S
eñor Alcalde,
Es un gran honor para la Reina y para mi visitar la ciudad de Dallas, un ejemplo del carácter empresarial y del espíritu joven tan presente en el Estado de Tejas.
Creo que para todos aquellos dedicados al estudio de la historia de esta próspera ciudad debe ser muy dificil reconciliar la imagen del paisaje urbano lleno de rascacielos erigidos como monumentos a los éxitos alcanzados en los más diversos campos de la actividad humana, la industria, la banca, las comunicaciones, la electrónica, etc., etc., con aquella de sus sencillos orígenes en 1841, como centro de intercambio comercial en las orillas del río Trinidad. Con estas reflexiones en mi pensamiento desearía felicitarle, Sr. Alcalde, por el esfuerzo colectivo desplegado por las gentes de Dallas en los últimos 160 años para crear lo que es ahora esta grandiosa realidad que tenemos a nuestro alrededor.
Me complace una vez más manifestarles a todos ustedes mi más profunda satisfacción por haber tenido la oportunidad de visitar la ciudad de Dallas. Deseo levantar mi copa en un brindis por la ciudad, su Alcalde y todos ustedes.
Muchas gracias.