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os llena de particular alegría poder reunirnos con todos vosotros al inicio de nuestra tercera Visita de Estado a Egipto, en este salón volcado sobre el Nilo elemento determinante de la geografía de este gran país en el que, por diferentes razones, habéis elegido vivir.
Volvemos a Egipto, respondiendo a una amable invitación del Presidente Mubarak, con el propósito de seguir ahondando en las valiosas relaciones de amistad y cooperación que nos ligan con un socio de primer orden en el ámbito mediterráneo.
Han transcurrido casi treinta años desde nuestra primera Visita de Estado a este país.
Treinta años en los que ha crecido la calidad de nuestro diálogo, así como el número y frecuencia de los contactos oficiales entre ambos países, incluyendo dos Viajes de Estado a España del Presidente Mubarak con quién hemos desarrollado una amistad personal.
Dichos contactos han permitido ensanchar el entendimiento y la colaboración hispano-egipcia, no sólo en el plano bilateral, sino también respecto del Proceso de paz en Oriente Medio, en el desarrollo del partenariado euromediterráneo o en los principales foros multilaterales.
También hemos ido tupiendo una importante colaboración económico-empresarial que presenta evidentes posibilidades de ensancharse en beneficio mutuo.
España es uno de los más importantes clientes de Egipto en la Unión Europea, un país con una sólida capacidad inversora.
Disponemos de una economía abierta y dinámica, con empresas de reconocida capacidad y prestigio en sectores estratégicos, dispuestas a contribuir al crecimiento y bienestar de este gran país.
No podemos tampoco olvidar el potencial de nuestra cooperación cultural y educativa, alentada por el peso, variedad y riqueza de nuestros respectivos patrimonios histórico-artísticos.
Una cooperación que cuenta con el apoyo de la destacada labor del Instituto Cervantes en el Cairo y Alejandría, y del Instituto Egipcio de Estudios Islámicos en España.
Pero la verdadera dimensión de la amistad hispano-egipcia, no podría entenderse sin la contribución diaria y directa de quienes, como españoles residentes en este gran país, promovéis y difundís la imagen de España en la sociedad egipcia.
En los últimos diez años vuestra presencia en Egipto, no sólo ha aumentado en número, sino que se ha diversificado, reflejando el cambio vivido por una España cada vez más moderna, dinámica y presente en el mundo.
Empresarios, profesionales, funcionarios, profesores y estudiantes, os habéis ido estableciendo aquí, creando una amplia red de vínculos y de intereses mutuos que hoy sustentan nuestras relaciones bilaterales.
Más aún, gracias a las familias que muchos habéis formado en Egipto, y a vuestra inserción en los más variados ámbitos de la sociedad egipcia, habéis logrado ir tejiendo relaciones de profundo afecto con estas tierras y sus gentes.
Agradecemos vuestro esfuerzo y trabajo diarios que, desde la economía o la cooperación al desarrollo, hasta la cultura, la ciencia o la educación, contribuyen solidariamente al desarrollo y bienestar de este país.
Nuestra especial gratitud a los miembros de las ONG?s españolas y a las comunidades religiosas afincadas en Egipto que, desde hace tanto tiempo, colaboran en la mejora de las condiciones de vida de muchos egipcios.
En suma, con estas palabras quiero, sobre todo, expresar mi reconocimiento a todos y cada uno de vosotros, por la entrega y el calor humano que sabéis volcar en beneficio de la creciente amistad entre Egipto y España.
La Reina se une a mí para agradeceros vuestra presencia, restando tiempo a vuestros quehaceres diarios para reuniros esta tarde con nosotros.
Os deseamos, de todo corazón, la mayor felicidad en lo personal y familiar, así como los mayores éxitos en vuestras respectivas andaduras profesionales.
Muchas gracias.