on Felipe a su llegada a la sede del Tribunal de Cuentas fue recibido por el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, y la presidenta del Tribunal de Cuentas, María José de la Fuente.
Posteriormente, y tras saludar a los miembros del Pleno de la Institución, Su Majestad el Rey mantuvo con ellos una reunión de trabajo, donde fue informado de las actuaciones e iniciativas que el Tribunal de Cuentas viene desarrollando con el fin de contribuir, desde el ejercicio de sus funciones fiscalizadoras y de enjuiciamiento contable, y mediante la modernización continuada de sus procedimientos y herramientas, la excelencia y la máxima transparencia y el buen gobierno, a promover la buena gestión económico-financiera de las instituciones públicas. Asimismo, se le hizo partícipe de las medidas adoptadas por la Institución con motivo de la crisis sanitaria del COVID-19 y que le han permitido seguir operativo y en pleno funcionamiento en todo momento, compatibilizando el trabajo presencial y no presencial.
Acto seguido, Don Felipe recorrió algunas de las dependencias del Tribunal de Cuentas y tuvo ocasión de conocer las herramientas tecnológicas que este ha desarrollado y utiliza en sus procedimientos, tanto para su gestión interna como para el ejercicio de sus funciones, y que han facilitado en gran medida poder afrontar la crisis sanitaria con eficiencia. Asimismo, Su Majestad el Rey visitó la Biblioteca, en la que se custodian documentos históricos únicos y de gran interés.
El Tribunal de Cuentas es un órgano de control externo reconocido en la Constitución Española que se configura como el supremo órgano fiscalizador de las cuentas y de la gestión económica del sector público, sin perjuicio de su función jurisdiccional encaminada al enjuiciamiento de la responsabilidad contable en que incurran quienes tengan a su cargo el manejo de fondos públicos. También se le atribuye el control de la contabilidad y de la actividad económico-financiera de los partidos políticos, así como el de las aportaciones que reciban las fundaciones y asociaciones vinculadas a las formaciones políticas con representación parlamentaria.
Depende directamente de las Cortes Generales, ejerciendo sus funciones por delegación de ellas en el examen y comprobación de la Cuenta General del Estado. No obstante, el Tribunal de Cuentas disfruta de plena independencia para el ejercicio de sus funciones, reconociéndose constitucionalmente que los miembros del Tribunal gozarán de la misma independencia e inamovilidad y estarán sometidos a las mismas incompatibilidades que los Jueces.
La función fiscalizadora del Tribunal de Cuentas se refiere al sometimiento de la actividad económico-financiera del sector público a los principios de legalidad y de buena gestión financiera (economía, eficacia y eficiencia). Los resultados de la fiscalización se exponen mediante informes, memorias, mociones y notas, que se aprueban por el Pleno del Tribunal y se elevan a las Cortes Generales y, en lo que les afecte, a las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas y a los Plenos de las Corporaciones locales.
La función jurisdiccional consiste en el enjuiciamiento de la responsabilidad contable en que incurran quienes tengan a su cargo el manejo de fondos públicos, siempre que se haya producido un menoscabo o perjuicio en los mismos. El Tribunal de Cuentas es único en su orden y extiende su jurisdicción a todo el territorio nacional, sin perjuicio de que las sentencias de la Sala de Justicia del Tribunal sean susceptibles de impugnación mediante el recurso de casación –y, en su caso, extraordinario de revisión- ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.
Son órganos del Tribunal de Cuentas el Presidente, el Pleno, la Comisión de Gobierno, las Secciones de Fiscalización y de Enjuiciamiento, los Consejeros de Cuentas, la Fiscalía y la Secretaría General. El Interventor y el Servicio Jurídico del Estado tienen el carácter de órganos de apoyo y de otros órganos que actúan en el Tribunal.