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ueridos compañeros:
La celebración del día de la Pascua Militar me brinda una vez más la oportunidad de reunirme con vosotros para expresaros Mis mejores deseos de ventura en el año que comienza, con el ruego de que los hagáis llegar a vuestras familias.
Mi agradecimiento al Ministro de Defensa por la afectuosa felicitación que, en nombre de la Institución Militar, acaba de expresarme y que me gratifica enormemente. Quiero también manifestarle mi reconocimiento por la detallada exposición que acaba de hacer en relación con los logros obtenidos y las metas alcanzadas a lo largo de 1.997.
El año que acaba de terminar ha sido prolijo en acontecimientos a los que no hemos permanecido ajenos. Nuestra presencia en organizaciones internacionales y la decisión de España de incorporarse a la nueva estructura militar de la Alianza Atlántica nos permite formar parte activa del sistema de seguridad colectiva y, al mismo tiempo, participar solidariamente con Naciones Unidas en operaciones de mantenimiento de la paz y de ayuda humanitaria.
Al recordar en este día a todos nuestros compañeros destacados en lejanos escenarios de acción como Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Guatemala, Moldavia o Naborno-Karavak, quiero prestar una especial atención a quienes han vuelto a ocupar, con la competencia y el buen hacer que os caracteriza, un puesto relevante en la fuerza multinacional de intervención organizada en Albania, para asegurar la protección de los convoyes humanitarios y las labores de asistencia a la población civil. Su actuación, ganándose el cariño del pueblo al que ayudaron, nos debe llenar, como españoles, de justa satisfacción y sano orgullo.
En estas intervenciones se pone de manifiesto que los Ejércitos siguen siendo una pieza clave en la organización de los estados modernos y una institución esencial en la acción exterior de los países democráticos, que permite prevenir los conflictos y contribuir a su control pacífico en tiempos de crisis.
Ayer, como sabéis, tuve oportunidad de llevar a cabo una visita, durante mucho tiempo deseada, a nuestras tropas destacadas en Bosnia y a las unidades de nuestra Fuerza Aérea en la base de Aviano.
Fueron una horas intensas y para mí inolvidables, en las que he podido comprobar personalmente la excelencia del servicio que nuestras Fuerzas Armadas están prestando a la comunidad internacional en misiones de paz. Su nivel de preparación, su disciplina y entrega, su eficacia operativa y su relación cercana y fluida con la población local, son unánimemente apreciadas y valoradas.
He vuelto de esta visita orgulloso de nuestros hombres y mujeres que, en condiciones difíciles, están desarrollando una admirable labor para asegurar la paz en una zona de Europa especialmente castigada.
El gran esfuerzo que la sociedad española está haciendo para contribuir a ese noble fin, tiene su mejor retribución en ese orgullo que todos sentimos por la actuación ejemplar de nuestras tropas.
Sabéis que, como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, valoro vuestro esfuerzo para adaptaros a las disponibilidades presupuestarias, vuestra entrega para mantener la capacidad operativa y vuestro generoso apoyo cuando los ciudadanos os han necesitado en situaciones de riesgo o catástrofe.
Al visitar centros y asistir a ejercicios y actos militares, me ha llenado de satisfacción observar vuestra impecable presentación y alto nivel de entrenamiento. Quiero resaltar el magnífico trabajo que hacéis para mantener los medios que con tanto sacrificio se depositan en vuestras manos, trabajo cada vez más exigente desde el punto de vista técnico y humano.
El incremento del presupuesto de defensa para este año permitirá continuar con la modernización de los Ejércitos. Confío en que la evolución de la economía permita mantener esta tendencia y así alcanzar una mayor eficacia.
El creciente aumento del número de soldados y marineros profesionales, sustituyendo paulatinamente el actual sistema mixto, permitirá obtener un rendimiento óptimo de los medios puestos a vuestra disposición.
Lamento que las circunstancias me obliguen un año más a dedicar un recuerdo emocionado a todas las víctimas de la barbarie terrorista que, tristemente, sigue siendo actualidad a pesar de la repulsa firme y unánime de toda la sociedad española, como estos últimos meses hemos podido comprobar en manifestaciones multitudinarias que, de forma inequívoca y categórica, han exigido, a la banda terrorista y a quienes hacen posible su existencia, el abandono del secuestro, la extorsión y el asesinato.
Como primer soldado de España, quiero también tener muy presentes a cuantos derramaron su sangre generosa o perdieron su vida en el cumplimiento del deber.
En estos días tan señalados, sus familiares y amigos permanecerán en mi recuerdo.
Pido a Dios que, a lo largo de 1998, nos conceda la paz por la que vosotros veláis; de todo corazón reitero, en Mi nombre y en el de Mi Familia, los mejores deseos de felicidad para el nuevo año.
Para finalizar, gritad todos conmigo
¡¡Viva España!!