M
e satisface mucho participar en el acto de clausura de esta Conferencia Internacional de Cámaras, que tiene lugar en este magnífico marco arquitectónico y artístico que es la Casa Lonja de Mar, sede corporativa de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona.
Bajo estos espléndidos artesonados policromados del Salón de Contrataciones, los comerciantes y los hombres de empresa de la ciudad vienen reuniéndose desde el siglo XIV. Hace pues más de siete siglos que las instituciones representativas del comercio, la industria y la navegación de Barcelona han tenido su sede o han desarrollado su actividad en la Casa Lonja de Mar.
Las Cámaras de Comercio desempeñan un papel relevante en una sociedad abierta. Con independencia del sistema jurídico que regula su actividad en cada país, los objetivos principales de las Cámaras de Comercio son comunes en todas partes. Tal y como recoge el espíritu de la Declaración de Barcelona, firmada en este primer encuentro internacional de Cámaras por los máximos dirigentes de las organizaciones camerales de todo el mundo, las Cámaras son las legítimas representantes de las actividades comerciales e industriales de las sociedades donde están ubicadas.
Las Cámaras fomentan la internacionalización de las empresas y propician los intercambios de productos y servicios entre todos los países. Pero su actuación no se agota en el mero acuerdo mercantil. Son también plataformas de conocimiento donde las empresas de diversos países pueden intercambiar ideas y puntos de vista. Es por ello que las autoridades públicas deben sacar partido de la vasta experiencia de las Cámaras como agentes en un sistema económico internacionalmente abierto.
La globalización económica que caracteriza el inicio del tercer milenio añade un nuevo reto de las Cámaras ante la sociedad. Estas corporaciones son las que, por tradición y experiencia, poseen el conocimiento y la voluntad para que el proceso globalizador beneficie a todos por igual, respete las normas básicas de un comportamiento ético que no excluya a nadie y sea, al fin y al cabo, un motor de progreso y bienestar.
Felicito a la Cámara de Comercio de Barcelona por la organización de esta importante Conferencia, que ha reunido a las principales organizaciones camerales del mundo y cuyos trabajos y conclusiones tengo la seguridad redundarán en beneficio de una sociedad creadora de riqueza y generadora de progreso para todos.