M
e alegro de tener la oportunidad de clausurar este Congreso, y de expresar mi sincera felicitación a cuantos lo han organizado y han participado en sus trabajos.La capital de Castilla y León, que ha sido escenario de tantos acontecimientos históricos, da una especial relevancia al acto que hoy nos reúne.Porque la consideración, y la atención debida a los mayores, es uno de los capítulos esenciales de nuestra civilización contemporánea. Sobre todo desde que, con motivo de la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, celebrada por Naciones Unidas en la primavera del año pasado, y de la que tuve el honor de ser Embajadora de Buena Voluntad, hemos adquirido tres compromisos esenciales.Primero, el reconocimiento a los avances conseguidos por las generaciones de nuestros mayores, y, en consecuencia, una sincera valoración de su experiencia y capacidades en el presente.Segundo, la consideración de la vejez como una etapa activa, con sus matices propios, pero en todo caso enormemente positiva para el conjunto de la sociedad. En el ámbito familiar, económico y social, nacional e internacional.Y por último, la transmisión de estas convicciones al engranaje de la vida colectiva y de nuestras experiencias cotidianas. Con la herramienta indispensable de la solidaridad de las personas, las generaciones y la colectividad hacia las necesidades de los mayores.Una solidaridad planteada como un intercambio que enriquece a todos, y que incluye, desde luego, la asistencia como parte de un proyecto más amplio, y no como centro exclusivo y excluyente de la relación entre los mayores y los que aún no lo son.Este proceso necesita intermediarios que lo construyan y lo afiancen, y esta es la tarea que, con visión acertada y constancia admirable, vienen realizando las Organizaciones de vuestra Confederación, las Fundaciones y Instituciones que promueven y dan continuidad a los Congresos cuya sexta edición hoy concluye. Gracias a ellos, se han planteado y encaminado hacia soluciones eficaces lemas tan esenciales como los de la familia, los derechos constitucionales, la participación en la sociedad del bienestar y el asociacionismo de los mayores, la atención socio - sanitaria, el uso de las nuevas tecnologías, o los problemas económicos específicos de la tercera edad.Así se ha ido configurando un "corpus" doctrinal, y sobre todo factual, un banco de datos y de experiencias que nos sirven para comprender y trabajar con y para nuestros mayores.Y a hacerlo desde dentro, conforme a su mentalidad y necesidades, para encontrarles soluciones, y compartir con ellos un protagonismo que a todos nos hace mejores.Ejemplos de este paisaje nuevo que se abre a nuestros ojos, son los Premios que acabamos de entregar, y que reconocen vidas logradas, de actividad plena y de entrega a los demás.Gracias de corazón a Enrique Fuentes Quintana, a Lola Herrera, José Jiménez Lozano y Julián Marías por lo que nos han enseñado a pensar y a sentir, a sonreír y a imaginar. Gracias también al doctor Ortiz Manchado por su dedicación atenta y constante, y sus méritos bien ganados.Este Congreso ha dedicado sus sesiones a la protección social a la dependencia. La han analizado en todos sus aspectos, y la han resumido en las conclusiones que vais a aprobar. Os hago llegar mi confianza y el pleno apoyo de la Corona a vuestro trabajo sobre un tema que tanto afecta a la calidad de vida de nuestros mayores.Enhorabuena y muchas gracias.Declaro clausurado el Sexto Congreso de las Organizaciones de Mayores