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todos muy buenas tardes y gracias por vuestra presencia e interés.
La Princesa y yo estamos nuevamente muy agradecidos a Aragón, a Zaragoza y a su Universidad por la hospitalidad generosa y abierta con la que hoy?como siempre- nos reciben. En efecto, en esta ciudad tan querida comencé mi formación castrense en 1985, muy joven, como Cadete en la Academia General Militar. Allí tuve el orgullo de jurar bandera. Precisamente, el próximo sábado mi promoción renovará ese juramento, en nuestro 25 aniversario, con una ceremonia de hondo significado y de un gran valor simbólico y emocional para todos nosotros como militares.
Ese periodo de formación militar también me permitió conocer directamente la vida de la ciudad y a los aragoneses. Me hicisteis, además, el gran honor de nombrarme Hijo Adoptivo de esta capital, de concederme la Medalla de Oro de Aragón y la Medalla de las Cortes Aragonesas, haciendo que me sintiera muy pronto y profundamente como un aragonés y un zaragozano más. Muchos años después, la Princesa y yo, recién casados, decidimos acercarnos a Zaragoza, a visitar a la Virgen del Pilar. Los dos recordamos vivamente la intensidad y el cariño con los que tantos aragoneses quisisteis entonces acompañarnos de forma espontánea, también en Albarracín y en Sos del Rey Católico.
Por tanto, a nadie puede extrañar que la Seo, la Aljafería o el Ebro me llenen de recuerdos y añoranzas. En pocas palabras, Zaragoza, su cultura y su forma de ser -y todo Aragón con ella? no sólo forman parte inseparable de mi bagaje necesario como Heredero de la Corona, sino de mi propia vida; de mis sentimientos y afectos.
Como Heredero de la Corona ostento con orgullo el título de Príncipe de Asturias, así como los de Girona y Viana como símbolos de nuestra Historia común. Constituyen además uno de los honores más grandes que me caben como español; al tiempo que suponen una enorme exigencia y responsabilidad que he asumido siempre con entusiasmo y determinación, creyendo con toda confianza en el gran proyecto compartido que es España.
Por estas razones, la Fundación Príncipe de Asturias, los Premios Príncipe de Viana y la Fundación Príncipe de Girona, responden a un criterio común que inspira mi quehacer institucional:
Son proyectos integradores que suman y unen. Están abiertos a la participación de todos y no excluyen a nadie. Que ayudan a cohesionar a los españoles. Y siendo iniciativas que hunden sus raíces en diferentes lugares de nuestra geografía, buscan y persiguen el interés general, porque la diversidad de nuestras tierras debe ser siempre fuente de enriquecimiento de nuestra vida colectiva y no causa de desunión.
Son, además, -y como no podía ser de otra manera- proyectos que se fundamentan en nuestros principios constitucionales y que promueven el reconocimiento tan necesario hoy en día de valores como el saber, la cultura y la excelencia, el civismo y el respeto mutuo, el compromiso moral, la ejemplaridad y la solidaridad, que deben ser norte y guía de conducta de todos nosotros como ciudadanos y de nuestra sociedad en su conjunto.
Son instituciones, en fin, que persiguen ayudar a vertebrar España, proyectar nuestra imagen en el exterior y enriquecer el inmenso patrimonio que atesoramos. Como comprenderán, me siento enormemente satisfecho de la labor de estas instituciones, y también muy agradecido a todas las personas y entidades que han hecho posible suéxito mediante su esfuerzo, su ilusión y su apoyo. En el caso de la más joven, está en su tierna infancia pero con muy buena salud.
La Fundación Príncipe de Asturias, que este año cumple 30 años, es una de las instituciones culturales más importantes de España. Ha logrado convertirse en una muestra de los grandes valores que fomenta la España contemporánea y en uno de los grandes escaparates desde el que la imagen de nuestro país se sigue cada año en todo el mundo. Su nómina de premiados recoge una larga lista de hombres y mujeres que han prestado grandes servicios a la Humanidad.
