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Palabras de Su Majestad el Rey en la cena ofrecida por el Excmo. Sr. Presidente de la Región Autónoma de Madeira

Funchal, 31.07.2009

S

u Excelencia, el Presidente de la República Portuguesa,

Excmo. Señor Presidente del Gobierno de la Región Autónoma de Madeira,

Autoridades,

Señoras y Señores,

Hace tiempo que deseábamos venir a Madeira, laúnica región de un país tan querido para mí como Portugal, que aún no había tenido la suerte de conocer.

É por isso que quero começar por expressar a nossa especial gratidão ao meu caro amigo, o Senhor Presidente da República, pelo seu amável convite e recepção, e pelas suas inúmeras atenções.

Um agradecimento que estendemos ao Senhor Presidente do Governo da Região Autónoma da Madeira, assim comoàs suas Autoridades e aos seus habitantes, por estas calorosas boas-vindas.

Nesta bela residência da Quinta Vigia, a Rainha junta-se a mim para responder, com o nosso afecto,às atenciosas e generosas palavras que nos foram dedicadas esta noite.

A nossa Visitaà Madeira permite-nos, em primeiro lugar, comemorar, mais uma vez, a tão estreita e fecunda amizade que existe entre Portugal e Espanha.

Uma amizade sólida, mutuamente enriquecedora para ambos os países, presidida estes dias pelo belo lema do escudo da Madeira, que, na mesma porta deste edifício, reza assim:?Das Ilhas, As Mais Belas, E Livres?.

E, com efeito, desde a nossa chegada que estamos impressionados com a singular beleza deste arquipélago, tão agreste e esmagadora quando se olha do alcantilado do Cabo Girão.

Também pudemos desfrutar do encanto das suas ruas e monumentos, incluindo a Igreja de Nossa Senhora do Monte -Padroeira da ilha- quando faltam duas semanas para a sua Festa anual, a qual desejamos que seja novamente a expressão da paz e da prosperidade da Madeira.

Além de nos remeter para a sua beleza, o escudo desta querida terra remete-nos também para a liberdade. Uma liberdade, um afecto e um respeito mútuos, que marcam o reforço dos laços entre Portugal e Espanha, dos quais a Madeira guarda, como um tesouro, importantes exemplos.

Entre eles, a memória de Cristobal Colón e do seu casamento com Dona Filipa Moniz Perestrelo ou o imponente Palácio de São Lourenço, em cujo interior podemos admirar escudos portugueses e espanhóis.

Elúltimo cuarto del siglo XX ha sido, felizmente, testigo de la democracia y modernización de nuestros dos Estados -contando con el impulso de nuestra plena integración en el proyecto europeo-, así como de una intensificación sin precedentes de la amistad y cooperación luso-española.

Una trayectoria que hemos logrado profundizar en los primeros años de este siglo XXI, repleto de nuevas oportunidades para el mayor entendimiento y conocimiento mutuos.

Todo ello hace que -llegado este punto- sean muy difíciles de condensar en pocas palabras, los múltiples y muy acertados frutos de más de dos décadas de Cumbres bilaterales al servicio de la creciente colaboración entre Portugal y España.

Hoy nuestra frontera -la más antigua de Europa-, se ha convertido en puente para muchas iniciativas y proyectos compartidos, como el impulso a la?Cooperación de Proximidad?, de las Agrupaciones Europeas de Cooperación Territorial.

Una colaboración que ya alcanza -incluso- a grandes centros científicos, como el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología que, hace dos semanas, inaugurábamos en Braga.

Y me alegra constatar que la Región Autónoma de Madeira participa asimismo de esta relación, cada día más intensa, entre nuestros dos Estados.

Buena muestra de ello son los acuerdos entre cofradías de pescadores madeirenses y canarios. Aumentan, al mismo tiempo, los lazos empresariales entre los dos Archipiélagos. Así, diversos empresarios de Madeira apuestan por España como destino significativo de sus inversiones extranjeras.

En paralelo, hombres y mujeres de empresa españoles participan en el sector turístico de estas islas, o impulsan la línea marítima entre Funchal, Portimao y Las Palmas de Gran Canaria.

Pronto celebraremos Veinticinco años del ingreso de Portugal y de España en la Unión Europea. Un factor determinante para el desarrollo de nuestros países y, también, para la creciente sintonía, confianza recíproca y lealtad mutua, que distinguen nuestras relaciones.

Un cuarto de siglo de plena inserción en la Europa de la democracia, la libertad y la prosperidad a la que pertenecemos, que también ha beneficiado?como no podía ser de otro modo? a nuestros archipiélagos atlánticos, mediante la adopción de importantes decisiones y programas específicos en el plano europeo.

Tudo isto foi resultado de um esforço queé necessário manter e encorajar, para que a solidariedade, que esteve na origem da construção europeia, continue a ser um dos eixos que articulam as?Regiões Ultraperiféricas?.

Porque a União Europeia deve continuar a garantir um tratamento singularizado a estas Regiões, no sentido de atender com eficáciaàs suas condições específicas de insularidade, fragmentação territorial, escassez de recursos e distância do resto da Europa.

Com a esperança de que as estreitas relações luso-espanholas encontrem sempre, como hoje, um porto seguro na Madeira, ergo a minha taça pelo bem-estar de Portugal, por esta Região Autónoma e pela fraterna amizade hispano-portuguesa.

