su llegada al Aeropuerto de Rabat, Don Felipe y Doña Letizia fueron recibidos por Su Alteza Real el Príncipe Moulay Rachid. Después de recibir los Príncipes el saludo de las autoridades marroquíes, el embajador de España en el Reino de Marruecos, Luis Planas, y el personal diplomático español, accedieron al Salón Real, donde mantuvieron un encuentro con el Príncipe Moulay Rachid.
Una vez finalizado, Sus Altezas Reales se dirigieron al Palacio de Huéspedes Reales. Allí mantuvieron un almuerzo privado con el Príncipe Moulay Rachid y la Princesa Lalla Asmaa.
Por la tarde, los Príncipes de Asturias se dirigieron a la sede del Instituto Cervantes de Rabat para presidir la inauguración de las nuevas instalaciones. A su llegada, fueron recibidos por los ministro des Asuntos Exteriores de ambos países, MiguelÁngel Moratinos y Taieb Fassi Fihri, la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, y la directora del Instituto Cervantes de Casablanca y directora en funciones del de Rabat, Rosa León.
A su vez, Sus Altezas Reales recibieron al Príncipe Moulay Rachid a su llegada y accedieron a la sala de exposiciones, donde fueron saludados por la Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2003, Fátima Mernissi, y el artista Diego Moya, autor de la muestra "Gigabytes de Piedra", que se expone en este espacio, junto con su esposa y coautora, Celia Sánchez.
Los Príncipes de Asturias y el Príncipe Moulay Rachid se dirigieron al Salón de Actos y ocuparon sus lugares en la mesa presidencial. La directora en funciones del Instituto Cervantes de Rabat anunció las intervenciones del ministro de Asuntos Exteriores español, del canciller marroquí y, finalmente, de Don Felipe, que agradeció la presencia del Príncipe Moulay Rachid y destacó la importancia de este acto, "porque pone de manifiesto la enorme importancia que el Reino de España atribuye a las relaciones de vecindad, amistad y hermandad con el Reino de Marruecos. Nos alegra por ello volver a esta querida tierra llena de encanto y riqueza cultural, acogidos por la hospitalidad proverbial del noble pueblo marroquí".
Su Alteza Real manifestó que "Marruecos y España están ligados por historia, cultura, geografía, intereses de todaíndole y, también, por oportunidades y desafíos. Somos muy conscientes de ello. Y la Historia está cargada de argumentos que nos animan a construir solidaria e inteligentemente un futuro de amistad y cooperación crecientes. Para lograrlo es esencial continuar avanzando con confianza por el camino que marca el excelente estado de nuestras relaciones bilaterales, por las que podemos hoy felicitarnos. Nuestra cooperación, por tanto, responde a la voluntad firme de abordar conjuntamente las posibilidades y los retos que plantea ese camino, partiendo de cuanto nos une, de cuanto tenemos en común. Me refiero no sólo a la puesta en marcha de proyectos e iniciativas de todaíndole, sino también a cuestiones muy concretas de gran preocupación, como la lucha contra el terrorismo -contando con una cooperación policial y judicial intensa entre nuestros dos países-, o los esfuerzos comunes frente al drama de quienes migran en busca de nuevas posibilidades de vida y trabajo y caen en redes criminales que abusan de su buena fe. Además, quiero destacar igualmente, como lo han hecho nuestros Ministros de Asuntos Exteriores, la realidad fructífera que define nuestras estrechas relaciones bilaterales, especialmente en lo que respecta a la presencia dinámica de las empresas españolas en Marruecos, y de la colectividad marroquí en España, que contribuyen, con su esfuerzo y trabajo, a la prosperidad económica y el bienestar social de ambas naciones".
Asimismo, el Príncipe señaló que la remodelación del Instituto es "una respuesta muy apropiada y eficaz ante la creciente demanda de la lengua española en estas tierras", y recordó la importancia de nuestra lengua a nivel mundial, además de repasar los acuerdos e iniciativas de colaboración hispano-marroquí, como el convenio firmado en 2007 entre el Ministerio de Cultura español y la Universidad Mohamed V de Rabat, el proyecto de un Museo del Patrimonio Común Hispano-Marroquí, y la labor del Comité Averroes.
Después de descubrir una placa conmemorativa, Don Felipe, Doña Letizia y el Príncipe Moulay Rachid visitaron el aula virtual de español y la biblioteca "Benito Pérez Galdós. La firma en el libro de honor del Instituto y un encuentro con el personal del centro y el resto de asistentes puso fin al acto, siendo los Príncipes de Asturias despedidos por el Príncipe Moulay Rachid en el Aeropuerto de Rabat.
Las nuevas instalaciones del Instituto Cervantes de Rabat, tras una profunda reforma y ampliación del edificio que lo alberga -la antigua sede de la Embajada de España-, cuentan ahora con más de dos mil metros cuadrados, espacio suficiente para atender la creciente demanda de aprendizaje de español en la capital marroquí.
El Cervantes de Rabat ocupa, desde que comenzó su actividad en 1992, un edificio en la céntrica calle de Zankat Madnine. Ahora ha ampliado sus dependencias con el inmueble anexo que ocupaba la Embajada española, con el objetivo de poder atender la gran demanda de clases de español. Gracias a estas mejoras, el centro dispone de 2.170 metros cuadrados distribuidos en tres plantas más sótano. Cuenta con 15 aulas, una sala multimedia, una amplia biblioteca, sala de exposiciones y salón de actos con capacidad para más de un centenar de asistentes y con cabinas de traducción simultánea.
Rabat ocupa el octavo puesto de la red de centros del Instituto por volumen de actividad académica. En el año académico que acaba de concluir ha registrado un total de 2.855 matrículas de alumnos, que han seguido alguno de los 217 cursos de español. El profesorado imparte tanto cursos generales como especiales: conversación, lectura y escritura, empresas, niños de 9 a 15 años, etc. El 65 del alumnado son mujeres, frente al 35 por ciento de hombres
Marruecos es el segundo país con mayor número de centros del Instituto (seis), sólo por detrás de Brasil, que cuenta con nueve. Además de en Rabat, la institución está presente en Casablanca, Fez, Marrakech, Tánger y Tetuán. En Marruecos hay más de 60.000 estudiantes de español. La principal razón de esta elección es la búsqueda de nuevos horizontes laborales, ya que consideran que la lengua española les abrirá puertas en el mercado de trabajo.