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ueridos compañeros:
Deseo aprovechar la clausura de este Curso, con el que se cierra un largo y fructífero período de la enseñanza superior en el Ejército de Tierra, para resaltar la importante labor desarrollada por la Escuela de Estado Mayor durante su dilatada historia.
Desde el comienzo de su función docente, este emblemático Centro de pensamiento y doctrina militar ha recibido en todo momento el impulso de ilustres profesores que, con gran dedicación y esfuerzo, han ayudado a completar la formación de numerosos alumnos que, tras su paso por la Escuela, han asumido importantes responsabilidades y han desempeñado eficazmente las misiones encomendadas.
La reforma de la enseñanza de los altos estudios militares aconsejó la creación de la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, cuya inauguración tuve oportunidad de presidir el pasado mes de septiembre.
La aportación a la nueva Escuela de vuestra tradición y experiencia, forjadas en este solariego edificio de Santa Cruz de Marcenado a lo largo de los años, constituirán un valioso patrimonio para las nuevas generaciones, que siempre os agradecerán.
Soy consciente de vuestra preparación para acometer, con inteligencia y decisión, los nuevos retos que el futuro nos depara. Y sé que acogéis con ilusión la puesta en funcionamiento de la nueva Escuela de Guerra del Ejército de Tierra, recientemente creada, que facultará a los cuadros de mando para desempeñar con acierto sus cometidos.
Os animo a seguir trabajando en los esperanzadores proyectos que el Ejército ha puesto en marcha, y que estoy seguro desarrollaréis con éxito gracias al buen hacer que siempre os ha distinguido para prestar un mejor servicio a España.
Queda clausurado el 98 Curso de Estado Mayor del Ejército de Tierra.