Muito obrigado.

[Traducción a español]

Su Excelencia, el Presidente de la República Portuguesa,

Excmo. Señor Presidente del Gobierno de la Región Autónoma de Madeira,

Autoridades,

Señoras y Señores,

Hace tiempo que deseábamos venir a Madeira, laúnica región de un país tan querido para mí como Portugal, que aún no había tenido la suerte de conocer.

Por ello, quiero comenzar mis palabras expresando nuestra especial gratitud a mi buen amigo, el Señor Presidente de la República, por su amable invitación y acogida, junto a sus múltiples atenciones.

Un agradecimiento que extendemos al Señor Presidente del Gobierno de la Región Autónoma de Madeira, así como a sus Autoridades y habitantes, por tan cálida bienvenida.

En esta bella residencia de Quinta Vigia, la Reina se une a mí para responder con nuestro afecto a las atentas y generosas palabras de que, esta noche, hemos sido objeto.

Nuestra Visita a Madeira nos permite ante todo celebrar, una vez más, la muy estrecha y fecunda amistad entre Portugal y España.

Una amistad sólida, mutuamente enriquecedora para ambos países, presidida estos días por el hermoso lema del escudo de Madeira que, en la misma puerta de este edificio, reza de este modo:?Das Ilhas, As Mais Belas, E Livres?.

Desde nuestra llegada, hemos quedado -en efecto- impresionados por la singular belleza de este archipiélago, tan agreste y sobrecogedora desde el acantilado de Cabo Girao.

También hemos podido disfrutar del encanto de sus calles y monumentos, incluida la Iglesia de Nossa Senhora do Monte -Patrona de la isla- a dos semanas de su Fiesta anual, que deseamos sea de nuevo expresión de la paz y prosperidad de Madeira.

Junto a su belleza, el escudo de esta querida tierra nos remite asimismo a la libertad. Una libertad, un afecto y un respeto mutuos que marcan el progreso de los lazos entre Portugal y España, de los que Madeira atesora importantes ejemplos.

Entre ellos, el recuerdo de Cristóbal Colón y de su matrimonio con Doña Filipa Moniz, o el imponente Palacio de San Lorenzo, en cuyo interior admiramos escudos portugueses y españoles.

Elúltimo cuarto del siglo XX ha sido, felizmente, testigo de la democracia y modernización de nuestros dos Estados -contando con el impulso de nuestra plena integración en el proyecto europeo-, así como de una intensificación sin precedentes de la amistad y cooperación luso-española.

Una trayectoria que hemos logrado profundizar en los primeros años de este siglo XXI, repleto de nuevas oportunidades para el mayor entendimiento y conocimiento mutuos.

Todo ello hace que -llegado este punto- sean muy difíciles de condensar en pocas palabras, los múltiples y muy acertados frutos de más de dos décadas de Cumbres bilaterales al servicio de la creciente colaboración entre Portugal y España.

Hoy nuestra frontera -la más antigua de Europa-, se ha convertido en puente para muchas iniciativas y proyectos compartidos, como el impulso a la?Cooperación de Proximidad?, de las Agrupaciones Europeas de Cooperación Territorial.

Una colaboración que ya alcanza -incluso- a grandes centros científicos, como el Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología que, hace dos semanas, inaugurábamos en Braga.

Y me alegra constatar que la Región Autónoma de Madeira participa asimismo de esta relación, cada día más intensa, entre nuestros dos Estados.

Buena muestra de ello son los acuerdos entre cofradías de pescadores madeirenses y canarios. Aumentan, al mismo tiempo, los lazos empresariales entre los dos Archipiélagos. Así, diversos empresarios de Madeira apuestan por España como destino significativo de sus inversiones extranjeras.

En paralelo, hombres y mujeres de empresa españoles participan en el sector turístico de estas islas, o impulsan la línea marítima entre Funchal, Portimao y Las Palmas de Gran Canaria.

Pronto celebraremos Veinticinco años del ingreso de Portugal y de España en la Unión Europea. Un factor determinante para el desarrollo de nuestros países y, también, para la creciente sintonía, confianza recíproca y lealtad mutua, que distinguen nuestras relaciones.

Un cuarto de siglo de plena inserción en la Europa de la democracia, la libertad y la prosperidad a la que pertenecemos, que también ha beneficiado?como no podía ser de otro modo- a nuestros archipiélagos atlánticos, mediante la adopción de importantes decisiones y programas específicos en el plano europeo.

Todo ello ha sido fruto de un esfuerzo, que es preciso mantener y alentar, para que la solidaridad que estuvo en el origen de la construcción europea, siga siendo uno de los ejes vertebradores de las?Regiones Ultraperiféricas?.

Y es que la Unión Europea debe seguir asegurando un tratamiento singularizado a estas Regiones para atender con eficacia sus condiciones específicas de insularidad, fragmentación territorial, escasez de recursos y lejanía del resto de Europa.

Con la esperanza de que las estrechas relaciones Luso-Españolas encuentren siempre, como hoy, un puerto seguro en Madeira, levanto mi copa por el bienestar de Portugal, por esta Región Autónoma, y por la fraternal amistad hispano-portuguesa.

Muchas gracias.

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