V
engo una vez más a esta Escuela para expresaros mi aliento y apoyo en el momento en que comenzáis a ejercer en toda su plenitud la vocación y el oficio de la diplomacia.
Vuestra tarea va ser desde ahora la de promover la imagen de España y los derechos e intereses de los españoles en el marco, que explícitamente señala en su Preámbulo nuestra Constitución, del fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
Os corresponde a vosotros específicamente actualizar el legado de nuestra tradición diplomática, con una sensibilidad bien despierta a las corrientes de fondo que dan tono al horizonte internacional, que capte con agudeza lo que es sustantivo y permanente en un mundo que cambia, y vierta el contenido de esta reflexión en iniciativas, propuestas y acuerdos aceptables y eficaces.
El desarrollo económico internacional y sus consecuencias y responsabilidades sociales, la coordinación exterior de nuestra dinámica empresarial como oportunidad de negocio y marca de prestigio de nuestro país, la expresión actualizada de fórmulas educativas y culturales que manifiesten la realidad y las ambiciones de la España actual, y la extensión y el respeto de los derechos humanos, van a ser los ejes principales de vuestra actividad.
Accedéis a ella en excelentes condiciones, gracias a la formación que aquí habéis recibido, que os permitirá llevar a cabo con ambición y eficiencia vuestro servicio al Estado, como representación y espejo de las virtudes individuales y colectivas que nos identifican como nación.
Os animo a continuar y mejorar el legado de quienes os han precedido en la defensa de nuestros intereses y la articulación de relaciones sólidas y mutuamente beneficiosas, mediante la apertura de nuevos cauces y la búsqueda de interlocutores adecuados, que aseguren y abran caminos al entendimiento y progreso universal.
Quiero también felicitar a los alumnos de distintas nacionalidades que han acudido a esta Escuela para completar su formación. Espero y deseo que su estancia en este Centro haya sido acorde con las expectativas que les llevaron a esa elección, y que su estancia en España les haya permitido conocernos mejor, establecer amistades sinceras y despertar el interés por nuestro país.
A todos os auguro éxitos y satisfacciones en el desempeño de vuestras respectivas actividades y a todos exhorto a mantener vínculos con esta Escuela, regresar a ella para actualizar vuestros conocimientos y participar en sus actividades aportando vuestra propia experiencia profesional.
Extiendo mi más sincera felicitación a la Dirección, Claustro de Profesores y Personal, por la labor bien desempeñada.
Queda clausurado el Año Académico 1999-2000 de la Escuela Diplomática.