Arratsalde on guztioi. Pozgarria da benetan Bilbon, hiri estimatu honetan, egotea berriz.
[Muy buenas tardes a todos. Es un placer estar de nuevo en esta querida ciudad de Bilbao]
Es la primera vez que vuelvo a Bilbao después del reciente fallecimiento –mañana hará 2 meses− de Don Iñaki Azkuna, alcalde de esta gran ciudad y buen amigo con quien compartí muchos momentos y reflexiones, y con quién me hubiera gustado compartir y disfrutar de muchos más. Precisamente, la entrega del Premio Noviasalcedo era una de esas ocasiones en la que nos encontrábamos con regularidad para apoyar el dinamismo de la sociedad bilbaína, y también de los jóvenes que él tanto tenía en cuenta.
Sirvan estas palabras y este recuerdo, que salen del corazón, para honrar una vez más a su persona, su memoria y su legado; también para expresar ante los bilbaínos mi gratitud siempre hacia él por su tiempo, su apoyo, sus consejos. Espero que su ejemplo de entrega –permanente y hasta el final− a la dignidad y la eficacia de su cargo, como servidor público alcalde y político, nos inspire y acompañe a todos siempre. En mi caso así será, como se lo pude decir de otra manera aquí mismo hace dos años.
Bien, pues nuevamente nos convoca en el Arriaga de Bilbao este Premio que la Fundación Noviasalcedo puso en marcha hace ocho años para fomentar y premiar ejemplos de Integración Profesional de los Jóvenes –aunque son ya 34 los años que lleváis dedicándoos a ellos, a sus primeros pasos en el mundo laboral. ¿Y cuál es hoy la principal preocupación de los jóvenes y de toda nuestra sociedad? Claramente el desempleo, la falta de trabajo; un tema directamente relacionado con el foco de estos premios y de la fundación que nos ha reunido hoy en la capital vizcaína.
Por eso este premio, ya en su 6ª edición, expresa bien el compromiso sólido de la Fundación Noviasalcedo, en la memoria de Don Pedro, con la búsqueda efectiva de soluciones y de vías concretas para lograr el acceso de los jóvenes al mercado laboral.
Quiero, por ello, expresar el reconocimiento y gratitud que merecen la Fundación Noviasalcedo y los patrocinadores de este galardón. También, por supuesto, quiero dar mi enhorabuena sincera y afectuosa a todos los premiados, no sólo por los méritos que el jurado –cargado de prestigio y altura− ha podido conocer y evaluar, sino porque son méritos que se han logrado haciendo o procurando lo mejor para muchas personas. Felicidades de corazón.
Al tratarse de un problema lamentablemente tan grave y extendido, son numerosas las instancias, Administraciones y organizaciones en todo el mundo que se esfuerzan día a día para intentar solucionarlo. Pero, en esta oportunidad, quiero, naturalmente, subrayar vuestra labor específica —la de Noviasalcedo—, porque el desempleo y la integración laboral de los jóvenes son materias que conocéis muy bien y en las que lleváis muchos años trabajando con excelentes resultados. Aunque, como vosotros sabéis muy bien, lo que siempre ocupa y preocupa más es lo que todavía queda por hacer, más que contar y alabar los éxitos.
"...Hay que tener en cuenta mucho más a los jóvenes, obviamente por lo que representan para el futuro, pero también por sus capacidades, frescura, y flexibilidad, para ayudarles y animarles a ser mejores que nosotros. Al fin y al cabo una sociedad que no da esperanza a los jóvenes, que esperanza puede tener en si misma. Pero, no por ello podemos dejar de lado a los que no lo son –o no lo son tanto−, como por ejemplo a los desempleados de larga duración, que son los que más dificultades arrastran, con más cargas a cuestas y menor capacidad de adaptación o flexibilidad. Por eso, es preciso que al mismo tiempo, tengamos siempre presente la dimensión social y humana de un problema que afecta a hombres y mujeres de todas las edades, sin desconocer nunca el funcionamiento de un sistema económico y productivo que debe estar, finalmente, al servicio de las personas..."
Habéis abordado estos retos con una visión cooperativa y participativa y desde una perspectiva sólida, tanto teórica como práctica. Para ello habéis hecho estudios importantes, habéis puesto en marcha diversos proyectos y actividades, e incentivado también que otras entidades contribuyan a afrontarlo, como lo demuestran estos mismos galardones.
En esta labor, vuestro enfoque ha sido sobre un aspecto clave —la integración profesional de los jóvenes desde la perspectiva formativa—, incorporando, asimismo, una visión internacional muy necesaria; porque se trata, efectivamente, de un problema global. En este sentido, quiero felicitaros particularmente por vuestro Proyecto Pegasus; una iniciativa que tiene como objetivo situar el empleo juvenil en la Agenda Global del Desarrollo Humano, y que merece todo el apoyo.
En definitiva, la labor de la Fundación Noviasalcedo es, en su conjunto, muy digna de todo elogio y no me resisto a mencionar que, por todo ello, fue galardonada el año pasado con el “Premio Fundación Príncipe de Girona” en la categoría de Entidad. Enhorabuena una vez más. Y quiero decir que me alegra y me ilusiona mucho que ambas fundaciones estén en contacto estrecho y colaborando/cooperando para atender más eficazmente a los jóvenes y mejorar sus perspectivas de futuro.
El empleo y la formación son cuestiones que todos reconocemos como fundamentales para el bienestar y el progreso de cualquier sociedad. No cabe duda de que, apoyándonos en una mejor formación, hay que –sobre todo− mejorar la empleabilidad de los trabajadores, para facilitar así su acceso y también su permanencia en el mercado de trabajo. Tampoco la hay de que debemos impulsar más la educación y dentro de ella valores y capacidades como el emprendimiento, la creatividad y la innovación, la confianza y la autoestima, la motivación y el altruismo.
Y estamos convencidos, así mismo, de que hay que tener en cuenta mucho más a los jóvenes, obviamente por lo que representan para el futuro, pero también por sus capacidades, frescura, y flexibilidad, para ayudarles y animarles a ser mejores que nosotros. Al fin y al cabo una sociedad que no da esperanza a los jóvenes, que esperanza puede tener en sí misma.
Pero, no por ello podemos dejar de lado a los que no lo son –o no lo son tanto−, como por ejemplo a los desempleados de larga duración, que son los que más dificultades arrastran, con más cargas a cuestas y menor capacidad de adaptación o flexibilidad. Por eso, es preciso que al mismo tiempo, tengamos siempre presente la dimensión social y humana de un problema que afecta a hombres y mujeres de todas las edades, sin desconocer nunca el funcionamiento de un sistema económico y productivo que debe estar, finalmente, al servicio de las personas.
Los premiados en esta edición lo saben muy bien y durante sus trayectorias personales, profesionales e institucionales —a través de acciones concretas—, han contribuido de un modo objetivo a la integración profesional de los jóvenes, a mejorar sus expectativas y ampliar sus esperanzas, y a darles más voz y más participación.
A Benita Ferrero Waldner, Enrique Iglesias, Leroy Merlin, Sao Prat, Lantegi Batuak y Centro Nazaret les reitero mi enhorabuena por este reconocimiento, así como mi gratitud porque, como decía al principio, vuestros méritos son méritos que se han logrado haciendo o procurando lo mejor para muchas personas.
Ezkerrik asko guztioi. Muchas gracias.
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