S
eñor Presidente de la Asamblea Legislativa,Señoras y Señores Diputados,
Quiero que mis primeras palabras en esta sesión solemne sean de agradecimiento, a la Asamblea y a sus miembros, por haberme invitado a dirigir unas palabras a tan ilustre auditorio.
Una Asamblea Legislativa es siempre expresión del pluralismo que inspira y conforma las sociedades democráticas modernas.
Es, en este Foro, donde se exponen las diferencias de opinión entre las distintas formaciones políticas, donde se generan los consensos que permiten alcanzar los acuerdos en forma de leyes.
Nuestra Visita de Estado a El Salvador tiene lugar cuando se conmemora el Décimo Quinto Aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz en el Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México, con los que se puso fin al doloroso conflicto civil salvadoreño, generador de tanta muerte y destrucción en numerosas familias.
Estamos, sin duda, ante un acontecimiento trascendental en la historia contemporánea de este país, en la que estos Acuerdos marcan un punto de inflexión. Con ellos, se da paso a una nueva fase en la que adquieren protagonismo decisivo, el debate democrático de las ideas y la celebración de elecciones periódicas que designan a los legítimos representantes del pueblo.
Afortunadamente para El Salvador, tras años de mucho sufrimiento, es hoy en esta Asamblea donde tiene lugar ese debate pacífico y democrático entre las diferentes formaciones. Todo el pueblo salvadoreño debe estar muy orgulloso de ello.
Ahora bien, la democracia supone también un ejercicio cotidiano de las libertades y los derechos, así como la asunción de los deberes que ese sistema lleva consigo.
Señor Presidente,Señoras y Señores Diputados,
Como todos ustedes saben, en el último cuarto del siglo XX, la sociedad española impulsó un proceso de transición hacia la democracia, basado en la reconciliación y la concordia, que ha merecido el reconocimiento del mundo entero.
Un proceso que culmina con la aprobación de la Constitución de 1978, fruto del más amplio consenso entre españoles, en la que se asienta el actual Estado social y democrático de Derecho, que ha permitido convertir a España en un país moderno, abierto y dinámico.
Por ello, bien comprendemos que el proceso de paz de El Salvador haya concitado la admiración de todo el mundo.
Quiero hoy rendir homenaje a los líderes que lograron la paz y al pueblo salvadoreño que luchó sin descanso por conseguirla. Igualmente, deseo recordar a todos aquellos que fueron víctimas del conflicto, entre los que figuran ciudadanos españoles que trabajaron por este país y se identificaron con él.
Me permito animarles a consolidar y profundizar el proceso de reconciliación entre las antiguas partes contendientes.
Señor Presidente, Señoras y Señores Diputados,
El Salvador y España comparten su pertenencia a la Comunidad Iberoamericana de Naciones, de la que los dos países somos miembros activos.
Recuerdo con emoción la histórica Primera Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en la ciudad mexicana de Guadalajara, donde los líderes de los países de habla española y portuguesa, de ambos lados del Atlántico, acordamos convertir nuestras afinidades históricas y culturales ?en un instrumento de unidad y desarrollo, basado en el diálogo, la cooperación y la solidaridad?.
También entonces decidimos proyectar con fuerza nuestra Comunidad, como ?uno de los grandes espacios que configuran el mundo de nuestros días?.
En la Cumbre de Salamanca en 2005 pusimos en marcha la Secretaría General Iberoamericana, para dar nuevo impulso a nuestra Comunidad y dotarla de un sólido apoyo institucional, técnico y administrativo. Nos alegra comprobar que su eficaz labor ya está dando frutos tangibles.
Los países que integramos esta Comunidad compartimos dos importantes lenguas y unos mismos valores y principios democráticos sobre los que se fundan nuestros respectivos sistemas políticos.
El Cuarto Congreso de la Lengua Española, que acabamos de celebrar en Colombia, ha puesto de manifiesto las enormes potencialidades que se derivan del hecho de que los pueblos hispano parlantes dispongamos de una lengua común.
Tras la Cumbre Iberoamericana de este año, que se celebrará en Santiago de Chile, se iniciará el camino hacia la Decimoctava Cumbre que tendrá lugar aquí, en San Salvador, en otoño de 2008.
