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uchas gracias por esta primera Medalla de Oro del Museo del Prado, que acabáis de entregarme.
La recibo, en primer lugar, como homenaje a los Reyes, mis antecesores, a cuyo mecenazgo y excelente gusto como coleccionistas debemos este edificio y el conjunto excepcional de obras de arte con que inició su trayectoria como Museo, y que sigue siendo parte esencial de su bien ganado prestigio en todo el mundo.
Esta distinción es también para mí un estímulo para reiterar el compromiso de la Corona con la cultura y, muy en especial, con este Museo del Prado y con los esfuerzos que viene desarrollando desde hace años en favor de su renovación y modernización para darle a su excepcional patrimonio la proyección que merece.
En este terreno nuestro Patronato tiene una honrosa tarea, y una especial responsabilidad hacia sus conciudadanos. Os animo a seguir realizándola con ilusión y sin escatimar esfuerzos, para que, mediante su constante renovación, la calidad de sus servicios, la cada día más cuidada presentación de sus fondos, su actividad investigadora y su labor de divulgación, el Museo sea cada vez más faro y escuela de España y los españoles.