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uy buenos días a todos. Quisiera saludar también de manera especial al Alcalde de Banio y a los presidentes de las numerosas asociaciones que hoy os congregáis aquí en Navelgas alrededor de esta fiesta, una que celebra vuestro éxito colectivo, y a la que se suman todos los vecinos del municipio y del concejo.
Permitidme que estas mis primeras palabras sean no sólo para reiteraros mi felicitación por la distinción que habéis conseguido tras años de tenacidad y de esfuerzos, sino también para deciros con cuánta emoción vivo cada año estas inolvidables horas de la entrega del Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias.
De verdad os digo, que me conmueve saber la alegría con la que, en cada edición, la comunidad galardonada recibe la noticia de la concesión del premio, cómo se celebra el triunfo en maravillosa fraternidad y con cuánta ilusión se espera la llegada de este día.
Por eso, cuando cada año regreso a nuestra querida Asturias, en esos días en los que las nieblas del otoño hacen más misteriosos y aún más bellos nuestros bosques, se acrecienta y se hace más honda mi esperanza en el futuro de España.
Se ha concedido este Premio a Navelgas, vuestro querido pueblo, con todo merecimiento, pues vuestro ejemplo de creatividad y de solidaridad vecinal y vuestro espíritu de progreso armónico son realmente dignos de todo elogio. Gracias a estas virtudes habéis puesto en marcha una serie de actividades que son, además, la mejor demostración de vuestra tenacidad y constancia.
El modelo que queréis para Navelgas se basa en la convicción de que el verdadero progreso sólo se alcanza combinando adecuadamente el respeto a la naturaleza y la fidelidad a la tradición?en lo que ésta tenga de bueno y perdurable? con el uso y aprovechamiento de las nuevas técnicas y los más modernos avances de la ciencia. De este modo, haciendo compatible el respeto al pasado, a la herencia que hemos recibido, con el control adecuado de los cambios inevitables que es preciso afrontar, conseguiréis detener el pesimismo que con demasiada frecuencia paraliza los deseos de prosperidad y que tantas veces ha dejado en el camino, tristemente abandonados para siempre, muchos sueños y muchas ilusiones que alimentaron nuestras vidas.
Asturias conserva muchos rincones privilegiados en los que es posible llevar una existencia ligada a la modernidad en un entorno natural bello y cuidado; una existencia en la que se conjuguen pasado y futuro, convivencia pacífica y desarrollo. Vosotros tenéis la fortuna de vivir en uno de esos lugares aún preservados de las agresiones al medio ambiente y con grandes posibilidades naturales. Con vuestro espíritu de superación y de buena vecindad, con el impulso de vuestra imaginación y el entusiasmo de vuestras iniciativas, lograréis todo lo mejor para Navelgas y para todo el Concejo de Tineo.
Estos árboles que hoy nos protegen con sus hermosas ramas y que con tanto esfuerzo habéis salvado de la tala, son un símbolo inigualable de ese impulso que os anima. Con su esplendor y su fortaleza, representan muchas de vuestras virtudes: el arraigo profundo en la tierra que os vio nacer, la aspiración constante hacia la luz, la expresión viva de la esperanza.
Antes de terminar mis palabras, deseo dar las gracias al Jurado por su dedicación y su compromiso con los fines instituidos por este premio, y a todos los demás pueblos de Asturias que han presentado candidaturas, en algunos casos de manera reiterada, como lo ha hecho Navelgas, con tesón envidiable, durante años. Os animo a seguir haciéndolo así en beneficio de vuestras comunidades con el mismo entusiasmo y la misma ilusión.
No dejéis nunca de trabajar por vuestro pueblo. No renunciéis nunca al amor hacia estas tierras tan bellas en que habéis nacido. Que este Premio que acabáis de recibir sirva, además, para que todos vuestros proyectos de ahora, y los que imaginéis en el futuro, se hagan una feliz realidad.
Muchas gracias.