oña Sofía, que llegó a Sanlúcar de Barrameda acompañada por la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, fue recibida por la delegada del Gobierno en la Comunidad Autónoma de Andalucía, Carmen Crespo; el alcalde de Sanlúcar de Barrameda, Víctor Mora; la consejera de Medio Ambiente y Ordenación del territorio de las Junta de Andalucía, María Jesus Serrano; el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Emilio de Lora-Tamayo; el coordinador Institucional del CSIC en Andalucía, Miguel Ferrer, y el director del Espacio Natural de Doñana de la Junta de Andalucía, Juan Pedro Castellano.
Su Majestad la Reina, que accedió al Parque Nacional de Doñana tras cruzar el Guadalquivir en un transbordador desde la localidad gaditana, se desplazó por las playas del Parque -donde pudo avistar bandadas de limícolas y otras aves marinas en las orillas- hasta el Palacio de Doñana, sede de la Estación Biológica de Doñana (EBD). Desde allí se dirigió al Edificio-Laboratorio “Luis Bolín”, lugar en el que se celebró una reunión de trabajo en la que el director de la Estación, Juan José Negro, junto a responsables del CSIC, explicaron a la Reina los principales proyectos que desarrolla este centro. Finalizada la reunión, Doña Sofía realizó un avistamiento de aves en la Laguna del Palacio.
Por la tarde, Doña Sofía se trasladó en un minibús todoterreno hacia el Palacio de las Marismillas, recorriendo los paisajes característicos de la zona de contacto de la marisma y la arena del Parque Cerro de los Ánsares. También recorrió el Cerro del Trigo, lugar donde se encuentran los restos arqueológicos de los asentamientos más antiguos de los seres humanos de Doñana, y el Rincón del Membrillo, laguna de la marisma con una elevada concentración de aves acuáticas, bandadas de flamencos y varias parejas de águilas imperiales.
El viernes día 4, Su Majestad la Reina se trasladó a la Duna del Turista, recorriendo las Pajareras de Doñana, árboles centenarios cubiertos de nidos donde se reproducen espátulas y garzas, donde vió uno de los caballos de las Retuertas, una secular línea genética de equinos de Doñana, considerada como la más antigua del mundo, según estudios desarrollados en la Estación Biológica de Doñana. La Reina también visitó la Casa del Martinazo, desde donde observó la Marisma, inundada y cubierta de manzanilla de agua en flor, y la Laguna de Santa Olalla y Dulce.
Posteriormente, Doña Sofía visitó el Centro de Visitantes “El Acebuche”, centro de cría del lince ibérico, donde presenció el estado actual del proyecto de recuperación de esta especie y tuvo la oportunidad de observar los linces y sus crías en cautividad. Su Majestad la Reina se interesó por numerosas cuestiones de este programa de cría en cautividad –denominado científicamente Exsitu-, y por la preservación y mejora de su variabilidad genética o las técnicas de aprendizaje de los ejemplares nacidos en cautividad para adaptarlos a su posterior suelta en la naturaleza.
En la actualidad, la investigación que se realiza en la Estación Biológica de Doñana sobre el lince ibérico se centra principalmente en su genética. La secuenciación del genoma del lince ibérico es el objetivo principal de uno de los Proyectos Cero de la Fundación General CSIC. De esta forma, se busca aportar un recurso para el conocimiento de la especie y su conservación y recopilar información que podría perderse en un futuro próximo si la especie llegara a extinguirse.
La Estación Biológica de Doñana no sólo coordina todos los trabajos de investigación que se desarrollan en las más de cien mil hectáreas de Doñana protegidas como parque nacional o natural, sino que también gestiona las diez mil hectáreas que suman las fincas de la Reserva Biológica de Doñana y de la Reserva Biológica del Guadiamar, ubicadas en el corazón de este valioso espacio protegido.
Ambas fincas fueron adquiridas en 1964 por el Estado español y por la organización conservacionista WWF, respectivamente, en una de las mayores operaciones conservacionistas desarrolladas hasta entonces en Europa para preservar este valioso ecosistema de marismas, dunas y monte mediterráneo de los proyectos agrícolas y forestales que lo amenazaban.
Esta operación también impulsó la posterior ampliación de la superficie protegida y su declaración como Parque Nacional de Doñana, un espacio que ostenta las mayores figuras internacionales de reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad, Reserva de la Biosfera o humedal estratégico del Convenio Ramsar de la Unesco.
Durante este medio siglo de conservación e investigación en Doñana, la EBD también ha evolucionado, y no sólo ha sustituido el cuaderno de campo por la tableta electrónica, sino que ahora gestiona una treintena de edificios y laboratorios en este espacio natural que, además, chequea en tiempo real mediante una compleja red tecnológica de sensores que le han permitido alcanzar la categoría de Instalación Científico Técnica Singular (ICTS) del CSIC.
La EBD ha expandido su actividad científica fuera de Doñana en este medio siglo de vida y en su sede central de Sevilla trabajan medio centenar de investigadores, entre ellos, algunos de los que acumulan más citas científicas de España, lo que le ha valido ser declarado uno de los seis primeros centros de excelencia científica Severo Ochoa de España.
A las tradicionales labores de investigación básica sobre flora y fauna, o de actuaciones de conservación de especies amenazadas, como el lince y el águila imperial ibéricas, la EBD ha añadido en los últimos años líneas de trabajo relativas a aspectos modernos de la biología, como las interacciones entre especies, el cambio global, el calentamiento climático o las especies invasoras.
La Estación Biológica de Doñana es un Instituto Público de Investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) dentro del área de Recursos Naturales. Tiene como misión fundamental llevar a cabo una investigación multidisciplinar al más alto nivel, y dirigida a la comprensión, desde un punto de vista evolutivo, de la forma en que se genera la biodiversidad, la forma en que se mantiene y deteriora, además de las consecuencias de su pérdida y de las posibilidades de su conservación y restauración. Inherente a todo ello, también se promueve la transferencia del conocimiento a la sociedad. El Instituto está constituido por un edificio principal en Sevilla y dos estaciones de campo: la ICTS Reserva Biológica de Doñana (Espacio Natural de Doñana, Almonte, Huelva) y la Estación de Campo de Roblehondo (Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas).
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, Doñana es una de las áreas naturales de mayor importancia del mundo. La Reserva Biológica fue creada en 1964 con el fin de proporcionar un refugio para especies amenazadas y un lugar de invernada para las aves europeas. En 1994 fue incluida en la red de Grandes Instalaciones Europeas.