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Palabras de Su Majestad el Rey en la entrega de los Premios Nacionales del Deporte de 2007

Madrid, 23.06.2008

A

cabamos de entregar los Premios Nacionales del Deporte, correspondientes al año 2007, todavía marcados por la gran alegría de la victoria de ayer.

Nuestra felicitación más afectuosa a todos los premiados, así como al conjunto de la familia deportiva española que ha estado, una vez más, a la altura de nuestras mejores ambiciones y que nos llena de orgullo.

Hoy es un día para recordar los muchos esfuerzos e ilusiones que representa el deporte y que encierran estos Premios.

Un día para destacar que los éxitos no se improvisan. Que se construyen con mucho trabajo y con mucho tesón, con la debida planificación y con las necesarias estructuras de apoyo al deportista. Todo ello, para enfrentaros a la competición que, en ocasiones, se resiste a recompensar el arduo esfuerzo invertido.

Es al deportista a quien corresponde hacer frente, en equipo o en solitario, al desafío de cada competición, seguida a menudo por millones de ojos expectantes, dispuestos a acompañaros y a vibrar con vuestra gesta.

En vuestro camino hacia el éxito y el reconocimiento, asumís también la responsabilidad de dar ejemplo de sacrificio y de voluntad de vencer dificultades, alentando así las mejores virtudes del deporte.

Virtudes que, como dije el año pasado, parten de la lealtad generosa y solidaria del trabajo en equipo, de la disciplina y nobleza, y del espíritu de superación en busca siempre de metas más altas.

Virtudes que son, por ello, un instrumento básico para la formación y el desarrollo equilibrado de la persona, para contribuir a la solidaridad entre los ciudadanos.

De ahí que quiera subrayar el apoyo que merecen quienes, de forma anónima y masiva, practican el deporte, así como el entusiasmo de cuantos aficionados españoles, desde el respeto al contrario, se vuelcan con nuestras selecciones y equipos en todo el mundo.

Ellos también reafirman el valor del deporte como lenguaje común e instrumento de unión entre los pueblos, reforzado con el apoyo que le aportan los medios y las tecnologías de la información.

Por el ejemplo que habéis sabido dar y por vuestra defensa de la imagen de España más allá de nuestras fronteras, la Reina y las Infantas se unen a mí para reiterar de corazón nuestra felicitación a quienes habéis recibido los Premios Nacionales del Deporte 2007.

Muchas gracias y los mejores deseos de éxito para los participantes españoles en los próximos Juegos Olímpicos.

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