Quiero manifestaros mi gratitud y mi orgullo por presidir, un año más, este acto con motivo del Día Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
Gracias también a quienes me han precedido en el uso de la palabra por el retrato preciso y certero que habéis hecho, de los inmensos e ineludibles retos que cada día afronta y aborda esta querida, e imprescindible, Organización humanitaria.
Me refiero al espíritu de convivencia, de concordia, que iluminó e ilumina esta ciudad en los mejores momentos de su historia. Muchas gracias a Toledo y a todos los toledanos, por acogernos con tanta hospitalidad en este día tan especial.
La Cruz Roja y Media Luna Roja representa los más altos principios de humanidad puestos en práctica al servicio de los más desfavorecidos. No de un modo abstracto o genérico, sino de una manera cercana, directa y, sobre todo, eficaz y tangible.
Porque, no cabe duda, esta institución internacional que tan dignamente representáis, ha sido ejemplo y modelo para muchas otras organizaciones no gubernamentales que, en todo el mundo y desde hace decenios, se afanan por ayudar al prójimo que sufre o tiene graves necesidades, y por contribuir a lograr un mundo en paz y armonía.
"...Representa los más altos principios de humanidad puestos en práctica al servicio de los más desfavorecidos. No de un modo abstracto o genérico, sino de una manera cercana, directa y, sobre todo, eficaz y tangible..."
Una labor, si cabe, aún más apreciada y visible en la actual coyuntura internacional, caracterizada por una grave crisis económica que afecta a muchas sociedades.
Permitidme subrayar un aspecto esencial de vuestra filosofía y pautas de actuación, que ya he mencionado. Me refiero al voluntariado. Como dijo José Martí,?ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad?.
De este modo la entrega solidaria de voluntarios y organizaciones a quienes se enfrentan a la soledad, la enfermedad, la precariedad o la desesperación, no sólo es una necesidad social, sino que enriquece internamente, como seres humanos, a quienes ofrecen sus mejores esfuerzos a favor de los demás.
Pues bien, eso es lo que lleváis haciendo con eficiencia desde hace más de un siglo, en todo el mundo y en todos los posibles campos de actuación: seguridad alimentaria, promoción de la salud, control de epidemias, prevención de conflictos y asistencia en desastres, atención a los movimientos migratorios, protección de la infancia, promoción de la mujer, inclusión social de los colectivos vulnerables, defensa del medio ambiente, y muchos otros.
Los Premiados de hoy son una muestra concreta, y de excelencia, de toda esa constelación de entidades y personas que dedican su vida a servir a los más necesitados sin esperar nada a cambio.
Gracias a todos y cada uno de vosotros por vuestra generosidad, vuestra conciencia social y vuestra vocación de servicio. Sirvan siempre estos Premios para expresar la profunda deuda de gratitud que tenemos contraída con todos vosotros.
Antes de finalizar no quiero dejar de felicitar muy calurosamente a la Cruz Roja Española, por su ingente trabajo en nuestro país y más allá de nuestras fronteras a lo largo y ancho del mundo. Esta institución es fiel muestra y reflejo del espíritu de solidaridad que tanto honra a la sociedad española.
Muchas gracias a la Cruz Roja y a la Media Luna Roja, y enhorabuena de nuevo a todos los Premiados.