Muchas gracias a todos por acogernos con el afecto que siempre recibimos de los navarros y pamplonicas; y a ti, Presidente, por tan cariñosas palabras. Hoy tenemos la alegría enorme de compartir de nuevo una jornada en la que se entrelazan la historia y la realidad más viva y actual de esta querida Comunidad Foral de Navarra a la que la Princesa y yo admiramos y con la que nos sentimos muy unidos.
Al volver a estar con vosotros nos empapamos de la vitalidad de esta tierra y renovamos nuestro interés por vuestras inquietudes, por los problemas y las esperanzas del pueblo navarro.
Como todos los años esta mañana hemos asistido al tradicional homenaje a los antiguos Reyes de Navarra bajo los sillares de San Salvador de Leyre. Sus piedras nobles reflejan las profundas raíces de este viejo Reino. Sobre ellas se asientan los valores sólidos, la apertura al mundo y la gran personalidad de los navarros, como ciudadanos laboriosos y emprendedores que han unido y unen sus esfuerzos a los de otras Comunidades Autónomas contribuyendo al progreso del conjunto de España.
A lo largo de lasúltimas décadas, gracias a su capacidad y tesón, esta tierra ha logrado destacar en numerosos campos como el de la investigación y la tecnología, también en el desarrollo de su tejido empresarial, de sus servicios educativos o sanitarios, y en la fuerte apuesta por las energías renovables.
Pero también quiero resaltar la solidaridad como una de las señas de identidad más arraigadas en los navarros y que tanto influye en la buena imagen de su presencia en tantos lugares necesitados del mundo. Vuestro esfuerzo generoso en la Ayuda al Desarrollo y la Cooperación es ejemplar y digno de todo elogio.
Todo ello ofrece un fondo muy adecuado sobre el que proyectar y apreciar el gran valor de las trayectorias humanas y proyectos que identifican los Premios que acabamos de entregar. Nuestros galardonados han contribuido decididamente al conocimiento, al desarrollo y al bienestar de nuestra sociedad, y les debemos considerar ejemplos a los que seguir para construir, entre todos, un mundo siempre mejor.
En esta edición el Premio Príncipe de Viana de la Cultura ha recaído en D. Faustino Menéndez Pidal, por toda una vida académica y científica marcada -como hemos visto- por la excelencia y la perseverancia en el ejercicio de su admirable tarea de investigador y tratadista de heráldica.
Reconocemos en Don Faustino al hombre sabio, erudito y riguroso que ha cubierto con ilusión y espíritu renovador una impresionante labor de análisis y divulgación, abriendo un camino nuevo a la ciencia heráldica. Quiero además destacar que su producción bibliográfica -sus libros, artículos y ponencias- y su difusión a escala internacional, han conseguido integrar la heráldica española entre las corrientes científicas más avanzadas del mundo en este campo.
En definitiva, gracias a su esfuerzo y entrega a la Historia y a la realidad de España, hoy sabemos más de las claves de nuestro propio pasado.
Nos alegra asimismo constatar la carga emotiva de la concesión de esta alta distinción a una personalidad con tan intensos lazos familiares y afectivos con Navarra, que tiene en Cintruénigo su punto de anclaje. Enhorabuena pues, Don Faustino, con todo nuestro afecto y gratitud. En lo que personalmente me atañe, esa gratitud no olvida su determinante contribución en 1999 a la definición de mi propio escudo de armas como heredero de la Corona de España.
"...El conocimiento, el impulso emprendedor, la dedicación sistemática y perseverante a la ciencia e innovación, así como la solidaridad -elementos que son evidentes en la actividad de los galardonados-, resultan imprescindibles para afrontar los retos y superar las dificultades del mundo que vivimos. ..."
El Premio Príncipe de Viana a la Solidaridad mantiene su alto prestigio al distinguir iniciativas fundamentales de personas e instituciones en losámbitos de la cooperación al desarrollo y del apoyo a los colectivos más necesitados en distintas partes del mundo.
Lo hace, en esta ocasión, premiando el itinerario no solo investigador sino también humanitario del Dr. Manuel Elkin Patarroyo, célebre inmunólogo colombiano -y también español- que continúa actualmente sus trabajos contando también con el respaldo activo de estas tierras navarras.
Su profunda dedicación científica y su sentido de la responsabilidad social merecen el más vivo reconocimiento por sus avances indudables en la lucha contra la tuberculosis, la leishmaniasis y, muy especialmente, la malaria, una enfermedad endémica en tantos países del mundo que supone una amenaza para la vida de millones de seres humanos
Creo que este Premio subraya el ejemplo de gran investigador que entiende la ciencia como servicio a los demás. Prueba de ello fue -como se ha dicho- la decisión generosa que tomó de donar en su día a la Organización Mundial de la Salud las patentes de sus vacunas, a fin de que los efectos beneficiosos de su tarea investigadora pudieran llegar al mayor número de personas, contribuyendo así a mejorar su salud y calidad de vida a muchos millones de ellas.
Por todo ello, me alegra especialmente que -si en 1994 pude entregar al Dr. Patarroyo el Premio Príncipe de Asturias por su brillante trayectoria científica-, hoy le haya podido entregar asimismo el Premio Príncipe de Viana por su dedicación a la solidaridad, la otra vertiente esencial que define su obra y su vida.
Nos llena hoy también de esperanza y de alegría nuestro Premio Príncipe de Viana de Atención a la Dependencia. Distingue un proyecto muy innovador que proporciona un avance considerable para personas con un alto nivel de discapacidad.
Está destinado a vencer la incomunicación de estas personas, su imposibilidad de expresarse y de entablar diálogo y relación con sus familiares y amigos, sin duda uno de los más duros problemas que padecen no pocos discapacitados.
Frente a tan dolorosa realidad el proyecto promovido por Pedro Palomo y José Mari Arrazola a través de IRISCOM SISTEMAS S.L. que hoy recibe este Premio -y que parece pero no es ciencia ficción- combina los avances alcanzados en elámbito de la oftalmología, con losúltimos progresos de los sistemas informáticos y de telecomunicación.
Nuestra felicitación y gratitud más profundas por el enorme apoyo que para tantas personas afectadas supone el hecho de que la enfermedad que padecen, por grave y permanente que sea, no les impida comunicarse, controlar su entorno, mantener vivos sus contactos y estar informado de lo que pasa en el mundo. En definitiva, este proyecto innovador y creativo aportará estímulos y esperanzas a muchas personas que merecen toda nuestra ayuda y solidaridad.
Señoras y Señores, llegamos ya al final de este acto. Al despedirnos que remos felicitar de nuevo y de todo corazón a cada uno de los Premiados, a sus familias y colaboradores, les agradecemos sus admirables contribuciones al conjunto de la sociedad y deseamos fervientemente que sigan avanzando en sus brillantes trayectorias, y alcancen nuevos y más altoséxitos.
El conocimiento, el impulso emprendedor, la dedicación sistemática y perseverante a la ciencia e innovación, así como la solidaridad -elementos que son evidentes en la actividad de los galardonados-, resultan imprescindibles para afrontar los retos y superar las dificultades del mundo que vivimos.
¡Muchas gracias, señor Presidente, autoridades, señoras y señores, por la afectuosa acogida que siempre nos brindáis en Navarra y que hace que como Príncipes de Asturias y de Viana nos sintamos tan a gusto entre vosotros, orgullosos de la cultura, del dinamismo, del progreso y de la solidaridad de esta querida tierra!
¡Y muchas gracias a todos!