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n año más vengo con mucho gusto a la Escuela Diplomática para presidir, junto a la Reina, este solemne Acto de entrega de Despachos a la 61 Promoción de la Carrera Diplomática.
Dirigimos nuestra más efusiva felicitación a los treinta y cuatro nuevos Secretarios de Embajada, que, como nuevos Funcionarios Diplomáticos, se disponen a partir de hoy a cumplir con su vocación y responsabilidad de servicio a España y a los españoles desde nuestro Servicio Exterior.
Una felicitación que extendemos a sus familias y a cuantos, con su cariño y apoyo, les han respaldado en su ilusión y esfuerzo.
Con esta Entrega de Despachos culmina con éxito el empeño y sacrificio que habéis aplicado en vuestra preparación, así como la práctica y sólida formación que habéis recibido en esta Escuela.
A partir de ahora, empieza vuestra Carrera, a la que habréis de dedicar lo mejor de vuestros esfuerzos, para continuar la densa y prestigiosa labor desarrollada por nuestra Diplomacia a lo largo de los siglos.
Una prestigiosa labor, producto de las cualidades que siempre han distinguido a nuestros diplomáticos: lealtad y entrega, sentido del deber e iniciativa, rigor profesional y disposición permanente de aprendizaje. Cualidades todas ellas volcadas en la defensa y promoción de los intereses de España y de los españoles en el extranjero, colaborando en la ejecución de nuestra Política Exterior.
Una política exterior inspirada en valores esenciales, como son la defensa de los derechos humanos, la democracia, la paz y la solidaridad, que habrán de servir de norte a vuestra labor.
Actuando siempre guiados por dichas cualidades, y fieles a dicho norte, sabréis responder con creces a las expectativas que la sociedad española ha depositado en cada uno de vosotros.
Bien sabéis que en el desempeño de vuestras funciones, siempre podréis contar con mi apoyo y con el aliento de la Corona.
Os incorporáis a la Carrera Diplomática, al Servicio Exterior que ha acompañado el crecimiento de una España moderna, dinámica, abierta y solidaria, cada vez más interdependiente con el resto del mundo.
Muy pronto os vais a adentrar en las funciones de representar, defender y promover los intereses y el papel que corresponde a España en el mundo.
Un país cuya acción exterior resulta esencial, para contribuir al mantenimiento de la paz y seguridad y a la superación de retos que desbordan nuestras fronteras, así como para asegurar nuestra voz en el escenario internacional y estimular nuestro bienestar económico y social como gran Nación.
De ahí, el carácter multifacético de nuestra acción exterior destinada a apoyar y promover, desde el sector económico y comercial hasta el turismo o la innovación tecnológica, sin olvidar la debida proyección de nuestra gran y variada riqueza cultural y lingüística.
En suma, una acción exterior comprometida con la proyección de la presencia y de la imagen de España en el mundo.
Esa acción exterior, a la que habréis de contribuir con vuestro empuje y dedicación, dispone asimismo de una consustancial vertiente consular.
Una vertiente esencial para atender a la necesaria protección de los españoles que, cada vez en mayor número, residen en el extranjero o se desplazan más allá de nuestras fronteras por motivos de trabajo, ocio o razones humanitarias.
En el ejercicio de la función consular, habréis de facilitarles el cumplimiento de sus obligaciones en España, alentarles en el cultivo de sus vínculos con nuestro país y contribuir a proteger sus personas, bienes o actividades, a veces en circunstancias nada fáciles.
Esa proyección de España desborda las áreas tradicionalmente prioritarias de nuestra política exterior: Europa, Iberoamérica, el Mediterráneo, sin olvidar nuestros vínculos trasatlánticos. La España de nuestros días es un actor global, con intereses y una creciente presencia asimismo en Asia y en el África Subsahariana. Todos ellos, habrán de ser ámbitos de vuestra dedicación profesional.
También habréis de prestar toda la atención necesaria al creciente peso de la Cooperación Española al Desarrollo, volcada en las necesidades de los países más pobres y de otros, con capas de población muy desfavorecidas, con los que mantenemos vínculos históricos.
La Cooperación es, por ello, un instrumento básico de nuestra acción exterior y una herramienta clave en la expresión de nuestra solidaridad internacional.
Finalmente, no quiero dejar de mencionar por su creciente importancia, vuestra dedicación a la imprescindible acción de las Organizaciones multilaterales.
En su seno, la concertación entre los distintos Estados resulta esencial ante los grandes objetivos, tanto para fomentar la cooperación, como para asegurar la mejor superación de amenazas y retos.
Una dedicación a la diplomacia multilateral y a la acción de las Organizaciones Internacionales, decisiva para combatir muchas de las terribles lacras de nuestro tiempo, como la barbarie terrorista, el narcotráfico o el crimen organizado.
Una cooperación, asimismo, cada vez más necesaria para canalizar la acción de los Estados, en la defensa del medio ambiente, de la salud, o en la lucha para hacer frente a las causas del cambio climático.
Reiteramos de corazón a los nuevos Secretarios de Embajada nuestra más afectuosa enhorabuena y mejores deseos de éxito en su trayectoria profesional y personal.
Una felicitación, llena de gratitud, que dirigimos asimismo al Equipo Directivo, al claustro de Profesores y a todo el personal de la Escuela Diplomática, por su gran labor al servicio de la preparación de nuestro Servicio Exterior, en este año en que se cumple el 65 Aniversario de la Fundación de este Centro.
Muchas gracias.