E
stas primeras Jornadas, convocadas por el Foro Justicia y Empresa y, asimismo, por la Fundación BBVA bajo el lema de andldquo;Justicia y Competitividadandrdquo;, constituyen un marco de diálogo muy atractivo sobre asuntos de particular interés en nuestros días y de gran alcance para el futuro, que afectan íntimamente a la economía y al derecho, y por tanto, de una u otra forma, nos afectan a todos.Me siento muy honrado al poder acompañaros y alentaros en vuestro trabajo, y también de la Princesa que no ha podido acompañarnos, y deseo agradecer a la Fundación BBVA, que nos recibe en este hermoso Palacio de Salamanca, su fecunda labor de promoción de la cultura.Jueces, empresarios, catedráticos, políticos y profesionales de distintos ámbitos, van a aportar a estas Jornadas su saber, su experiencia y su capacidad de análisis. Así, por primera vez, la Justicia y la Empresa de nuestro país se dan cita al más alto nivel para tratar estas cuestiones. Un hecho que en sí mismo constituye una muy buena noticia.Por un lado, la Justicia se encuentra representada por sus respectivas cúspides, gubernativa y jurisdiccional, el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Por el otro, el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación, así como los muchos empresarios que hoy han querido acompañarnos, personifican los criterios empresariales.Así pues, este foro integra puntos de vista muy diversos, incorporándolos a un mismo debate público, e implicando a múltiples actores interesados.Habéis planteado la conformación plural de las Jornadas como una necesidad, ya que un enfoque limitado o parcial quedaría descompensado e incompleto, y como una virtud puesto que vais a tratar sobre las complejas y enriquecedoras relaciones que se dan entre Justicia y Empresa, que afectan a nuestra sociedad en su conjunto.Vais a ocuparos especialmente de cómo y por qué canales el funcionamiento de la Justicia se traduce en una mayor o menor riqueza, en una mayor o menor competitividad de los Estados. Un tema que es fundamental para nuestro progreso como sociedad moderna y democrática en un régimen de libertades bajo un Estado de Derecho. Un planteamiento del mayor interés y de la más inmediata actualidad.Ciertamente, la ciencia económica se ha ocupado ya de algunos de estos puntos, tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Pero hasta ahora esa reflexión no se había abordado de la mano de la cúspide del Poder Judicial; ni, tampoco, en lengua española y con la presencia de todos los agentes potencialmente interesados, que aquí os encontráis para llevar a cabo un intercambio de criterios, en el que podréis volcar vuestros respectivos conocimientos, responsabilidades y experiencias.El horizonte de vuestro diálogo se ensancha aún más, al haber decidido abarcar, además del ejemplo concreto de España, asuntos que trascienden nuestras fronteras, como reflejan algunas de vuestras intervenciones.Estudiaréis por ejemplo el papel de la Justicia, tanto en el fortalecimiento institucional, como en la efectiva creación de riqueza de los países en desarrollo. El llamado andldquo;fortalecimiento institucionalandrdquo;, del que la Justicia constituye una institución clave, ha sido objeto de la atención del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo, de multitud de Universidades en todo el mundo y de acciones decididas de los Gobiernos de nuestra Comunidad Iberoamericana de Naciones. Bien merece, por tanto, vuestro análisis.Vais a considerar asimismo la creación de riqueza, factor esencial, aunque no exclusivo, del desarrollo, como elemento previo a su redistribución en la sociedad y como soporte material imprescindible para lograr el bienestar social y la atención eficaz a los más desfavorecidos.Todo ello os permitirá destacar también la importante tarea de la Justicia como factor de cohesión de las sociedades.Os habéis planteado, en definitiva, un diálogo sobre temas de gran calado, que se produce, además, en un contexto económico definido por su profunda modernización y su rápida internacionalización.Nuestra Justicia, aporta su sólida preparación técnica y profesional, su independencia, su prudencia, su responsabilidad, entrega y buen sentido a la delicada misión de aplicar la Ley y resolver situaciones de conflicto conforme a Derecho. Su ingente y valiosa labor resulta esencial para el buen funcionamiento del conjunto del Estado y el mayor desarrollo de una sociedad moderna y dinámica como la española.También merece destacarse el notable esfuerzo realizado por las empresas españolas, a lo largo de los tres últimos decenios, para contribuir al desarrollo económico y social de España y adecuar sus estructuras, procedimientos y estrategias a los nuevos mercados, caracterizados por su creciente apertura, competitividad y rapidez, lo que les ha aportado un amplio conocimiento del medio internacional. Una contribución que ha sido y seguirá siendo imprescindible para situar a España en un creciente nivel de bienestar y en un destacado puesto económico mundial, en un escenario cambiante, al que vienen accediendo nuevos y poderosos competidores.Así, en estas Jornadas, vuestro intercambio de pareceres acerca de asuntos del mayor atractivo para todos y de las circunstancias que los envuelven, permite un mejor conocimiento mutuo entre el mundo de la Justicia y el de la Empresa.Con ello expresáis la disponibilidad y la sensibilidad de nuestras Autoridades Judiciales y de nuestra Empresa, de nuestra Universidad y de nuestras Autoridades Estatales y Autonómicas, para seguir aportando su esfuerzo diario a la construcción de una España siempre mejor en el marco de estabilidad, progreso y libertad que garantiza nuestra Constitución.Os dirigimos asi, pues, nuestra más calurosa enhorabuena por esta feliz iniciativa, y os deseamos a todos el mayor éxito en estas Jornadas.Declaro inauguradas las primeras Jornadas del Foro Justicia-Empresa sobre andldquo;Justicia y Competitividadandrdquo;.Muchas gracias.