiencia profesional de asesoría económica y defender el papel del Tercer Sector de Acción Social; como también los premiados colectivos: La Asociación Renacer con las personas más excluidas de nuestra sociedad, Os Petíts Fréres (Federación Amigos de los Mayores), y la Fundación Cibervoluntarios que ha merecido una mención honorífica por su empeño en estrechar la brecha digital con innovación social y tecnología.
Estos ejemplos, nos permiten decir con confianza que en España el voluntariado contribuye con imaginación, conocimiento y perspectiva profesional al diseño y proyección de nuestras políticas sociales; y eso es, sin duda, fuente de esperanza.
Una reflexión final. Durante los tresúltimos decenios los españoles hemos sabido superar unidos dificultades de todo orden y riesgos serios. Apoyados en esos logros estamos persuadidos de que si, como comprobamos hoy en este Congreso, sabemos dejar de lado diferencias lógicas y aunamos fuerzas, encontraremos unidos, una vez más, las soluciones oportunas a cuestiones que a todos nos afectan.
Dejadme decir que, en general, necesitamos rigor, seriedad y por supuesto, ejemplaridad en todos los sentidos. De arriba abajo y de abajo a arriba, todas las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar.
Recientemente he señalado -y permitidme reiterar- que el vigor de nuestra Democracia no es ajeno a cada uno de nosotros, ni a que los principios morales cohesionen de forma duradera y firme a nuestra sociedad.
Muchas gracias.