Solamente unas breves palabras para resaltar la importancia de esta Reunión, destinada a propiciar un renovado impulso a la convivencia pacífica y al progreso de numerosas comunidades que pueblan el continente africano.
Muchos son los países aquí representados, cada uno con características y problemas específicos que los distinguen claramente del resto. Sin embargo, por encima de diferencias concretas, todos quedan unidos por el deseo de reforzar lazos de amistad y cooperación para trabajar en beneficio de millones de personas, que se enfrentan a diario a penalidades muchas veces extremas.
Espero y deseo que las conclusiones formuladas en esta Reunión de Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja sean de pronta aplicación práctica. El deber de solidaridad para con los más necesitados no admite dilaciones injustificadas, cuando están en juego necesidades básicas que tantas personas soportan con enorme dignidad, al mismo tiempo que con esperanzada confianza en la comprensión, afecto y ayuda de otras gentes más afortunadas.
Abordar las necesidades humanitarias en África requiere, sin duda, un análisis detallado de los múltiples rasgos diferenciadores de cada país. Así lo exigen las distintas realidades sociales y culturales. A este respecto, es importantísimo el papel que puede desempeñar cada Sociedad Nacional de Cruz Roja o Media Luna Roja. Su experiencia en la intervención humanitaria local es una garantía para canalizar eficazmente la creciente solidaridad mundial hacia las comunidades africanas. De ahí la gran trascendencia y responsabilidad de su trabajo.
A mi deseo más ferviente de que los acuerdos obtenidos en esta Reunión tengan pronto un fiel reflejo en la realidad cotidiana, uno mi confianza en que la violencia que asola a países concretos de África tenga un rápido final, para poder facilitar a sus habitantes un presente más estable y un futuro más próspero y esperanzador.
Muchas gracias.
Queda clausurada la Reunión.