Por otra parte, desde 1993, primero solo y después con la Princesa, acudimos todos los años al Monasterio de San Salvador de Leyre para rendir homenaje a los antiguos Reyes del Reino de Navarra y entregar el Premio Príncipe de Viana de la Cultura. Premio que, desde enero de este año, tendrá además carácter internacional y reconocerá también a las personas y entidades que más se distingan en la ayuda a los sectores sociales más desfavorecidos y a las personas dependientes.
Finalmente, el pasado mes de junio nació la Fundación Príncipe de Girona; cuya presentación hoy nos convoca y que se propone colaborar en la mejor formación de nuestros jóvenes, actuar como foro de reflexión y fomentar proyectos de carácter social en su más amplio sentido.
Al centrarme ahora en estaúltima, quiero comenzar agradeciendo profundamente el apoyo de nuestros patronos aragoneses aquí presentes: a Pilar de Yarza en nombre del Heraldo de Aragón, a Amado Franco, en nombre de Ibercaja y a Alfonso Solans en nombre de Pikolín. Gracias, de verdad por vuestra generosidad y vuestro compromiso en este gran proyecto que tanto nos ilusiona.
El gran escultor, turolense y universal, que fue Pablo Serrano, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, leyó unas palabras muy reveladoras al ingresar en la Real Academia de San Fernando. Señaló entonces que "una escultura, como un libro, es una conciencia; y una conciencia se forma y se forja en el trabajo de todos los días, en la inseguridad y relatividad cambiante, consciente de vivir unaépoca de incertidumbre, sin olvidar las fuentes de un rico manantial histórico que nos ha precedido".
Con este pensamiento, el artista subrayaba la importancia del trabajo bien hecho y del esfuerzo personal en este mundo nuestro de rápidas y continuas transformaciones y en el que no hemos de renunciar a nuestra Historia, como fuente de inspiración de nuestros aciertos y errores.
Afirmamos con frecuencia que el mayor patrimonio con el que cuenta España es y ha de ser su capital humano. Por esa razón y mirando hacia el futuro, todos tenemos una gran responsabilidad con nuestros jóvenes que, además, en esta grave crisis económica, es uno de los sectores de la población más castigados por el desempleo. De manera que la promoción de las competencias y habilidades de la gente joven?de su empuje y liderazgo- debe ser uno de nuestros claros y grandes empeños.
La Fundación pretende hacer su parte ayudándoles en su formación y asimilación de conocimientos, cada vez más exigentes y necesarios en estos comienzos del siglo XXI. Queremos animarles a que sean más protagonistas en el avance de la innovación. Hemos de suscitar en ellos actitudes que les permitan tomar iniciativas con confianza en sí mismos y ver en cada dificultad las oportunidades que también encierra.
También quiere esta Institución fomentar su espíritu emprendedor en todos losámbitos de nuestra vida: en la cultura, en la ciencia, en la investigación, en elámbito empresarial y en los proyectos sociales. Nuestros jóvenes han de ser conscientes de que deben alcanzar los objetivos más altos en un ambiente internacionalizado, que ofrece grandes satisfacciones y el mayor reconocimiento, al tiempo que requiere gran capacidad de sacrificio y decisión para asumir personalmente los riesgos necesarios.
Finalmente, la Fundación quiere desempeñar un papel activo en nuestra sociedad sirviendo de foro de reflexión y de propuestas que sean de utilidad para nuestra juventud, promocionando su talento y fortaleciendo su creatividad.
Los aragoneses siempre se han caracterizado por su nobleza, por su lealtad, por su empuje y espíritu de superación; son, además, "grandes para los reveses" como destaca con vigor una gran jota. Todos estos rasgos conforman una raíz de excelencia que dio impulso en el pasado a vuestra influencia histórica. Estoy plenamente convencido de que hoy, en el presente, impulsarán a esta Fundación, que es también vuestra, a las más altas metas. Todos vuestros apoyos tendrán inmensa utilidad, en virtud de los objetivos y de las raíces hondas y anchas del título que le da nombre.
Como Príncipe de Asturias, de Girona y de Viana, en nombre de la Princesa y en el mío doy a Aragón?una vez más y de corazón? las gracias.