us Majestades los Reyes y Su Alteza Real el Príncipe de Asturias han ofrecido en el Palacio Real de Madrid la tradicional recepción al Cuerpo Diplomático acreditado en España.
Tras llegar al Palacio Real, los Reyes y el Príncipe se dirigieron a la Saleta de Gasparini, donde fueron saludados por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé, para seguidamente recibir el saludo del Cuerpo Diplomático acreditado en España y de los Altos Cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.
Una vez finalizado, accedieron al Salón del Trono, donde después de las palabras del Nuncio Apostólico de la Santa Sede, Monseñor Manuel Monteiro de Castro -como decano del Cuerpo Diplomático acreditado en España-, Su Majestad el Rey pronunció un discurso, en el que reiteró en Su nombre y el de Su Majestad la Reina las condolencias a los familiares de los dos jóvenes ecuatorianos que perdieron la vida en el brutal atentado del 30 de diciembre en Madrid, así como al Gobierno y al pueblo de Ecuador, condolencias que el Príncipe de Asturias les trasladó personalmente en Quito. Don Juan Carlos agradeció las muestras de apoyo y solidaridad recibidas del mundo entero, que "nos reconfortan y nos alientan en nuestra determinación en la lucha contra el terrorismo, desde la firmeza del estado de Derecho y la solidez de nuestras convicciones democráticas", y manifestó que "España no escatimará esfuerzos, en el plano nacional y en el de la cooperación internacional, para acabar con el terrorismo siempre cruel, irracional e inhumano, que constituye una grave lacra que a todos nos incumbe y nos afecta".
Su Majestad hizo un balance de la acción exterior del pasado año y señaló los hitos principales para el actual, destacando, entre otros, la entrada de Bulgaria y Rumanía en la Unión Europea, el proceso de construcción europea y el cincuentenario del Tratado de Roma, las presidencias europeas de Alemania y Portugal, la presidencia española de la OSCE, la celebración de la Cumbre Iberoamericana en Chile, la contribución de la Cooperación Española al desarrollo de los países necesitados, el inicio de actividades de la Casa Árabe y la Casa Sefarad-Israel, el conflicto de Oriente Medio, la presencia española en misiones de mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, el vínculo transatlántico y la amistad con los Estados Unidos de América, el Plan Asia Pacífico, el Año de España en China, los primeros pasos de la Casa África, la reducción de la pobreza y del cumplimiento de los Objetivos del Milenio, el nombramiento del nuevo Secretario General de las Naciones Unidas -al que envió su felicitación y sus mejores deseos para su mandato-, las actividades del Instituto Cervantes, el cuarto Congreso Internacional de la Lengua Española en Cartagena de Indias y la aprobación de una nueva Gramática.
Asimismo, Don Juan Carlos subrayó la importancia del Plan África, manifestando que "una sociedad como la española, no puede permanecer indiferente ante la pobreza y desigualdad, en un Continente al que estamos unidos por tantos vínculos de vecindad, y con el que queremos promover el entendimiento y la cooperación", y recordó que los flujos migratorios "un fenómeno de amplia dimensión social y humanitaria, que debe ser objeto de atención global y preferente en el ámbito europeo, con la puesta en marcha de una política migratoria coherente y solidaria", e hizo un llamamiento a "afrontar adecuadamente el reto de gestionar los flujos migratorios, desde la legalidad y la justicia, actuando eficazmente contra las redes de inmigración ilegal que tanta muerte, dolor y tragedia generan en nuestras fronteras. Todo ello, sin olvidar la necesidad de promover el desarrollo de los países de origen, de combatir la pobreza y de trabajar por los derechos humanos"
Posteriormente, los asistentes departieron en el Salón de Columnas, con lo que concluyó el acto.