A
nte todo quiero manifestaros mi satisfacción y mi gratitud por invitarme a inaugurar hoy este VI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, al tiempo que me dais la oportunidad de volver a Córdoba, una de las ciudades esenciales de nuestra historia y ejemplo también de vitalidad en el presente.
Mi presencia en este acto es un testimonio del interés y apoyo de la Corona a las empresas familiares y a sus actividades. Me alegra mucho poder acercarme nuevamente a todo lo que concierne a vuestras inquietudes y proyectos; pues, si bien es ésta la primera vez que acudo a vuestro Congreso Nacional, no es éste el primer contacto que tengo con el mundo de la Empresa Familiar.
En términos generales, es una realidad ampliamente considerada que, con el esfuerzo de todos, y la contribución activa de organizaciones como la vuestra, nuestro país se ha consolidado como una referencia en lo que a desarrollo social y económico se refiere.
La capacidad que hemos demostrado para superar los retos que afrontamos al finalizar el siglo XX debe animarnos a continuar incrementando nuestro bienestar y procurando una distribución cada vez más equitativa de sus beneficios, así como a seguir reforzando nuestra presencia y el papel que nos corresponde en el contexto internacional.
Empresa y familia son dos de los pilares más importantes en los que debemos apoyarnos para alcanzar estas metas. Así lo demuestran, con la elocuencia indiscutible de los números, el peso de la empresa familiar en nuestro producto interior bruto, en el porcentaje de empleo del sector privado y en el total de nuestras exportaciones. Todo ello equiparable a lo que ocurre en la mayoría de los países avanzados.
Esta situación es el resultado de una evolución bien orientada y de una serie de acertadas decisiones, a lo largo de un proceso en el que vuestro Instituto ha tenido un destacado protagonismo, y del que quiero destacar tres puntos principales.
Primero, el propósito de reiterar el compromiso del empresario con el desarrollo económico, y su responsabilidad social. Dos notas que lo caracterizan como una figura básica en el tejido productivo, por su capacidad de crear riqueza y empleo.
Me consta que os preocupáis por transmitir a la opinión pública este mensaje, el más adecuado para procuraros el reconocimiento a vuestra tarea y la confianza de los consumidores.
En segundo lugar, fomentáis las dimensiones de vuestro trabajo que hoy determinan la solidez de los proyectos empresariales y su competitividad. Entre ellas, las relativas a la calidad de vuestros productos y servicios, la internacionalización, la entrada en los mercados exteriores con un elevado potencial de crecimiento, la adopción de nuevas estructuras y formas más eficientes de gestión, y el acceso a la sociedad del conocimiento y a los recursos que proporciona.
Es necesario que todos estos elementos estén presentes en nuestras Escuelas de Negocios, en la Universidad, en los medios de comunicación, y, por su puesto en la mente de quienes dirigen la estrategia de nuestras empresas.
A estos objetivos se encaminan principalmente los programas de formación que organizáis para vuestros socios y también para los directivos, empresas e instituciones más estrechamente relacionadas con el trabajo que realizáis. La creación y desarrollo de las Cátedras de Empresa Familiar son ejemplos muy significativos de la originalidad y alcance de este empeño y también de una colaboración concreta y bien resuelta entre el mundo empresarial y la universidad.
Quiero, finalmente, subrayar la importancia de vuestros vínculos externos, indispensables en un escenario económico y social cada vez más interrelacionado. Como se manifiesta en vuestra implantación en las Comunidades Autónomas, mediante las Asociaciones Territoriales, y en el ámbito europeo, a través de la participación en la Asociación Europea de Empresas Familiares y en sus órganos directivos.
Y también en vuestras relaciones sectoriales, que se desarrollan a través del diálogo y el intercambio de conocimientos y experiencias con las Administraciones, y con destacados representantes de instituciones empresariales y sociales, en las que sois interlocutores cualificados y solventes en materia de política empresarial, reorientación de vuestras empresas y servicios profesionales.
Como empresas familiares tenéis problemas específicos, que vais a abordar y analizar estos días, con especial atención a la transición generacional y la sucesión en la empresa familiar, la participación de Consejeros externos en sus órganos de gobierno y de la mujer en su estructura y actividades.
Os animo a abrir caminos y explorar soluciones eficaces a estos interrogantes, para potenciar vuestra presencia y el impacto de vuestra actividad en la dinámica de la economía española, en la que hoy se basa principalmente la imagen, cada día más positiva, de nuestro tejido productivo y de nuestro país.
Entramos en un tiempo nuevo y distinto, más difícil y también más ilusionante, lleno de oportunidades para quienes sean capaces de abordarlo con decisión y coraje.
Estoy seguro de que, una vez más, estaréis a la altura de la tarea que os espera. Os animo a que al cumplirla deis nuevo impulso con vuestro esfuerzo al progreso de Andalucía, cuna de tantos nombres ilustres de empresas familiares, y al de España entera.
Con este deseo, y con mucho gusto, declaro inaugurado el Sexto Congreso Nacional de la Empresa Familiar.