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eñora Presidenta,
A la Reina y a mí nos cabe el alto honor y la especial satisfacción de daros nuestra más cordial bienvenida a España, junto a Vuestro esposo, que hacemos extensiva a la importante Delegación que os acompaña.
Sentimos una particular alegría al poder ofreceros este almuerzo -con motivo de Vuestra primera Visita Oficial a España- precisamente hoy, 30 de junio, una fecha en que se celebra el andldquo;Día de la Amistad entre Filipinas y Españaandrdquo;.
No podría haberse elegido mejor día para ensalzar una sólida amistad, como la hispano-filipina, que con Vuestra Visita estamos resueltos a impulsar.
La fijación de este Día contribuye a subrayar los profundos vínculos de afecto entre dos pueblos hermanos que comparten una larga y fructífera historia común, así como múltiples lazos culturales y humanos, singularizando la condición de Filipinas como un gran país amigo de España en el ámbito asiático.
Deseo expresaros de corazón nuestra gratitud por el establecimiento de esta celebración, resultado de una feliz y singular iniciativa del Congreso y del Senado de Vuestro país, que se instituyó hace cuatro años mediante un Decreto de Vuestra Excelencia.
Señora Presidenta,
La Reina y yo hemos tenido la grata oportunidad de visitar oficialmente Vuestro hermoso país en varias ocasiones. Unas Visitas inolvidables que ahondaron nuestros sentimientos de afecto y admiración por Filipinas y por su pueblo, siempre hospitalario y laborioso. En cada una de ellas, reforzamos nuestra convicción de que es mucho lo que nos une y grande el potencial que encierra la amistad hispano-filipina.
Buena prueba de esos sentimientos de particular cercanía y solidaridad, la tuvimos en el elocuente gesto de Vuestra Excelencia al decretar tres días de luto oficial en Filipinas, con motivo de los terribles atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
La intensidad de nuestra historia común, de esa corriente de simpatía mutua que fluye entre filipinos y españoles, así como el actual dinamismo de nuestras sociedades, son elementos básicos de esa convicción de que juntos, y en todos los campos, debemos consolidar, extender e impulsar nuestras relaciones.
En suma, el mejor conocimiento de nuestro pasado compartido y de las nuevas posibilidades de cooperación, son una referencia ineludible en la construcción de un futuro que deseamos de creciente amistad y entendimiento.
Señora Presidenta,
Fue precisamente con ese afán de futuro, con el que ayer tuvimos ocasión de constatar conjuntamente el excelente estado de nuestras relaciones.
Unas relaciones que, en el ámbito político, han alcanzado un punto de gran entendimiento mutuo. Junto al plano bilateral, también otorgamos especial importancia a las relaciones entre la Unión Europea y la ASEAN, cuya Presidencia este año ostenta Filipinas.
En un mundo cada vez más globalizado e interdependiente, Filipinas y España deben abordar decididamente el incremento sustancial de sus relaciones económicas, comerciales y financieras, de modo que se aproximen, en intensidad y protagonismo, a las que definen nuestros intercambios culturales o nuestra cooperación al desarrollo.
De nuestros lazos culturales, es buena muestra la intensa labor y creciente importancia del Instituto Cervantes de Manila. Estoy convencido de que uno de los elementos más significativos de la empresa conjunta que representa el futuro de nuestras relaciones, pasa por un mayor conocimiento recíproco de nuestras realidades culturales.
Ello incluye un impulso a la lengua española en Filipinas como importante vehículo de comunicación internacional, de hondas huellas en Vuestro país, compartida por más de cuatrocientos millones de personas y objeto de una creciente demanda en Europa y Norteamérica, donde ya es la segunda lengua más hablada.
La amistad hispano-filipina ofrece también destacadas realizaciones en el ámbito de la Cooperación, como la reciente inauguración -presidida por Vuestra Excelencia- del Centro Oftalmológico andldquo;José Rizalandrdquo;, del Hospital General de Filipinas.
A todo ello, debemos añadir el papel de las colectividades de ciudadanos españoles en Filipinas y de ciudadanos filipinos en España, cuya importante aportación al mayor acercamiento hispano-filipino debemos subrayar.
Señora Presidenta,
Deseo felicitaros por haber promovido, con tanto coraje como sentido de Estado, la abolición de la pena de muerte en Filipinas.
La firma el pasado 24 de junio de la legislación que recoge la decisión adoptada por el Congreso y el Senado de Filipinas, constituye un hecho trascendental y apenas sin precedentes en Asia.
Integra a Vuestro país en el grupo de Naciones que, como España, ha trabajado y se viene esforzando por erradicar tan cruel e injusta pena que atenta contra los derechos humanos.
Señora Presidenta, Como probada amiga de España, os reiteramos nuestra alegría al poder recibiros en Visita Oficial, así como nuestra voluntad de impulsar un futuro común de creciente amistad, entendimiento y cooperación entre Filipinas y España.
Con ese espíritu, quiero levantar mi copa para brindar por Vuestra ventura personal y la de Vuestra familia, así como por la paz y prosperidad del muy querido pueblo hermano de Filipinas.