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onstituye para mí una gran satisfacción poder presidir hoy en Pekín, junto a las distinguidas autoridades chinas presentes, la inauguración de esta Segunda Cumbre Empresarial Hispano-China en el marco de una nueva Visita de Estado a este gran país y coincidiendo con la celebración del Año de España en China.
Agradecemos muy sinceramente a las autoridades de la República Popular China la cálida acogida que nos están dispensando, así como su sincero interés por intensificar nuestras relaciones.
Con ocasión de la Visita de Estado a España del Presidente Hu Jintao en 2005, inauguramos la primera edición de esta Cumbre Empresarial y sellamos una Asociación Estratégica Integral entre nuestros dos países.
Los dos años transcurridos desde que sellamos nuestra Asociación han sido testigos de un claro desarrollo de las relaciones bilaterales entre nuestros dos Estados.
Hemos intensificado el diálogo político e institucional, se han intercambiado numerosos viajes y visitas oficiales en ambos sentidos.
Constatamos un progresivo conocimiento de nuestras respectivas culturas y realidades, con importantes esfuerzos por parte del Instituto Cervantes para atender la demanda del español en este país, y numerosas actividades y exposiciones dentro del año de España en China, entre las que destaca la del Museo del Prado que mañana inauguramos en Pekín.
Aspiramos a que nuestros respectivos ciudadanos puedan disfrutar cada vez más de los beneficios que conlleva un progreso económico vigoroso y sostenido, así como el hecho de que éste sea respetuoso con el entorno natural y con el destino de las futuras generaciones.
Como dije hace dos años en la primera edición de esta Cumbre en Madrid, la cooperación económica y empresarial resulta esencial para lograr el objetivo de dotar a nuestras relaciones bilaterales del carácter integral, estratégico y mutuamente beneficioso al que ambos países aspiramos.
La presencia hoy de una representación, tan numerosa como selecta, de empresarios españoles es la mejor prueba de la voluntad de España por dotar a nuestras relaciones económicas de la dimensión y profundidad que merecen.
También me complace constatar la amplia y distinguida respuesta que la convocatoria de esta reunión ha suscitado entre las empresas y los empresarios chinos.
Una participación por ambas partes que constituye en sí misma una clara demostración de la importancia de esta reunión como instrumento para afianzar y promover nuestros lazos económicos.
En los últimos años, y en un contexto internacional complejo y cambiante, China se ha consolidado definitivamente como potencia económica mundial y mercado de referencia para los inversores internacionales.
España, a su vez, es hoy un país moderno, abierto y dinámico, cuya economía figura entre las diez mayores del mundo. Un país que, en las últimas décadas, viene registrando un crecimiento sostenido y que dispone de una importante presencia económica a nivel mundial.
El comercio de China con España refleja el dinamismo de nuestras economías y la madurez de dos socios comerciales de primer orden, miembros de la O.M.C..
Nuestras relaciones económicas y comerciales rondan actualmente la significativa cifra de los dieciséis mil millones de euros, producto de un considerable aumento del número de empresas que vienen haciendo negocios en ambos países.
Pero debemos ser más ambiciosos, explorar nuevos ámbitos de cooperación e intensificar nuestra colaboración.
Las personalidades que me han precedido en el uso de la palabra han puesto de relieve, con múltiples datos e interesantes reflexiones, la dimensión del potencial que aún ofrecen nuestras relaciones.
Son muchos los esfuerzos que aún podemos y debemos desplegar, para equilibrar nuestro comercio bilateral y aprovechar su enorme capacidad de crecimiento.
Afortunadamente las señales son positivas. Los procesos de inversión nos hacen pensar que se va dando la necesaria interrelación empresarial que es, sin duda, la mejor base para el desarrollo de futuros proyectos en beneficio mutuo.
Los últimos años registran algunos ejemplos notables, en los ámbitos de las telecomunicaciones y las finanzas.
Asimismo nuestras relaciones deben trascender las fronteras de nuestros respectivos países, pues disponemos de oportunidades de cooperación a nivel mundial, particularmente en aquellos terceros mercados en los que las empresas chinas o españolas desempeñan un papel preponderante.
No faltan, en suma, oportunidades para una mayor cooperación económica. A este respecto, son muchos los sectores que ofrecen grandes perspectivas. Entre otros, no sólo los ya citados de las telecomunicaciones y las finanzas, sino -por ejemplo- los del medio ambiente, la energía, la construcción, el turismo, las infraestructuras o el sector agroalimentario.
Sectores en los que España ha acumulado una valiosa experiencia internacional, figurando entre los primeros países del mundo, tanto por la importancia de sus empresas y el peso de sus inversiones, como por la excelencia adquirida en la oferta de bienes y la prestación de servicios.
Estoy convencido de que todos los empresarios aquí presentes podrán explorar estos múltiples campos de cooperación, con vistas a identificar y desarrollar nuevas áreas de colaboración entre China y España.
En este Viaje de Estado a China hemos querido incluir una visita a las provincias del Oeste, en concreto a Sichuán, para dejar clara constancia de la importancia que concedemos a las zonas emergentes de China y a las posibilidades de negocio que allí se abren al trabajo conjunto de empresas chinas y españolas.
No quiero dejar de subrayar, por otro lado, la importancia que reviste nuestra mutua y activa participación, tanto en la Exposición Internacional que España está organizando en Zaragoza para el año 2008, como en la Exposición Universal que China prepara en Shanghai para el año 2010.
La Exposición de Zaragoza, bajo el tema"Agua y Desarrollo Sostenible", propone un crecimiento económico capaz de proteger los recursos naturales, asegurando su conservación para las generaciones futuras. Pertenece a la nueva generación de Exposiciones que, desde los inicios de este siglo XXI, están congregando a la comunidad internacional para proponer respuestas a los desafíos que afronta nuestro Planeta.
Antes de concluir, quiero alentar a todas las empresas que participan en la Segunda Cumbre Empresarial Hispano-China a perseverar en sus esfuerzos, toda vez que, en un mundo globalizado y moderno, ustedes son cada vez más protagonistas de las relaciones entre los países, contribuyendo a promover el desarrollo económico y social.
Agradezco sinceramente a las autoridades chinas su eficaz apoyo a esta Cumbre y su valiosa participación, que subraya la importancia que ambos Estados conferimos al creciente desarrollo de nuestras múltiples relaciones de amistad y entendimiento.
Les deseo muchos éxitos en sus trabajos dirigidos a reforzar el entendimiento, la confianza y el conocimiento mutuos, así como a identificar nuevos acuerdos y proyectos de cooperación económica y empresarial, una tarea para la que cuentan con mi aliento y respaldo.
Muchas gracias.