compañaron al Príncipe de Asturias durante su visita el presidente de la Asamblea de Extremadura, Fernando Jesús Manzano Pedrera; el delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias; el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, el general del Aire, Francisco Javier García Arnaiz; el jefe del Ala nº 23, el Coronel, Antonio Javier Taranilla Manjón; el jefe del Mando Aéreo, el teniente general Miguel Romero López; el jefe del Mando de Personal, el teniente general Manuel Mestre Barea; el director de Enseñanza, el general Pablo Gómez Rojo, y el general jefe del Gabinete del Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, el general César Miguel Simón López, entre otras autoridades civiles y militares.
Durante su visita, Don Felipe pudo presenciar el desarrollo de un briefing de vuelo de la Escuadrilla de Vuelo, asistió al Step Brief previo a una misión de vuelo, recibió explicaciones del sistema Virtual Radar Group (VRGS) y del MPDS (Mission Planning and Debriefing System) y posteriormente visitó el Simulador de Vuelo de un AE-9M.
Tras la visita al Simulador, el Príncipe de Asturias se trasladó a la plataforma de vuelos donde realizó un recorrido por una exposición estática del AE-9M con panoplia de armamento y una tripulación completa con el personal de apoyo (Piloto Instructor, Piloto Alumno, Mecánico y Armero), y tras la firma en el Libro de Honor de la Base y visitar el Museo de la Unidad finalizó el acto.
Esta unidad tiene como misión fundamental ofrecer a los pilotos la formación básica de caza y ataque.
El Ala 23, dotada con aviones F-5, tiene como misión principal impartir la enseñanza de formación, tanto teórica como de vuelo (Fase de Caza y Ataque) a los alumnos del 5º Curso de la Academia General del Aire con formación básica de piloto, que son seleccionados para realizar la citada fase.
Su origen se remonta a 1953, cuando se constituyó la entonces Escuela de Reactores, como respuesta a la necesidad de nuevas enseñanzas para la formación de los pilotos que compondrían las Unidades de Caza, dotadas hasta entonces de material convencional y que, a partir de ese año, pasaron a contar con aviones a reacción. Fue en 1987 cuando pasó a denominarse Ala 23 de Instrucción de Caza y Ataque.