on Felipe y Doña Letizia presidieron el acto de entrega de Reales Despachos a la XXXVII promoción de la Academia General Básica de Suboficiales (AGBS) en la localidad leridana de Talarn.
En total, 449 sargentos, de los que 398 son hombres y 51 mujeres, recibieron en esta ceremonia sus Reales Despachos. De los nuevos suboficiales del total de Especialidades Operativas del Ejército de Tierra, 121 son de Infantería Ligera, 43 de Infantería Mecanizada y Acorazada, 32 de Caballería, 23 de Artillería de Campaña, 37 de Artillería Antiaérea y de Costa, 50 de Ingenieros y 33 de Transmisiones. Respecto a los suboficiales de Especialidades Técnicas, 28 son de Automoción, 5 de Electricidad, 8 de Electrónica, 24 de Informática, 12 de Mantenimiento de Aeronaves, 9 de Instalaciones, 13 Mantenimiento de Armamento y Material y 11 de Telecomunicaciones.
Acompañaron a los Príncipes de Asturias y de Girona en los actos el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas i Gavarró; el ministro de Defensa, Pedro Morenés Eulate, y el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general de ejército Fulgencio Coll Bucher, entre otras autoridades.
Tras recibir Don Felipe el bastón de mando de manos del director de la Academia General Básica de Suboficiales, coronel Luis Castuera Novella, y pasar revista a las tropas que rendían honores, comenzaron los actos con una Oración de acción de gracias a cargo del arzobispo castrense, Juan del Río. A su término, el Príncipe entregó el despacho y condecoró al Número Uno de la promoción, el sargento Francisco José Parra Túnez, quien recibió además la "Espada de Jaime I el Conquistador" de manos del presidente de la Generalitat de Cataluña.
Desde 1980, la Generalitat de Cataluña dona al número uno de cada promoción de la Academia General Básica de Suboficiales una reproducción de esta reliquia, como prueba de los estrechos lazos existentes entre Cataluña y el Ejército.
Una vez finalizada la entrega de los Reales Despachos al resto de nuevos sargentos, tuvo lugar una alocución del coronel director del Centro, a cuyo término tuvo lugar un homenaje a los que dieron su vida por España, la interpretación del Himno de la Academia y un desfile militar. Después de la despedida de la Bandera, a los acordes del Himno Nacional, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias concedió permiso a las tropas para retirarse, con lo que concluyó el acto.