su llegada, Su Majestad el Rey fue recibido por el presidente de las Cortes de Aragón, José Javier Sada. A continuación, recibió el saludo de los Miembros de la Mesa, Junta de Portavoces, expresidentes de las Cortes de Aragón y arquitectos encargados de las obras de restauración. Don Felipe descubrió posteriormente una placa conmemorativa de la visita y firmó en el Libro de Honor.
Fue residencia de recreo de los reyes musulmanes y refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en su máximo apogeo político y cultural. Ha sido recinto fortificado, residencia real aragonesa, sede y cárcel de la Inquisición, palacio de los Reyes Católicos, cuartel y, desde 1987, flamante sede de las Cortes de Aragón.
Construido en el siglo XI como palacio de recreo de los reyes musulmanes que gobernaban la taifa de Sarakusta.
Diez siglos después, aquel palacio de la alegría que soñó el monarca musulmán Al-Muqtadir continúa siendo, junto con la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba, una de las joyas artísticas de la presencia musulmana en el sur de Europa. La UNESCO, en el año 2001, declaró Patrimonio de la Humanidad el arte mudéjar de Aragón, destacando que el palacio de la Aljafería es uno de los monumentos más representativos del mudéjar, que se ha convertido en el símbolo de la arquitectura civil aragonesa y, probablemente, en una de las referencias obligadas de la historia y la cultura españolas.
Al acceder al monumento se encuentran las arquerías del palacio islámico, que contrastan con la imponente presencia de la torre del Trovador y el palacio medieval de los Reyes de Aragón.
La Aljafería ha vivido diversos avatares, cambios y etapas. Fue cuartel en el siglo XX, pero hoy es un edificio vivo y abierto, un referente cultural, que muestra su larga historia y acoge entre sus muros a la institución que representa a todos los aragoneses: Las Cortes de Aragón.