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n año más, con la puntualidad y la pujanza de la primavera, vuelve Cervantes.
No nos lo trae la rutina de la sucesión de los días.
Vuelve él mismo, impulsado por su propia palabra creadora, que quiere rebrotar en nuevas lecturas y multiplicarse, alumbrando nuevas ideas y renovadas ilusiones.Su convocatoria es universal y abierta.
Hemos querido reunirnos hoy con vosotros: responsables de la política cultural; miembros de las Academias de las diversas lenguas de España y del Instituto Cervantes; escritores que cultiváisdistintos géneros literarios; agentes, editores y libreros; estudiosos, traductores, y periodistas de las secciones de cultura y de los suplementos culturales.
A través de vuestro trabajo, se va tejiendo a diario el diálogo de lo que simboliza Cervantes, como ejemplo y como estímulo, con la realidad española de nuestro tiempo.
Antonio Gamoneda, nuestro último Premio Cervantes, ha escrito que ?El Caballero de la Eterna Juventud / obedeció, hacia la cincuentena, / a la verdad que latía en su corazón, / y partió unabella mañana de julio / para conquistar lo bello, lo verdadero y lo justo?.
No podría señalarse objetivo mejor para el compromiso literario que tenéis contraído, en los distintos planos que acabo de enunciar. Servir en esos órdenes a la literatura, a la palabra,significa, a la vez, prestar un servicio insustituible a la lengua y, por lo tanto, a la sociedad.
La obra de Gamoneda es un gran ejemplo de ello.
En definitiva, es la palabra creativa lo que cada año, en el retorno de Cervantes, celebramos.
Les invito a brindar conmigo por esa palabra, que nos emociona, que nos conmueve, que nos hace soñar; y, sobre todo, por la que nos hace mejores y la que nos une.
Muchas gracias.