S
eñor Presidente,
Bien sabéis que no exagero al subrayar lo mucho que España quiere y admira a México.
De ahí que mis primeras palabras sean para daros de corazón, en nombre de la Reina, de los Príncipes de Asturias y en el mío propio, así como de mi Gobierno y del pueblo español, nuestra más afectuosa bienvenida, al inicio de Vuestra primera Visita Oficial a España.
Una bienvenida que hacemos extensiva a Vuestra querida esposa, así como a la importante delegación que os acompaña.
Nos llena de particular alegría recibiros en Madrid al comienzo de Vuestro mandato presidencial, en el año en que celebramos el Trigésimo Aniversario del restablecimiento de nuestras relaciones diplomáticas.
Tres décadas, en las que hemos recuperado el tren de la historia entre nuestras dos grandes Naciones.
Confiamos en que durante Vuestra estancia entre nosotros, podáis comprobar la alta consideración, especial simpatía y gran afecto que los españoles sentimos hacia el muy querido pueblo mexicano. Un pueblo vital y profundamente orgulloso de su identidad nacional, que hace de México un país clave del Hemisferio.
El Príncipe de Asturias ya tuvo ocasión de manifestaros personalmente el particular aprecio de España por México, con ocasión de Vuestra toma de posesión el pasado mes de diciembre.
Somos muy sensibles a la amable acogida que tuvisteis a bien dispensarle, así como a Vuestra presencia junto a él en la inauguración del Quinto Foro Hispano-Mexicano de Inversiones y Cooperación Empresarial.
Una acogida y un gesto que entendemos como fiel reflejo de Vuestra amistad hacia España.
Señor Presidente,
Las relaciones, siempre intensas, entre nuestros dos países, apoyadas en nuestras comunes señas de identidad, han logrado un desarrollo tal, que es difícil hallar algún ámbito al margen de la extensa red de contactos que ligan a mexicanos y españoles.
Nuestros dos países se han transformado radicalmente, gracias al empeño de nuestras sociedades, que han luchado vigorosamente por su modernización.
La democracia y la apertura económica han contribuido directamente a promover el bienestar de nuestras dos Naciones, a proyectarlas al exterior y a afianzar nuestros vínculos, basados en el respeto y la admiración mutua.
En el plano político e institucional, existe un marcado interés entre nuestros dos Gobiernos y respectivas instituciones, por conocerse mejor y por explorar crecientes áreas de colaboración, como lo demuestra el intenso intercambio de visitas a todos los niveles.
En el ámbito cultural, nuestros intelectuales, creadores y Academias contribuyen al engrandecimiento de nuestro idioma, un patrimonio común, cuyo peso internacional y dimensión económica progresan día a día.
Una feliz evolución del español, que bien conocéis como primer país hispanohablante del mundo.
También nuestras relaciones económicas bilaterales viven un excelente momento, como lo demuestra la dimensión de nuestros intercambios comerciales que, el año pasado, alcanzaron su máximo histórico.
México se consolida, así, como el primer mercado español en Iberoamérica, y España como el principal mercado mexicano en la Unión Europea.
Agradecemos la acogida que Vuestro país dispensa a las empresas y empresarios españoles. España es hoy el primer inversor europeo en México y el segundo del mundo detrás de los Estados Unidos de América.
El empresariado español ha querido demostrar, así, su confianza en la estabilidad, el dinamismo y el futuro de México, contribuyendo a su prosperidad y al bienestar de sus habitantes.
Señor Presidente,
Quiero expresaros mi más sincero agradecimiento por la cálida y generosa hospitalidad que Vuestro país siempre ha brindado a tantos españoles, que se vieron forzados a abandonar España en difíciles circunstancias políticas y económicas.
La gran mayoría de ellos arraigó para siempre en su nueva patria, consolidó vínculos familiares y, con su tesón, conocimientos y trabajo, contribuyó al florecimiento cultural y a la prosperidad de México, engrandeciendo al mismo tiempo a España desde la lejanía.
En nuestros días, comprobamos cómo aumenta el número de empresarios y de profesionales españoles que se instalan en México.
En España, nuestras Universidades acogen, asimismo, a un número cada vez mayor de estudiantes mexicanos y crece la cifra de profesionales de Vuestro país que quieren desarrollar su carrera en tierras españolas.
Estos flujos espontáneos de nuevas generaciones de mexicanos y españoles, que apuestan por nuestros respectivos países, constituye una feliz corriente de acercamiento, que nos enriquece mutuamente y que va asentando, sin duda, los más sólidos cimientos, para fortalecer nuestra amistad y asegurar el mejor futuro a nuestros intercambios.
Señor Presidente,
Nuestras sociedades deben enfrentarse a un desafío inmediato y global: el azote del terrorismo.
España está profundamente agradecida por la generosa y firme colaboración que México nos ofrece, para que podamos alcanzar el objetivo irrenunciable de poner fin a esa lacra, cruel e inhumana, radicalmente inaceptable, que el terrorismo representa.
Nuestros dos países han encontrado y desarrollado muchos puntos de encuentro, sobre la sólida base de un amplio conjunto de principios y valores comunes.
Así, compartimos una común vocación integradora del espacio iberoamericano, que se va consolidando con el sistema de las Cumbres Iberoamericanas, iniciadas en la hermosa ciudad mexicana de Guadalajara.
Unas Cumbres que hoy cuentan con el eficaz apoyo de la Secretaría General Iberoamericana.
Del mismo modo, la posición que ocupamos en nuestras respectivas regiones nos permite propiciar el mayor acercamiento entre la Unión Europea e Iberoamérica.
El Acuerdo entre México y la Unión Europea ya ha demostrado, en su corta vida, el potencial económico que encierra, y que nos compete desarrollar.
Señor Presidente,
Los valores que habéis enunciado como inspiradores de vuestra acción política, entre los que destacan el respeto al Estado de Derecho, la consolidación de una economía competitiva y generadora de empleos, así como el fomento de la igualdad de oportunidades, son todos ellos principios que compartimos y para los que podéis contar con el permanente apoyo de España.
España encuentra en México una gran Nación, amiga y hermana, un país de gran potencial económico, admirable patrimonio cultural y envidiables recursos naturales y humanos. En suma, un socio de primer orden, valioso, seguro y fiable.
Si es mucho lo que han progresado nuestras relaciones, es también mucho lo que aún podemos desarrollarlas en beneficio mutuo.
Con esta convicción y con motivo de Vuestra Visita Oficial a nuestro país, quiero expresaros la plena disponibilidad de España para afrontar con ambición el futuro de nuestras relaciones, con el ánimo de ampliarlas, profundizarlas y enriquecerlas.
Estoy seguro de que, con el decidido impulso de nuestras autoridades, empresas, universidades y del conjunto de nuestras sociedades, sabremos seguir aunando esfuerzos en la consecución de tan ilusionante objetivo.
Señor Presidente,
Quiero reiteraros nuestra más cordial bienvenida y los mejores deseos de éxito en Vuestro mandato presidencial, en beneficio de la prosperidad y el bienestar de la Nación mexicana y de las relaciones entre nuestros dos países.
Permitidme que levante mi copa, para brindar por Vuestra ventura personal y la de Vuestra distinguida esposa, así como por la amistad fraterna, profunda e intensa, entre México y España.
Muchas gracias.