Agradezco a las autoridades salvadoreñas el compromiso y los esfuerzos que están asumiendo para la buena organización de este evento, de singular relevancia para el éxito del proyecto común que todas las Naciones Iberoamericanas estamos impulsando.
Vuestra reciente y difícil vivencia histórica, así como la pertenencia común a la Comunidad Iberoamericana de Naciones, hacen que España se sienta hoy particularmente cercana y próxima a El Salvador.
No es extraño, por tanto, que nuestros países hayan desarrollado en las últimas décadas unas relaciones muy intensas en los más variados campos.
En lo político, España y El Salvador trabajan conjuntamente en numerosos Organismos y Foros internacionales, y mantienen fluidos contactos a todos los niveles institucionales.
En lo económico, España es hoy el cuarto inversor en El Salvador y nuestros intercambios comerciales convierten a España en uno de los principales socios de El Salvador.
En el ámbito de la cooperación, España considera a El Salvador como país prioritario, lo que nos permite concentrar en él un mayor volumen de recursos.
Como saben, la Agencia Española de Cooperación Internacional canaliza una buena parte de sus recursos a través de numerosas Organizaciones No Gubernamentales españolas aquí presentes.
Junto a la Agencia, merece destacarse la presencia de todas las Comunidades Autónomas de España, más de cincuenta municipios, así como seis Fondos Intermunicipales.
En el campo cultural, no sólo contamos con un prestigioso y activo Centro Cultural de España en San Salvador, que es un punto de referencia en la vida cultural salvadoreña, sino que mantenemos intensos intercambios en todos los terrenos.
Todo ello, sin olvidar, por último, el rico y tupido entramado de relaciones entre nuestras dos sociedades.
Me refiero a la tarea cotidiana de Universidades, Colegios profesionales, intelectuales, artistas y deportistas de nuestros dos países, que nos acerca singularmente y aporta gran vitalidad a nuestras relaciones.
Señor Presidente, Señoras y Señores Diputados,
España, que quiso y supo estar junto a El Salvador en los difíciles años del conflicto armado, sigue estando con el pueblo salvadoreño en su esfuerzo por conseguir mayores cotas de prosperidad y de progreso. Y seguirá acompañando a El Salvador en la superación de los retos y desafíos del futuro.
Entre dichos retos, resulta difícil imaginar el futuro de Centroamérica sin tener en cuenta la necesaria e inevitable profundización del actual proceso de integración.
De igual modo, la profunda transformación que España ha experimentado en las últimas dos décadas, no podría entenderse al margen del proceso de crecimiento y modernización derivado de nuestra plena integración en la Unión Europea.
España, como país europeo e iberoamericano, trabajará sin descanso junto a El Salvador para hacer posible una mejor y más rica relación entre la Unión Europea y Centroamérica.
Pueden contar con nosotros en ese apasionante camino que debe llevar a la conclusión de un Acuerdo de Asociación entre las dos regiones.
También España apoya los esfuerzos que El Salvador está haciendo para defender los intereses y las reivindicaciones de los países de renta intermedia, con los que El Salvador se siente plenamente identificado.
Seguiremos trabajando con El Salvador con vistas a consolidar y profundizar los importantes niveles de colaboración y de entendimiento que, con el esfuerzo de todos, hemos alcanzado en los últimos años.
Han transcurrido treinta años desde que en 1977 realizáramos nuestra primera Visita de Estado a El Salvador.
Con gran emoción, la Reina y yo regresamos a este hermoso y entrañable país, y contemplamos admirados los esfuerzos de la sociedad salvadoreña por conquistar mayores niveles de prosperidad y desarrollo.
Hoy como ayer, mi compromiso en favor de la paz, de la democracia y de la Comunidad Iberoamericana de Naciones sigue firme.
Como tuve ocasión de afirmar hace años en la Universidad de San Marcos en Lima, al ser investido como Doctor Honoris Causa, ?sean cualesquiera nuestras diferencias, estamos juntos?.
Hoy, ante esta ilustre Asamblea quiero también proclamar que ?en el futuro, seguiremos estando juntos?.
Muchas gracias.